SUEÑOS
Desde que Howard y Steve empezaron a llamarse por sus nombres hace una semana atrás, se habían vuelto mucho más cercanos.
Unos días atrás, Howard iba caminando por el otro extremo de campo de entrenamiento, buscando una pieza de un aparato volador que estaba creando y había caído cerca de ahí. Sin embargo, se encontró con algo mejor.
Steve estaba sentado ahí, solo.
Al acercarse, y hablar con él, Stark descubrió que siempre que acababan los entrenamientos Steve iba a ese lugar para descansar y reposarse, además que estaba un tiempo esperando para que los demás reclutas dejaran de pelear como gorilas las duchas. Aparte de eso, la vista en ese lugar era maravillosa.
La manera en como el atardecer se posaba delante de sus ojos y la forma en la que el sol se escondía por detrás de unas colinas, sumado a la compañía de ese pequeño rubio de ojos azules habían encantado por completo a Howard.
Así que desde aquel día, cada vez que el entrenamiento acababa ambos se iban al otro extremo del campo. Primero iba Steve y unos minutos después Howard lo seguía, ya que el rubio no quería que alguien pensara cosas extrañas al verlos a ambos irse solos por ahí todos los días.
Una vez en aquel lugar, pasaban ratos hablando sobre cosas de su pasado y aspiraciones.
Habían perdido ya el nerviosismo al estar con el otro, dando paso a una sensación de calidez, de comodidad, como si ese fuera su lugar indicado.
Howard pudo notar como Steve era un gran hombre, astuto, con un corazón gigante. Y eso, empezaba a creer, era más importante que un buen físico.
Steve por su parte, había confirmado lo que ya sospechaba, que Howard Stark era una persona que le gustaba la diversión, era muy liberal. Pero también supo cuanto amaba su trabajo –el de ingeniero–, crear cosas, siempre dispuesto a hacer inventos que mejoren la vida de los demás, esa era la pasión de Howard.
Y Steve estaba fascinado con eso, porque se dio cuenta que se equivocó al pensar que solo era un hombre que se creía superior a los demás.
—Llegaste temprano hoy —dijo Steve con una sonrisa mientras se sentaba al lado de Howard.
—En realidad, tú llegaste tarde. —Le regresó la sonrisa.
—Si, bueno, tuve un pequeño problema para venir.
—¿En serio? No me digas, ese "pequeño problema" tiene nombre y apellido, y estoy casi seguro que empieza con "G" y termina con "ilmore Hodge".
—No es nada de lo que debas preocuparte, Howard, de verdad.
Stark suspiró, no le gustaba para nada de que Hodge molestara a Steve, en realidad estaba a nada de romperle la cara.
Al ver directamente hacia Steve pudo darse cuenta que sus ojos se notaban apagados.
—¿Estás bien? —le preguntó.
—Estoy bien, solo un poco cansado.
En ese momento, un bostezo se le escapó a Steve haciendo que Howard riera.
—¿Solo un poco?
La única respuesta que tuvo fue un asentimiento suave.
—Ven acá.
Seguido a esas palabras, estiró sus piernas en el suelo, palmeando un par de veces su regazo.
Steve lo miraba como si le rogase a Dios que por favor Howard no estuviera queriendo que hiciera eso que él estaba pensando.
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Un Stark | Stoward - Stony
Fanfiction¿Y si te enamoras del hijo del amor de tu vida? Es imposible no ver a tu primer amor en los ojos de esta persona, pues son casi completamente iguales. ¿Podrá el capitán américa notar la "sutil" diferencia que los hace dos personas distintas? Steve p...