Capítulo 23 - Misión en peligro

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Me duele mentir a mis amigas.

En estos últimos meses hemos forjado una relación muy cercana. Tarde o temprano se enterarán de quién es Rachel Windsor y no sé si podrán perdonarme.

- Becca, ¿cuál me llevo?- decía Sonia enseñándome dos bikinis.

- El rojo- digo sonriéndo.

- Venga, levanta- dice Liz- tienes que comprarte algo, nos vamos a Hawaii.

- ¡¿Haawaaiii!? - digo alterada- pero el viaje de fin de curso era a Las Vegas.

- Bueno, la gente se quejó porque Las Vegas mola, pero Hawaii mola más- dice Lizbeth emocionada- es una despistada, nos vamos mañana y tu aún no te habías enterado, lo pusieron en la web del instituto.

- No puedo ir - digo saliendo corriendo de la tienda.

- Rebecca Stevens- dice Sonia corriendo detrás mío - a mí no me engañas, nos ocultas algo, hace unos días estabas muy emocionada con el viaje y te dicen que vamos a Hawaii y ¿dices que no vienes?

- No os oculto nada - digo firmemente.

Están empezando a sospechar: debo ir, además sería mucha casualidad encontrarme a alguno de ellos.

- He oído que el hotel tiene discoteca, piscina, la playa está al lado- dice ella con tono persuasivo.

- Está bien- digo suspirando.

Ella sonríe y me arrastra de nuevo dentro de la tienda.

Me obligan a comprarme tres bikinis y ropa de fiesta.

Al día siguiente tuvimos que madrugar mucho para coger el avión: no éramos muchos de mi instituto.

Llegamos por la tarde.

Nos recogió un autobús en el aeropuerto.

Mis tíos habían sido enviados hacía unos días a Washington a resolver un caso del FBI, por lo que no sabían nada al respecto sobre Hawaii.

Se lo estaba contando a mi tía cuando oigo a Lizbeth chillar emocionada.

- ¡Este hotel es súper lujoso!- dice ella a mí lado.

Cuando levanto la vista de la pantalla del teléfono no doy crédito: era el mismo hotel en el que habíamos estado alojados Ethan y yo después de la boda, cuyos propietarios eran los padres de Ámber.

- ¡No puede ser!- digo indignada mientras Liz se me queda mirando confusa - entre todos los hoteles de Hawaii, ¿teníamos que venir a este?

Mi amiga me arrastra rápidamente fuera del bus, con Sonia siguiéndonos.

Cogemos las maletas y nos adentramos en la recepción.

Mierda.

El mismo hombre que nos atendió a Ethan y a mí.

El hombre me mira confuso y yo actúo con normalidad mientras nos dan a las tres las llaves de la habitación.

- Juraría que me recuerda a alguien- dice antes de que nos marchemos hacía nuestras habitaciones.

- ¿Lo conoces?- dice Sonia

- ¿El qué?- digo saliendo de mis pensamientos.

- Al tío de la recepción- dice ella alzando una ceja.

- Oh, pues claro qué no- digo yo riendo- seguro que se habrá equivocado.

Ella asiente y comenzamos a deshacer las maletas.

Aprendiendo a ser princesa (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora