Capítulo 40 - Siempre seré una Windsor

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El teléfono no paraba de sonar.

Yo lo miraba fijamente desde un rincón de la habitación de un hotel en Estocolmo, en el que había decidido alojarme tras haber tenido una fuerte discusión con Ethan.

Me encontraba sentada en el suelo abrazando mis rodillas y pegada a la fría pared, la cual se encontraba empapelada con un estampado de los años ochenta.

Todos debían de estar muy preocupados por mí. Nadie sabía mi ubicación exacta, tan solo que andaba por algún punto de Estocolmo.

Apoyo mi cabeza en la pared y miro hacia el techo recordando lo que había sucedido con Ethan horas antes.

" - Quiero el divorcio - digo con voz temblorosa.

Ethan se echa a reír.

- Bien - dice sin expresión en la cara.

- ¿Bien? ¿Solo se te ocurre decir eso?- digo yo alzando una ceja.

- ¡¿Qué quieres que te diga Rachel?!- dice estallando con furia- Quieres que te diga, adelante haces lo correcto, pues no, no lo diré.

- ¡¿No eras tú él que quería divorciarse meses atrás?!- digo yo enfadada.

Él calla durante unos segundos.

- No utilices lo que yo haya podido decir en el pasado- dice él con tono firme.

- ¿Por qué no? A mí parecer sigues siendo el mismo príncipe arrogante, maleducado, egoísta y mujeriego que conocí el primer día.

Él aprieta sus puños tratando de contener su furia.

- Eres una maleducada y una irresponsable, no mereces ni estás capacitada para ésto.

- Tú que sabrás de mí- digo levantándome del asiento al ver cómo el avión había aterrizado - si por capacitada te refieres a aguantarte toda la vida, lo siento pero no, no estoy capacitada. Búscate a otra que lo haga, quizás alguna de tus amiguitas se sienta capacitada.

La azafata haciendo caso omiso a la discusión abre la puerta y yo bajo rápidamente por la escalerilla del avión.

- ¿A dónde vas?- oigo a Ethan.

- ¡Lejos de tí!- digo yo llorando- ¡Lejos de todos vosotros!

Comienzo a correr hacia el interior del aeropuerto.

Me recojo el pelo en el baño y me pongo la capucha de la chaqueta que llevaba para que nadie me reconozca.

Anduve durante varias horas hasta que encontré un hotel. Tomé una de mis tarjetas de crédito y pagué la habitación."

Lloraba desconsolada.

Yo quería seguir llevando una vida normal, no estoy echa para palacios, ceremonias y lujos.

Yo no soy Rachel Windsor, y nunca lo seré. Fue una verdadera tontería pensar que quizás algún día podría llegar a serlo.

A pesar de las clases de protocolo, las ceremonias reales y diversos eventos, yo seguía siendo Rachel Parkers.

El móvil continúa sonando.

Me acerco para ver quién es esta vez.

"Niko", veo que aparece en la pantalla.

- ¿Sí?- contesto sollozando.

Oigo como alguien suspira a través del teléfono.

- Rachel cariño, ¿dónde estás?- dice finalmente mi primo- estoy en Estocolmo, no le diré a nadie tu ubicación, solo...quiero ir a verte.

Yo me echo a llorar y finalmente le digo la ubicación.

- Vale Rachel, en unos minutos estoy allí - dice Niko tratando de tranquilizarme.

- ¿Sabe alguien que estás aquí?- digo yo entre sollozos.

- Solo Ethan, y le he pedido que no diga nada- dice él - te dejo, ahora nos vemos.

Niko cuelga el teléfono.

Yo me echo en la cama mientras espero a que llegue.

Al cabo de veinte minutos oigo como alguien llama a la puerta.

Yo la abro y él me abraza mientras lloro en su hombro.

- No puedo seguir con esto - digo yo sollozando - siento decepcionaros a todos.

- Déjalo Rachel, ya da igual - dice él - creo que ha sido culpa de todos. Te hemos presionado a seguir una vida sin preguntarte si era la que querías llevar.

Él cierra la puerta.

- Vengo de hablar con Ethan - dice finalmente.

Yo abro los ojos como platos.

- Está también muy disgustado con todo lo que está pasando- dice él - pero ha dicho que respetará tu decisión.

Mi corazón se acelera.

- Eso sí, Julia ya es la siguiente heredera al trono - dice él mirándome fijamente - no puedes llevártela.

Yo asiento llorando.

- Lo sé, la custodia pasaría a Ethan - digo yo decepcionada.

Él asiente.

- Por otro lado, como la heredera es Julia, no puedes abdicar hasta que ésta sea mayor de edad, puedes ausentarte pero dónde vayas seguirás siendo la reina, como mínimo hasta que Julia tenga dieciocho años y puedas hacerlo. Si Kate o Nicole tuvieran dieciocho, hubieras podido abdicar y ellas hubieran sido las encargadas de asumir el trono hasta la mayoría de edad de Julia.

Yo me quedo perpleja.

- ¿Desde cuándo no puedo abdicar libremente?- digo yo alzando una ceja.

- Desde que ambos países se unieron con vuestro matrimonio - dice él - abdicar crearía un conflicto dinástico entre ambos países. Lo único que puedes hacer es pedir el divorcio e irte a estudiar a Estados Unidos como deseas, pero seguirás arrastrando el apellido Windsor durante mucho tiempo.

Yo suspiro frustrada.

- Una última cosa, si decides irte a "estudiar", debes dar una ceremonia de despedida para hacerlo público, a la que por supuesto tendrás que asistir con Ethan.

- ¿Con Ethan? - digo yo sorprendida - pero si no querrá ni verme.

- Creo que estás muy equivocada con él - dice mientras hace una mueca - Ethan es egocéntrico y todo eso, pero como sabrás también lo ha pasado mal...

- Lo sé, no intentes que me dé pena por el cáncer - digo yo entre lágrimas - ya me siento muy mal por lo que estoy haciendo.

- No intento eso, solo quiero que veas que Ethan puede llegar a ser poco expresivo, por diversas circunstancias que han hecho que sea esa clase de persona - dice él.

- Lo sé - digo yo apenada - necesito dormir un poco.

Él asiente.

Yo me recuesto en la cama y Niko me tapa y me da un beso en la frente.

- Sabes que hagas lo que hagas, siempre me tendrás a tu lado, así que ves preparando una cama de más en casa de tu tía en Estados Unidos.

Yo le sonrío levemente y él sale de la habitación. Y cierro mis ojos.

"Aquí está la futura universitaria- dice una voz detrás mío.

Se me tensan los músculos.

- ¿Oregón?- dice detrás mío- eso queda bastante lejos de Inglaterra.

Yo me mantengo firme sin girarme.

- Menudo cambio de look, normal que hayas esquivado a todo el mundo durante cinco meses.

- ¿No te girarás? - dice él tirándome de la muñeca obligándome a darme la vuelta- o le tienes vergüenza a tu marido."

Me despierto sudando y exaltada.

Aprendiendo a ser princesa (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora