Capitulo 1
Mirando el reloj que tenía en su muñeca, Camila apresuró el paso, llegaba tarde por segunda vez en la semana. Levantarse temprano le estaba costando cada vez más y últimamente estaba teniendo pesadillas. Se despertaba en medio de la noche, a veces jadeando y gritando aterrorizada.
Se sentía cansada, le ardían los ojos y estaba segura que había bolsas debajo de ellos. No había querido verse al espejo mucho tiempo esta mañana, solo se habría retrasado más intentando lucir presentable. Había que reconocerlo, tenía un aspecto enfermizo, pero supuestamente estaba bien.
Para colmo su ropa estaba arrugada y su camiseta marfil tenía una gran mancha de café, lo había derramado camino a la escuela. Parecía una mamá primeriza, que apenas tenían tiempo para ducharse y comer.
La culpa de que llegara tarde, fuera del hecho de que su sueño estaba siendo irregular, se debía a que su auto estaba en el taller. Por eso se encontraba caminando como una maratonista, enserio solo le faltaba bombear los brazos.
Cuando llegó a la escuela estaba jadeando, había corrido las últimas dos cuadras en un intento por llegar antes que el timbre sonara. Por suerte aún había gente en el pasillo, por lo que estimó que recién había sonado.
Puso una mano sobre su corazón tratando de que este, ralentizara sus latidos. Decir que estaba en un mal estado físico era un eufemismo, las actividades físicas nunca fueron lo suyo, de todas formas se sorprendió que una pequeña carrera la dejara tan cansada.
Una vez que su respiración se regularizó fue hasta el salón de clases donde la esperaba su amiga, Julieta. Quien le guardaba un asiento junto al suyo. Al verla en la puerta Julieta quitó su mochila que había puesto en el banco para evitar que alguien tomara el sitio, y le hizo señas con la mano para que se acercara.
Las clases habían comenzado hace una semana, tomaría por lo menos lo que restaba de esta, para que sus compañeros escogieran el lugar que ocuparían el resto del año.
― ¿Qué te pasó?— le preguntó, cuando Camila se sentó junto a ella.
Tenía el ceño fruncido, algo que hacía a menudo.
— ¿Acaso no es obvio? Me volví a dormir — explicó apoyando su cabeza en la mesa. Giró el rostro hacia su amiga y sopló un mechón de cabello que la estaba molestando — A este paso no sobreviviré.
— Tranquila, dudo que mueras por falta de sueño — respondió rodando los ojos.
Camila soltó un suspiro, tal vez no moriría. Pero su cuerpo no resistiría a este paso, se sentía más cansada de lo habitual, además de tener una especie de malestar generalizado. Su madre le había dicho, que estaba vinculado con la falta de sueño.
Eso lo había supuesto ella misma, no necesitaba que se lo dijera. Quedó en que le conseguiría unas vitaminas y algunas hierbas relajantes, para que preparara una infusión antes de dormir. No sabía en que la podían ayudar unas vitaminas, pero ella aceptó.
— ¿Crees que puedas llevarme a la entrevista hoy en la tarde?— recordó que estaba sin auto quien sabe hasta cuándo y que tenía programada la entrevista de trabajo.
Tuvo ganas de soltar un quejido, apenas podía dormir yendo a la escuela y quería sumar a su rutina un empleo. Realmente brillante.
— Seguro.
Le sonrió agradecida y sacó su móvil, se extrañó al ver la hora, la profesora ya debería haber llegado.
— ¿Sabes quién te hará la entrevista?
Apartó la mirada del celular y miró a su amiga con los ojos entrecerrados. Realmente no se había puesto a pensar en ello. Había sabido del trabajo por una amiga de su madre, no había investigado al respecto.
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Eres Mia [Terminada]
Hombres LoboCuando era pequeña, Camila, conoció a un chico. Él siempre estaba ahí para ella, asegurándose que sonriera y que nadie la molestara. Estaban tan aferrados el uno al otro que cuando se fue, Camila quedó a la deriva. Años después el regresó, pero...