Capítulo 54

1.8K 207 58
                                    

MORGAN

—Uhm, ¿Está encendido?

Dos golpecitos en el casco fueron suficientes para que lo estuviera.

—Capitán Stark —dijo Tony con voz desgastada—, cariño. Si encuentras esta grabación no la subas a redes sociales, es demasiado trágica. —Jadeó—. No sé si alguna vez la veas, ni siquiera sé si estás... Dios, espero que sí. No soportaría perderte a ti también.

Tony contó en la grabación que era el vigésimo segundo día que estaba en el espacio, que se le habían acabado las provisiones, y próximamente, el aire.

—Y, Steve, no sabes como odio que tengas que ver, por segunda vez en tu vida, un vídeo de la persona que amas pidiéndote que sigas adelante aunque haya muerto. Pero en verdad, no te sientas mal por esto. Si quieres llora una unos días y, sigue adelante —decía—. Tienes que seguir adelante, tienes que cuidar de Harley. Espero que los dos estén bien. Lamento no poder acompañarte, y lamento no haber podido proteger a Peter.

Un par de lágrimas cayeron por sus mejillas. Al parecer ni siquiera tenía las fuerzas de llorar como su alma querría.

—Tal vez deba, descansar un minuto, dormir un poco. Pero te aseguro, que cuando me quede dormido será como todas las noches. Voy a soñar con ustedes, contigo, porque siempre te pienso —logró que una sonrisa suave se asomara en su rostro—. Siempre estás en mi mente, Steve. Siempre te he amado.

Y entonces desconectó la grabación.

Se recostó en la silla del piloto. Moriría viendo el inmenso universo. No estaba mal.

Y ahí, recordando el día en que vio a Steve por primera vez, recordando el día que le vio con las mejillas moradas debido al frío del hielo, Tony cerró los ojos.

Steve estaba en el baño, llorando.

Nunca fue un hombre que llorase demasiado. Lloró cuando perdió a su madre, a Bucky la primera vez. Lloró cuando perdió a Howard, y ahora lloraba por Harley, por Tony y Peter.

Veintidós días, Tony y Peter desaparecidos, quería mantener viva la esperanza pero cada día que se levantaba sin ellos, solo le hacía darse cuenta que probablemente murieron por el chasquido, o quizá en el espacio, no lo sabe.

Levantó el rostro y se miró en el espejo del baño. Tenía una horrible barba de un mes y se veía realmente mal. Se sentía realmente mal.

Él no podía seguir adelante sin Tony.

De repente, sintió el suelo temblar, el espejo moverse. Algo se acercaba.

Salió corriendo hasta donde estaban los demás, y los vio fuera, en los jardines de la torre.

—¿Qué suc-

Su pregunta quedó en el aire al ver una nave descendiendo hasta ellos, y a una mujer trayendola.

Cuando aterrizó y la puerta se abrió, pudo ver a una persona azul ayudando a otra a caminar. Ayudando a...

—¡TONY!

Corrió con todas las fuerzas que tenía en ese momento, corrió hasta donde el castaño. Al llegar, sostuvo al otro en un abrazo. Tony cerró los ojos y suspiró aliviado al ver a Steve.

—Santo cielo, estás bien —dijo el genio.

—Creí que no volvería a verte. —Sonrió, separándose un poco del otro, pero sin dejar de agarrarlo, ayudándole a bajar el resto de las escaleras.

Un Stark | Stoward - StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora