Comienzo a andar por la orilla un tanto mareada y tropiezo sin darme cuenta.
Cierro los ojos esperando que el agua entre en contacto con mi vestido y mi cara, pero eso nunca sucede.
Abro los ojos y encuentro la cara de Ethan a centímetros de la mía.
Nos quedamos mirando a los ojos.
Ethan tragó saliva nervioso y mi corazón latía muy rápido.
No esto no podía estar pasando.
Ambos giramos la cabeza a la vez, parecía que pensábamos lo mismo.
- Gracias- digo levantándome.
- Será mejor que volvamos dentro- dice Ethan mirando el suelo.
- Necesito estar sola- digo sentándome sobre la arena.
- No te voy a dejar sola, quien sabe lo que puedes hacer en este estado- dice él señalándome.
- Pues no me voy a mover de aquí- digo yo mirando el horizonte.
Él se sienta al lado.
- Vaya... cuidado, igual te estropeas tu outfit de quinientas libras- digo yo enfadada- con suerte quizás tú amiga te lo arregla.
Él se echa a reír.
- Pero qué mona eres cuando te pones celosa- dice mientas me pellizca los mofletes.
- Que no estoy celosa- digo yo gritando.
-¿Entonces por qué te enfadas?- dice él levantando una ceja.
Yo frunzo el ceño y me levanto.
Pego una patada a la arena y apreto los puños.
Cojo los tacones, me acerco a la orilla y los lanzo al agua con furia.
Luego vuelvo como si nada y me siento de nuevo a su lado.
- Acabas de tirar unos tacones que valdrán como doscientas libras- dice él riéndose- luego el derrochador soy yo.
- Oh Dios mío, pero qué he hecho- digo levantándome de nuevo.
-¿A dónde vas?- dice él
- A buscarlos- digo metiéndome al agua sin pensarlo.
-¿Estás loca?- dice acercándose a la orilla mientras yo me voy metiendo en el agua- Rachel no merece la pena, tienes muchos así en la maleta y mírate vas muy borracha, no es seguro.
Yo meto la mano con esperanza de encontrarlos.
- Ethan no se trata de eso- digo yo mientras sigo buscando- se trata de que alguien ha trabajado muy duro para que yo tenga esos tacones, no puedo desperdiciar doscientas libras de alguien así.
Ethan se queda perplejo ante mi comentario.
- Tienes razón- dice desde la orilla.
Hace algo inesperado: se quita los zapatos y los calcetines y entra en el agua conmigo y comienza a buscar igual que yo.
-¿Desde cuándo valoras lo que tienes?- digo yo sorprendida ante lo que acaba de hacer- oh dios tengo uno- digo saltando.
- Pues, supongo que también yo tengo que aprender cosas de tí - dice el sonriéndo al ver un tacón en mi mano- bueno solo nos queda uno.
Yo salgo a la orilla y dejó el tacón junto a los zapatos de Ethan y entró en el agua de nuevo.
De repente me empiezo a reír al ver a Ethan buscando el tacón perdido.
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Aprendiendo a ser princesa (En Edición)
Teen FictionSECUELA YA EN MI PERFIL: LEJOS DE LA REALEZA _________________________________________ Seguir las reglas no es nada fácil. Sobre todo si tu vida de adolescente se ve interrumpida por la trágica muerte de tus padres y, casualmente, este acontecimient...