El día ha llegado.
El día en que Ethan y yo nos casaremos y con ello uniremos dos países.
Las damas corretean por mi habitación: me maquillan y peinan con mucho cuidado.
Según ellas hoy tengo que estar perfecta.
De repente entra una chica con mi vestido de novia por la habitación.
Yo suspiro al verlo.
Nunca habría pensado en casarme con 17 años y sin embargo, lo estaba haciendo.
Entro en el vestido con la ayuda de todas mis damas.
- La ceremonia comienza en diez minutos- dice una mujer asomándose.
Según ellas, estaba preciosa.
Mi padre sorprendentemente había superado la operación, pero lo habían inducido a un coma del que teníamos que esperar a que se despertara. Eso no quería decir que el cáncer se haya curado por completo.
- Y listo- dice una de las chicas acomodando el velo.
Salgo por el pasillo y busco a Niko con la mirada, quien me va a llevar al altar.
- Prima, estás...- dice él sin palabras.
- Venga no exageres al final me vais a sacar todos los colores- digo agarrándome a su brazo.
- Mi pequeña prima se casa con mi mejor amigo y va a ser reina en menos de una hora.
- Ajá- digo tomándomelo con humor- y tú para cuando te casas- digo mientras avanzamos por el castillo de camino al coche que nos llevaría a la iglesia.
- Primero tendré que tener novia- dice él mirando al suelo.
- ¿Habéis roto?- digo refiriéndome a la que era su pareja hace apenas unos días.
Él asiente.
- Se fue a Toronto a terminar de estudiar- dice él decaído.
- No te preocupes, te presentaré a mi mejor amiga- digo poniéndole cara pícara.
- Em, no quiero nada con nadie de momento.
Entramos al coche y este arranca.
Llegamos en apenas cinco minutos.
Tal y como marca el protocolo, Niko salió por sí solo y esperó a que el chófer abriese mi puerta.
Yo me agarré a él y en ese momento la prensa comenzó a volverse loca.
Subimos ambos las escaleras, agarro a Niko del brazo y la música comienza.
Entramos en la iglesia y puedo ver a lo lejos a Ethan, con un traje que le sentaba genial, mirándome fijamente.
Cuando llegamos al altar Niko me suelta y Ethan me ayuda a subir las escaleras ante la mirada expectante de toda la iglesia.
La ceremonia comienza y transcurren unos cuarenta minutos hasta que el sacerdote dice.
- Yo os declaro marido y mujer, puedes besar a la novia.
Ethan y yo nos besamos y la iglesia comienza a aplaudir.
Madre mía nos acabamos de casar super jóvenes.
Ethan me mira al separarnos.
- Bueno, primer paso para destrozar nuestra vida, realizado- me susurra el con ironía en el oído.
- Vayamos con el segundo- le respondo yo también en el oído.
Ambos soltamos una pequeña carcajada que rápidamente reprimimos ya que toda la iglesia estaba expectante, observando todos nuestros movimientos.
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Aprendiendo a ser princesa (En Edición)
Teen FictionSECUELA YA EN MI PERFIL: LEJOS DE LA REALEZA _________________________________________ Seguir las reglas no es nada fácil. Sobre todo si tu vida de adolescente se ve interrumpida por la trágica muerte de tus padres y, casualmente, este acontecimient...