Un Stark | Stoward - Stony

Capítulo 4

ENCANTADOR

El tiempo que hacía no era el mejor. El cielo había amanecido con nubes negras, anunciando una pronta lluvia. Cosa que era extraña, pues, en esa época del año llovía muy poco.

Entre las malas cosas que ocasiona que el día esté nublado, es el frío que no se separa de las personas.

Cuando Steve se bañó pudo sentir que por poco se congela.

Aún así, todos los reclutas estaban formados en fila, esperando la llegada del entrenador.

Luego de unos cuantos minutos, pudieron divisar a lo lejos como un vehículo se dirigía hacia ellos.

Era Howard, quien tenía toda la pinta que no querer bajarse de su Jeep en todo el día.

Efectivamente, Stark no quería bajar de donde estaba, pues si empezaba a llover, lo último que deseaba era mojarse y que su uniforme se llenara de lodo.

Algunos hombres ya se habían dado cuenta de la presencia de Howard, y por ello se encontraban firmes y serios. Otros, sin embargo, aún no lo habían visto, y por eso estaban hablando y riendo entre ellos.

—¡Señoritas, buenos días!

Al escucharlo, todos los que se encontraban hablando dejaron de hacerlo, para pasar a imitar a sus compañeros, adoptando una posición seria.

—¡Buenos días, señor! —dijeron todos en coro.

Howard no dijo nada más, simplemente tomó su tabla de papeles y empezó a anotar en ella los nombres de aquellos que estuvieron hablando y riendo en la formación.

Luego de unos momentos, llegó el instructor.

—¡Reclutas! —exclamó—, pido excusas por mi retraso, pero me encontraba preparando el campo de entrenamiento de hoy. ¡Síganme!

Duffy empezó a caminar, siendo seguido de todos los reclutas en perfecto orden detrás de él.

Howard los seguía en su auto a una velocidad baja.

Luego de unos dos minutos, llegaron al campo de entrenamiento.

Lo que había en él, eran dos mesas llenas de rifles, y también habían varios objetivos con forma de silueta humana.

Hoy habría práctica de tiro.

Duffy se tomó su tiempo en explicarle a los reclutas como se debía sostener el arma correctamente, además de que les dio algunos consejos para la puntería y para mejor manipulación.

Estuvo cerca de cincuenta minutos explicando todo acerca de los rifles y su correcto uso.

Hasta que decidió hacer una demostración.

A unos doce metros de donde estaba, había un blanco para disparar, así que se puso en posición y de tomó unos momentos para apuntar bien.

Todos estaban atentos a sus movimientos, hasta que el sonido de dos disparos llegaron a sus oídos.

Voltearon a ver al blanco, tenía un disparo cerca del corazón y otro en su cabeza, en la parte que sería la boca si fuese una persona real.

—Así es como se hace. Ahora, una demostración por parte del señor Stark.

Howard, quien estaba muy concentrado escribiendo, volteó a ver al instructor cuando escuchó su apellido.

—¿Ehh?

—Una demostración de tiro, señor.

Steve veía con diversión el rostro confundido de Howard.