Capítulo 17: Chicle.

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15/09 – Lunes.

Aquel día decidí pasar por la casa de mi padre antes de ir a mi jornada de trabajo. Habían más libros de Psicología viejos de mamá que mi padre quería que yo guardara. No había hecho nada aun con los que me habían quedado en casa. Pensaba leerlos, pues la psicología era de mi agrado. No me apasionaba como la cinematografía y la actuación, pero llamaba mi atención. Tal vez también podría prestárselos a Kiara, seguramente serían de ayuda en su estudio universitario.

Llegué a la puerta por el sendero de piedras que había mientras masticaba el chicle que tenía entre los dientes. La puerta principal de madera, era de dos partes, y estaba ridículamente pintada de un verde flúor. Las paredes por suerte aún seguían siendo blancas, pero los marcos de las ventanas eran tan verdes como la puerta. El techo se distinguía cuadras más allá por tener una pequeña plantación de césped en él.

Saqué las llaves del bolsillo de mi pantalón, donde estaban unidas las de mi casa y una copia de mi antiguo hogar. Pero cuando introduje la llave dentro del cerrojo, sentí el ruido de un auto deteniéndose a mi espalda. Cuando giré, pude ver en la calle un vehículo rojo sin techo, que desde el asiento del conductor salía una chica con el cabello corto y ondas en él. Parecido al mío, solo que su pelo se veía inflado como uno de los tres chiflados.

Le miré extrañado mientras se iba acercando por el camino de piedrecillas de la entrada.

- ¿Puedo ayudarle? – dije amistosamente, aunque sin ser capaz de ocultar mi confusión.

- Hola, tú debes ser Carter – dijo ignorando mi pregunta. Puedo jurar que mis cejas casi se juntan cuando le oigo decir mi nombre. Estaba muy seguro de que no la había visto antes. Las facciones de su rostro quizás no eran muy delicadas, pero era muy bella. Sus labios estaban casi tan inflados como su cabello. Su piel era de un mestizo perfecto.

Abrí la boca atónito, pero se me adelantó el ruido de la puerta abriéndose junto a nosotros.

- Buen día – era la voz de Fletcher, quien se encontraba parada en el umbral de la puerta. Había estirado las vocales al saludar a la chica junto a mí, y cuando sus ojos cayeron en mí volvió a hablar – Oh, Carter.

La miré arqueando una ceja. Entonces reaccionó.

- Carter, ella es mi... – aclaró su garganta cuando sonó más ronca de lo normal. – Es una a-amiga, Victoria – la presentó y miré a la chica que estaba junto a mí. No parecía muy simpática, sin embargo, extendí mi mano a ella ahora sí con una sonrisa.

- Lo siento, estaba confundido. Creí que te conocía y no lo recordaba – me excusé por cómo le había estado mirando, lo que podría ser muy incómodo. Victoria hizo una mueca con los labios.

- No importa, Carter. Sabía de ti porque Fletch no deja de hablar de tu orgullo LGTB – Dijo con una sonrisa, algo tímida o quizás forzada. Me encogí de hombros.

- ¿Qué puedo decir? – pregunté retóricamente, aunque de hecho no sabía qué decirle.

Fletcher salió de la casa y susurró algo en el oído a Victoria mientras esta miraba al suelo, para posteriormente asentir cortamente.

- Nos vemos, un gusto – saludó Victoria antes de dirigirse hasta el auto.

- ¡El gusto es mío! – exclamé correspondiéndole para que me escuchase. Fletcher se había quedado a mi lado, y cuando Victoria entró en el auto giró a verme con los ojos como platos. – Así que, tu a-amiga es bonita – le burlé.

- Te odio – masculló entre dientes. – Dile a papá que llegaré muy tarde.

Oh, pero no esperaba dejarla ir tan fácilmente. Tenía que vengarme de aquellas burlas que ella también me hacía. Al fin y al cabo, éramos hermanos.

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