- ¿Rachel Parkers?- dijo el doctor entrando con expresión seria a la sala de espera.
- Soy yo- me levanto limpiando las lágrimas de los ojos.
Llevaba horas en aquella sala blanca, llena de luces y gente corriendo de un lado al otro: personas felices por el nacimiento de un nuevo hijo, por buenas noticias de su familiares...
A pesar de la luz, yo sabía que esa sala tenía un lado oscuro: gente llorando por la muerte de sus familiares, gente inquieta por recibir noticias de sus seres queridos...
En ese último grupo me encontraba yo.
Hacía horas que había recibido una llamada del hospital, una llamada que hizo que mi corazón se partiera en mil pedazos: mis padres habían sufrido un trágico accidente y estaban muy graves. Mi mundo se derrumbó en el momento en el que oí esas últimas palabras.
Ellos son la única familia que tengo. Mis abuelos están muertos, a excepción de la vieja bruja que hizo que mis padres perdieran su casa y su dinero, dejando a su hijo, su nuera y su nieta de cuatro años en la calle.
Ninguno de ellos tiene hermanos, lo cual me entristecía cuando era pequeña: siempre había querido un primo, alguien con quién jugar.
- ¿Cuántos años tienes?- pregunta el médico.
- Diecisiete- digo mirando fijamente la pared.
Él asiente con expresión seria e incluso podría decir que en su mirada se reflejaba cierta incomodidad.
- Rachel, ¿verdad?- dice a lo que yo asiento- Rachel, me temo que debo anunciarte el fallecimiento de tus padres. Ellos... han luchado por sobrevivir, pero sus cuerpos no han podido con la gravedad de las lesiones.
Las lágrimas comienzan a brotar de nuevo y, casi al momento, me encuentro llorando desconsolada.
- Lo siento mucho- dice sentándose a mi lado- ¿podemos llamar a un familiar para que venga a buscarte?
- Solo tengo una abuela, y no tenemos buena relación- digo entre sollozos.
- Debes ser fuerte Rachel- dice el poniéndome la mano en el hombro.
- ¡¿Dónde está mi hijo?!- se oye una voz a lo lejos que reconozco enseguida- oh aquí estás niña, ¿y tu padre?
- Señora, tome asiento y relájese- dice el médico.
Por una vez en su vida, mi abuela obedece, y hace lo que le indica el médico y se sienta a mi lado.
- Lamento decirle que su hijo y su nuera han fallecido- dice por fin el médico.
- No puede ser- dice ella- no, no, a mi niño no- dice ella con los ojos llorosos.
-¿Mi niño? ¿Ahora te importa?- digo yo con impotencia- No decías lo mismo hace trece años.
- Tú que sabrás - dice ella furiosa.
- Bueno, les dejaré a solas- dice el médico un tanto incómodo.
Nos quedamos un rato en silencio sin cruzar palabra.
- Sé que no te vas a hacer cargo de mí, de hecho, lo prefiero- digo mirándola- viviré en casa hasta los dieciocho y tu no dirás nada, no lo harás por él.
Señalo el pasillo por el que se ha ido el médico.
- Por tu hijo, el mismo que está ahí dentro muerto- digo sollozando.
- No eran tus padres- dice ella esbozando una sonrisa- no lo eran.
- ¿Cómo puedes venir y decirme eso?- digo llorando desconsolada- tu sí que no eres mi abuela, no lo serás y no lo has sido nunca.
- No, no lo soy, porque tus padres te adoptaron cuando eras un bebé- dice ella.
- ¿Qué?- me quedo estática en mi sitio- no me lo creo.
- Si no me crees, ve a tu casa y busca la documentación que lo acredita - dice ella riéndose.
Por un momento me olvido de todos los acontecimientos: de la gente corriendo, el ruido de las ambulancias, de las camillas y de enfermos gritando.
- Nunca quisieron decírtelo - añade -sabían que no se lo ibas a perdonar nunca, pero también sabían que algún día lo descubrirías.
- Señora, el coche de la casa real llegará en cinco minutos - dice a mi abuela un hombre trajeado que aparece de repente.
Yo la miro con cara confunsa.
¿El coche de la casa real?, pienso.
- Rachel, como bien sabes, no voy a hacerme cargo de tí, pero voy a hacer algo que tus padres deberían haber hecho hace tiempo: acceder a lo que el rey les pedía. Se hubieran hecho ricos - dice ella- por eso os eché de mi casa, lo hice por su bien. Pero ahora, la que se hará rica soy yo, y todo gracias a tí.
- ¿Qué dices?- digo perpleja.
- Eres hija de los reyes de Inglaterra. Rachel, eres la princesa heredera - dice ella.
- ¿Pretendes que tras la muerte de mi padre y de mi madre crea algo así?- digo yo sollozando.
- Los reyes te dieron en adopción porque un grupo terrorista amenazaba con matarte. Eras un bebé, salió en las noticias - dice ella agarrando su bolso con fuerza - mi hijo y su mujer habían intentado tener hijos, pero ella había sufrido muchos abortos y decidieron adoptar un bebé. Cuando fueron a realizar el papeleo de la adopción, les explicaron la gravedad del caso de la familia real y decidieron adoptarte a tí- dice realizando una pausa.
-Años más tarde, concretamente cuando tenías cuatro años, el rey se puso en contacto con ellos y les rogó que le devolvieran a su hija. A cambio les daría todo el dinero que quisieran, todo por tener a su primogénita de vuelta. Ellos rechazaron la oferta - dice ella.
- ¿Por qué me cuentas esta película?, ¿pretendes que me lo crea?- digo yo ahora furiosa.
- Solo voy a devolverte a tu verdadera familia.
-¡Mi verdadera familia ha muerto!- digo gritando por toda la sala.
La gente se gira para mirarme. En sus rostros puedo ver reflejada la pena que sienten hacia mí en estos momentos.
- Princesa, venga por aquí, por favor - dice el mismo hombre uniformado agarrándome del brazo.
- Adiós Rachel - dice mi odiada abuela.
- Soltadme - digo al ver que dos hombres uniformados comienzan a arrastrarme hasta la salida.
Cuando salgo del hospital, veo una limusina de la casa real esperando en la puerta.
- Entre, su padre le está esperando- dice uno de los hombres.
- ¡Mi padre está muerto!- digo gritándole.
Abren la puerta y me meten en el coche.
- Hola Rachel- dice una voz que me resulta familiar.
En el momento en el que me giro, el mismísimo rey de Inglaterra está frente a mí.
- Hola - respondo entre lágrimas - ¿A dónde me llevan?
- Mira Rachel, sé que has perdido a tus padres adoptivos...
- Mis padres - digo cortándole - eran mis padres.
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Aprendiendo a ser princesa (En Edición)
Teen FictionSECUELA YA EN MI PERFIL: LEJOS DE LA REALEZA _________________________________________ Seguir las reglas no es nada fácil. Sobre todo si tu vida de adolescente se ve interrumpida por la trágica muerte de tus padres y, casualmente, este acontecimient...