Capítulo 16- Momentos incómodos

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Comienzo a andar por la orilla un tanto mareada y tropiezo sin darme cuenta.

Cierro los ojos esperando que el agua entre en contacto con mi vestido y mi cara, pero eso nunca sucede.

Abro los ojos y encuentro la cara de Ethan a centímetros de la mía.

Nos quedamos mirando a los ojos.

Ethan tragó saliva nervioso y mi corazón latía muy rápido.

No esto no podía estar pasando.

Ambos giramos la cabeza a la vez, parecía que pensábamos lo mismo.

- Gracias- digo levantándome.

- Será mejor que volvamos dentro- dice Ethan mirando el suelo.

- Necesito estar sola- digo sentándome sobre la arena.

- No te voy a dejar sola, quien sabe lo que puedes hacer en este estado- dice él señalándome.

- Pues no me voy a mover de aquí- digo yo mirando el horizonte.

Él se sienta al lado.

- Vaya... cuidado, igual te estropeas tu outfit de quinientas libras- digo yo enfadada- con suerte quizás tú amiga te lo arregla.

Él se echa a reír.

- Pero qué mona eres cuando te pones celosa- dice mientas me pellizca los mofletes.

- Que no estoy celosa- digo yo gritando.

-¿Entonces por qué te enfadas?- dice él levantando una ceja.

Yo frunzo el ceño y me levanto.

Pego una patada a la arena y apreto los puños.

Cojo los tacones, me acerco a la orilla y los lanzo al agua con furia.

Luego vuelvo como si nada y me siento de nuevo a su lado.

- Acabas de tirar unos tacones que valdrán como doscientas libras- dice él riéndose- luego el derrochador soy yo.

- Oh Dios mío, pero qué he hecho- digo levantándome de nuevo.

-¿A dónde vas?- dice él

- A buscarlos- digo metiéndome al agua sin pensarlo.

-¿Estás loca?- dice acercándose a la orilla mientras yo me voy metiendo en el agua- Rachel no merece la pena, tienes muchos así en la maleta y mírate vas muy borracha, no es seguro.

Yo meto la mano con esperanza de encontrarlos.

- Ethan no se trata de eso- digo yo mientras sigo buscando- se trata de que alguien ha trabajado muy duro para que yo tenga esos tacones, no puedo desperdiciar doscientas libras de alguien así.

Ethan se queda perplejo ante mi comentario.

- Tienes razón- dice desde la orilla.

Hace algo inesperado: se quita los zapatos y los calcetines y entra en el agua conmigo y comienza a buscar igual que yo.

-¿Desde cuándo valoras lo que tienes?- digo yo sorprendida ante lo que acaba de hacer- oh dios tengo uno- digo saltando.

- Pues, supongo que también yo tengo que aprender cosas de tí - dice el sonriéndo al ver un tacón en mi mano- bueno solo nos queda uno.

Yo salgo a la orilla y dejó el tacón junto a los zapatos de Ethan y entró en el agua de nuevo.

De repente me empiezo a reír al ver a Ethan buscando el tacón perdido.

Aprendiendo a ser princesa (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora