Décimo Segundo

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El calor golpea mi espalda, sé que es obra del maravilloso sol, que no debería estar así de encandecido, no es verano. Estiro mis dedos de las manos y pies, antes de abrir los ojos, algo me falta.

Me siento en la acolchonada cama, es tan suave que caigo en la tentación y me vuelvo a tirar en ella.

Mi rostro queda de lado, así es como veo junto a mí a Rhett, igual que yo sigue con toda la aparatosa ropa, excepto por sus zapatos, tiene unas chistosas medias... negras, pero en la punta tienen al monstro come galletas.

Oh, eso es lo que me falta. Mis zapatos.

Estiro mi mano, dudo si tocar su hombro. Esta dormido sobre su pecho, exactamente como duermo yo, rio, si... quizá tenemos algunas cosas en común y ni siquiera nos hemos dado cuenta, tenemos casi un mes de conocernos, lo que bueno, desata la guerra de carácter, pero hasta ahora yo he llevado la fiesta en paz.

Decido que es hora de despertarlo, mi estómago gruñe, no voy a esperar más.

—Rhett...—él mueve un poco sus parpados, así que vuelvo a moverlo con mi dedo índice. —Rhett...

Sus ojos se abren de golpe, como si hubiera interrumpido el hilo de su sueño.

—No, no...—mastica la negación, parpadea, su mirada se encuentra con la mía, frunce el ceño y se aclara la garganta. —así que no fue un mal sueño nada. Buen día, Camila Buendía.

Chiste viejo y malo. Ruedo los ojos.

—Buen día, ¿Me dices como llegaron mis zapatos al otro lado de la habitación?, recuerdo que me dormí usándolos.

Se gira un poco, ahora estamos frente a frente.

—Bueno, en la madrugada me dieron ganas de ir al baño, ¿sabes que la gente va al baño, no? —vuelvo a rodar los ojos. —cuando regrese te veías muy incómoda moviendo tus pies. Así que me dije: porque no hacer la obra de caridad con mi nueva esposa. Me pateaste dos veces, después de eso logre quitarlos. No me lo agradezcas.

No dudo ni por un segundo que eso sucediera, cuando estoy dormida hago y digo cosas, pero obviamente no advertí a nadie de eso.

—Lo siento. —le ofrezco mi mejor sonrisa. —Tengo mucha hambre, pidamos algo porfa.

El chico me mira, y luego a sus pantalones.

—Qué tal si tu sales de la habitación y pides el desayuno. Yo tengo algunas cosas mañaneras que atender.

Okay... esto es incómodo, él se ríe de mí, apuesto a que mis mejillas están como tomates.

Me levanto de la cama, apresurada a la puerta, antes de salir le digo:

—No te diviertas mucho en el baño, no creo que se demoren.

Cierro la puerta algo rápido para mis reflejos como si me fuera a perseguir, lo que me hace reír.

Dios... eso sí que fue incómodo, ¿Cómo será cuando yo tenga el periodo y tengamos que compartir baño?

Dios.





Pido el desayuno soñado, el de una reina. Cuando Rhett sale de la habitación me apresuro a entrar y encerrarme, no duro ni un segundo más con este vestido.

Comienzo a bajar la cremallera y... mis manos no alcanzan a bajar esa parte.

Anota la siguiente cosa incomoda que haré.

Salgo de la habitación, con mis manos sobre mis senos, para evitar la caída de esa parte del vestido.

Rhett está dejando pasar al chico que trae nuestro desayuno.

Así que, hola Camila actriz... es hora de surgir.

—Cariño, —digo de la manera más casual que puedo. —necesito tu ayuda.

Me aproximo a ellos, el chico del desayuno frunce el ceño, sé lo que ve... es de mañana y apenas me quito mi vestido de novia, aja algo no paso.

Rhett se acerca a mí, me volteo y trato de no sentir como sus dedos corren por mi espalda al bajar la cremallera.

Cuando me volteo, sostengo con más fuerza mi vestido al pecho, Rhett ve exactamente lo que yo en el tipo. ¿Cómo lo sé?, llamémosle bluethoot

Frunce el ceño.

— ¡¿Estas mirándole las tetas a mi esposa?! —su voz explota, es como que callo la tercera guerra mundial y yo ni enterada.

—No, señor yo...

—Lárgate de mi habitación. Desvergonzado. —incluso yo noto el drama que desborda, está sobreactuando, pero el tipo está viviendo el pánico.

—Perdóneme, señor. —sale rápidamente y cierra la puerta.

No puedo evitar soltar la carcajada, Rhett se une. Dios, en serio, eso fue bullying.

—Pobrecito, debe de pensar que lo van a despedir. —suspiro, tratando de recuperar el aire.

Rhett también deja de reír, me mira con una ceja alzada.

—Si bueno...deberías conseguir algo de ropa, aquí no puedes detener el tráfico, Buendía. —me guiña.

Si, ese guiño es mi señal para ir corriendo a la habitación a encerrarme una vez más. 





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Hola, vengo para que se molesten y no solo por el cap corto, ustedes dirán "madaquewhat Karen, ya nos hiciste esperar.", lo sé, lo siento.
Me ausentaré de Wattpad hasta abril, por nuevas responsabilidades que tengo y debo ordenar en mi vida. así que el primer viernes de Abril, regreso y con todo. Porque ese día les cae un lindo maratoncito.

Así que nos leemos, xo

Matrimonios & ConvenienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora