SEPTIEMBRE📌

Capítulo 10: ¡Muyu!

09/09 – Martes

- ¡Pase! – grité a la puerta cuando oí que alguien tocaba del otro lado. No era usual en mi pasarme la tarde en la cama, encerrado en mi habitación, pero aquel día fue necesario.

Además, tenía el día libre. Los martes y jueves eran los días en los que no trabajaba en Gigi's Pizza, lo cual era un alivio. El respiro de la semana, ya que podía hacer lo que yo quería sin tener un horario al que asistir.

Aún no hablaba con Noah sobre lo que había pasado la noche del sábado. Y necesitaba hacerlo. Al mismo tiempo, una parte de mí constantemente se acobardaba y decidía esconderse de mi amigo, con el cual no me había topado... aún.

Podría llamarlo "suerte", aunque era sólo una forma de retardar las cosas. Al final, llegaría aquel momento en el que tendría que hablar con él. Debía decirle la verdad. No quería que sólo lo supusiese, no quería que pensara sobre lo que pasó aquella noche y que sacara conclusiones. Quería decírselo. Decirlo en voz alta. Declarar mi orientación sexual ante alguien de quien estuve escondiéndola hacía tanto tiempo ya. Sería una forma de recuperar el valor de mi sexualidad y mi dignidad.

La puerta se abrió y como si mis pensamientos lo hubiesen invocado, la cabeza de Noah apareció asomándose del otro lado del umbral, con su cabello negro y sus ojos llamativamente grises, que resaltaban en su oscura piel.

- Tenemos que hablar – dijo firme, de alguna forma intimidante. Asentí, completamente de acuerdo. Sentí que debería dejar la cobardía atrás. ¿Qué tan malo podría ser decirle la verdad? Al fin y al cabo, somos amigos, debería aceptar lo que soy. Y si no lo hace, no soy inseguro de forma que me haga cambiar de parecer su opinión. O bueno, no a partir de aquel momento...

Me incorporé en mi cama para sentarme como indio. Noah se acercó y se sentó a mi lado.

- Carter, tú eres como mi mejor amigo, después de todo ya llevamos un año viviendo juntos y... – no podía creer que aquellas palabras estuvieran saliendo de la boca de Noah. Él no era de los que demuestran su aprecio, sino más bien de los que dicen una cosa bonita menos veces de las que Leonardo DiCaprio gana un Oscar.

- Lo sé – le corté. – Tienes razón – ya sabía a dónde se dirigía aquella conversación, y a dónde quería llegar él. – Tú también eres como mi mejor amigo, por lo que verdaderamente no sé cómo decirte esto... Pero ya que dijiste que debemos hablar, creo que debo simplemente soltarlo – le dije, mientras lo miraba. Sentía las suficiente confianza para decirle todo de frente y directamente a los ojos. – No te lo dije cuando te conocí por miedo a que no me dejaras entrar a tu hogar. Fue algo muy estúpido pues, antes de eso, yo lo portaba con orgullo por todos lados. Pero fue mucho más difícil aceptarlo ante ti.

Noah sólo me miraba con atención. Su ceño frunciéndose levemente.

- Después del sábado creo que te diste cuenta – miré hacia otro lado. – Me sentí avergonzado en aquel momento, pero ya no. Ahora que siento de vuelta el orgullo de saber quién soy... Ahora que somos verdaderos amigos, debo confesarlo. Noah, yo... – tomé una pausa y respiré profundo. – Yo soy gay.

Mis músculos se tensaron de pronto cuando una profunda carcajada salió disparada de las cuerdas vocales de mi amigo. Nunca lo había visto reírse a tanto volumen. Sentí mi pecho contraerse.

- ¿Es enserio? – dijo Noah, divertido. Sentí mis puños apretarse. No podía creer que mi amigo se estaba burlando de mí. – Caray, Carter – dijo entre la risa. Lo fulminé con la mirada. – Es decir, ya lo sabía.

Oh, mierda...

- ¿C-cómo? – dije sorprendido.

- No soy idiota. En todo un año no te vi acercándote ni a dos metros a una chica que no sea tu hermana. Te vi rechazando a mis amigas cuando coqueteaban contigo. Vamos, Carter – soltó una carcajada. Sentí un alivio enorme y el peso en mi pecho quitándose, después de todo un año viviendo inhibiendo mi opinión. – No creí que fuera necesario hablar de esto porque, oye, creí que ya sabías que yo sabía – se excusó. Bufé.