- ¡¿Discurso de qué?!- digo aterrorizada ante las palabras de mi padre.
- De navidad Rachel, de navidad- dice él poniéndome una mano en el hombro.
- ¿ Y no lo puede hacer Ethan? - digo yo intentando librarme - él es muy bueno en estas cosas, ya sabes... un sueco de la aristocracia, muy educado y serio lo hará mejor que yo ¿verdad? - digo poniéndo cara de inocente.
Él comienza a reír mientras que yo lo observo esperando una respuesta.
- Rachel, es tu responsabilidad, no la de Ethan - dice él más calmado - además menuda imagen darías, quedarás en ridículo delante de todo el país.
- Bien, ¿ para cuando debe estar el discurso? - digo yo preocupada.
- Para mañana - dice tranquilamente.
- ¡¿Perdón?! - exclamo asustada.
- Tranquila tendrás ayuda - dice y al instante suspiro aliviada.
- Menos mal que Niko siempre me ayuda en estas cosas, sino no sé que habría hecho - digo yo poniendo mi mano en el pecho.
- Niko no te ayudará, está muy ocupado, lo hará Ethan que para algo es tu marido.
Me quedo en silencio y aprieto los puños.
- ¿Qué os pasa? Habéis reaccionado del mismo modo ambos - dice mi padre alzando una ceja - y no cruzais palabra desde hace días, ni siquiera para molestaros.
- Ah, ¿has hablado antes con él?- digo yo mirando al suelo.
- Si, me lo he encontrado por el castillo y he aprovechado el momento.
- ¿Y... qué te ha dicho?- digo alzando la vista.
- Ha reaccionado igual que tú - dice haciendo una mueca.
Aprieto los puños y me levanto andando hacia la puerta bajo la atenta mirada de mi padre.
Ethan y yo llevamos ignorándonos desde que salí del hospital, hace cinco días. El único momento en el que nos veíamos era en las comidas, ya que tampoco venía a dormir, cosa que agradecía, no podría soportar compartir cama con ese idiota.
Me habían llegado rumores de que se tiraba de nuevo a una chica cada noche. El rumor se había extendido por todo el castillo rápidamente: todos los presentes lo sabían salvo nuestros padres y mis hermanas.
Veía las miradas llenas de pena de todo el que trabajara en palacio, como si fuera una ingenua.
A mí me daba igual lo que hiciera Ethan, tan sólo me molestaba que la que quedara como una tonta fuera yo.
Recorro rápidamente el pasillo del palacio: si mi padre había hablado con Ethan no podría andar muy lejos.
Tras buscar en gran parte del palacio, fuí al lugar en el que estaba casi segura de que estaría.
Salgo a los jardines y me dirijo al parque dónde solían jugar cuando Niko y él eran pequeños.
Lo veo dormido en el banco del parque tapado con una manta.
Se notaba que no había dormido nada, seguro había vuelto a salir como era costumbre todas estas últimas noches.
- Ethan, no tienes que hacer esto, no vengo a pedirte que por favor nos volvamos a hablar- digo acercándome- pero no duermas en diciembre en un banco, te vas a helar de frío.
Pero no obtengo respuesta.
- ¿Ethan?- digo sacudiéndolo.
Él emite un quejido y abre los ojos.
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Aprendiendo a ser princesa (En Edición)
Teen FictionSECUELA YA EN MI PERFIL: LEJOS DE LA REALEZA _________________________________________ Seguir las reglas no es nada fácil. Sobre todo si tu vida de adolescente se ve interrumpida por la trágica muerte de tus padres y, casualmente, este acontecimient...