Capítulo 26

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RECUERDOS

El ver el nombre de «Howard Stark» seguido de la fotografía de su amado en una lápida, le rompió por completo el corazón en mil pedazos.

Sus piernas le fallaron y cayó de rodillas a un lado de la tumba.

No había flores en ningún lado, demostrando la falta de visitas que tenía, solo había césped cubriendo la zona, Steve intuye que es gracias a los trabajadores del cementerio.

—Amor... —fue lo único que pudo susurrar Steve antes de empezar a sollozar.

Tony veía la escena apartado.

—Howard, no sabes cuánto te necesito —hablaba entre lágrimas—. Esto de estar en un nuevo mundo es muy difícil, y sin ti no puedo lograrlo.

Steve colocó con delicadeza las flores donde iban.

—Te extraño tanto, cariño. Extraño ver tus ojos, tu sonrisa.

No es como si, por el silencio absoluto del lugar, Tony fuese capaz de escuchar lo que Steve decía.

—Lo siento tanto, por dejarte solo, por hacerte sufrir, por ser un impedimento para que rehicieras por completo tu vida. De verdad lo lamento.

Se secaba las lágrimas, pero era inútil, pues salían más y más.

—¿Por qué demonios tuviste que tener un hijo tan parecido a ti? ¿Por qué? Estoy viviendo con él, y no sabes lo doloroso que es verlo a la cara y ver una parte de ti reflejado en él

A pesar de unas cuantas claras diferencias, Steve pensaba que Howard y Tony eran como dos gotas de agua.

—Te amo tanto, para mí solo han pasado tres días desde la última vez que hablamos, ¿Entiendes lo que es tener que afrontar que esos tres días son en realidad setenta años?

Steve estuvo cerca de veinte minutos hablando con la lápida de Howard, contándole acerca de cómo se sentía, de su dolor. También rogando perdón por dejarlo solo y hacerlo sufrir. Dándole gracias por todos los hermosos momentos que vivieron juntos, momento que quedarán marcados en su corazón para siempre. Pero sobretodo, pidiendo fuerzas para poder resistir esa situación.

Sus lágrimas no se detuvieron. Steve sentía que necesitaba hacer eso, necesitaba desahogarse.

—Te prometo que seré una buena persona, esa que siempre amaste, no cambiaré, no dejaré que el dolor me consuma y haga de mi alguien que no soy, porque sé que no hubieses querido eso.

No es que le estuviera reclamando a Howard el hecho de haber cambiado su personalidad. No, solo le estaba prometiendo que él no lo haría.

Steve suspiró pesadamente, levantándose de donde estaba.

—Te prometo que vendré seguido. Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo.

Con delicadeza, tomó tres de los tulipanes que dejó para Howard y lo colocó en la tumba de María, la cual estaba justo al lado.

—Gracias por cuidar de él cuando yo no pude —susurró.

Se secó las lágrimas lo mejor que pudo y se dirigió hasta donde estaba Tony.

Este, al ver el gesto de Steve de darle unas flores a su madre, se sintió enternecido, ese hombre era toda una belleza.

Al notar como se dirigía hasta él, avanzó también hasta quedar frente a frente.

Y ahí, cuando se vieron a los ojos, Tony no pudo evitar rodear a Steve con sus brazos. En un gesto lleno de cariño genuino.

Steve se sintió mejor con ese abrazo, se sintió cálido, así que no dudó en corresponder el contacto con Tony.

Un Stark | Stoward - StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora