Un Stark | Stoward - Stony

Capítulo 39

En el primer comentario encontrarán buena información. Léanlo, please ;)

ÍNTIMOS

Se alejó dos pasos de su creación solo para verla de lejos y decidir si era lo suficientemente bonita.

—Que tontería —se dijo—. Nada puede ser lo suficientemente bonito para Steve.

Tony había preparado una cena romántica para ambos. Estuvo trabajando en ella durante toda la tarde. Quería que todo saliera perfecto, y para ello tuvo que deshacerse de Steve durante el día. Su brillante estrategia consistió en enviar al rubio como su representante en una junta. Por supuesto que Steve se negó de inmediato, argumentando que no sabía nada de negocios, ni finanzas, ni administración, y mucho menos de ingeniería mecánica.

—Eso es muy fácil, Cap —le había dicho—. Solo tienes que ir a escuchar a esos idiotas y luego negarte a todas sus tonterías.

Porque él ya sabía que tipo de reunión sería y con qué tipo de personas. Por ello no quería ir a la junta. Además de que era su plan perfecto para distraer al rubio.

Al final Steve aceptó, como era de esperarse, pues él no se podía negar a nada que le pidiera Tony. Así que se vistió con su traje elegante y se marchó a la reunión, provocando sorpresa y habladuría entre los empresarios al saber que Tony Stark había enviado a su noviesucho como representante en tan importante asunto.

Lo cierto es que a ninguno de los dos les importaba lo que dijeran los demás.

—Señor, el Capitán Rogers acaba de llegar a la torre.

Tony corrió hasta la mesa que había colocado en el balcón para encender las velitas aromáticas. Y justo en ese momento escuchó el sonido característico que hacía el asesor cuando llegaba a ese piso.

Muy bien, aquí vamos...

Salió con una sonrisa enorme a recibir a su pareja.

—¡Capipaleta! ¿Cómo te fue? —preguntó mientras se acercaba a abrazar al otro, depositando un besito en su mejilla.

—Tony, cariño, me fue bien. Aunque no entendí la mitad de las cosas que dijeron esos hombres, y...

—¿Y?

—En el tiempo de receso nos dieron a todos una hoja con un ejercicio de... ¿Ecuaciones diferenciales? Para resolver.

Tony no podía creer lo que había escuchado. ¿Qué?

—No puede ser verdad.

—¡Lo es! Todos lo estaban resolviendo y yo, bueno, míralo tú mismo.

Steve le extendió una hoja a Tony que sacó de su bolsillo. Este la desdobló y pudo leer claramente el enunciado de un problema de ecuaciones diferenciales. Aunque lo que más llamó su atención fue el hermoso dibujo de un par de ojos en el espacio libre que se supone era para desarrollar el ejercicio.

Tony sonrió con suavidad al reconocer sus ojos en el papel.

Aunque aquello no apaciguó su molestia. Esos imbéciles habían tratado de humillar a su Steve. ¿Ejercicios de ecuaciones diferenciales en el receso? ¡Ellos nunca hacían nada parecido! Solo lo hicieron para que el rubio se sintiera mal. Aunque sabía que a Steve no le había afectado esa situación, se prometió en su mente hacerles pagar a esos idiotas por su falta de respeto.

—Es hermoso, cariño —Fue lo que dijo, pues no quería preocupar a Steve por lo que les pudiera pasar a esos sujetos.

Ambos compartieron un suave beso antes de que Steve le preguntase a Tony por qué iba vestido de manera elegante si no había hecho más que “trabajar todo el día en su taller”.