El golpe de nudillos hacen que nuestras miradas dejen de vincularse; el frunce el ceno.
—¡¡No estamos disponibles!! —sus palabras me hacen voltear a verlo. Está loco.
Yo me bajo de la cama, Rhett me sigue, cierra la puerta del closet y agarra mi brazo.
—Deberías soltarme. —digo sin mirarlo, trato de seguir caminando. El me suelta, pero sigue avanzando.
—Creo que nos han interrumpido. —dice, se coloca entre la puerta de la habitación y yo.
—Yo creo que ha sido por bien. —pongo mi mano en la perilla para abrir, el coloca la suya sobre la mía.
—Me parece que estamos en otra diferencia, a mí me parecía bastante bueno lo que se veía venir.
—El camino al infierno esta lleno de cosas buenas. —giro la perilla, mi abuelo esta de pie frente a mí. Tiene el ceno mas fruncido de lo común que existe en sus arrugas.
—No quiero entrometerme mi cielo. —Se ve tan apenado y algo cabizbajo. — Pero vino una señora preguntando por ustedes... una tal Cristel.
Creo que a ambos nos espabila el nombre, porque caminamos sin respuesta, simplemente llegamos a la sala y suspiramos a la par.
Scarlett ya la había dejado pasar, ambas platicaban, a pesar de lo natural que se veía, Rhett y yo sabíamos que era una entrevista para catalogarnos como sus tutores legales. Veo a Scar totalmente emocionada por las palabras saliendo de su boca.
—A pasado casi un mes entero y la adoro demasiado. Ella me escucha y eso me encanta. —sonríe de canto a canto. —Hemos decidido que vamos a pasar los días libres de fiestas patrias en Pedasí.
Eso no es cierto, miro a Rhett este suspira y mira a la señora y asiente.
—Sí, como cada año. —confirma Rhett, aunque sus palabras no se reflejan en sus ojos.
—Espléndido. —Cristel se levanta. —Eso concluiría todo. — ¿qué?, —Me gustaría que pudieran llamarme para acordar una cita con la psicóloga de la institución para Scarlett. Ya tienen mi número.
Rhett entra en pánico y dice algo que no entiendo, pero por la reacción corporal de la mujer, asumo que la invitó a tomar algo. Ambos caminan a la cocina y yo ni siquiera me interpongo en lo que esta sucediendo.
Me siento junto a Scar, ella simplemente enciende el tv y pone uno de esos programas de reality basura.
—No debiste hablar con ella sin tu hermano. —digo, imitando su posición en el sofá. Ella se encoje de hombros y suspira.
—El hace muchas cosas sin mí, también sin ti. Así que no veo lo malo.
—Es sobre tu futuro bajo su tutela, tiene mucho de malo no dar la impresión que se quiere.
—Quizá, pero eso no quita que sus errores sean iguales o peores.
—¿De qué errores hablas?
Ella se aclara la garganta y sonríe detrás de mí, la señora Cristel se despide con su mano.
—Tienes mi número Scarlett, cualquier cosa que necesites. Úsalo.
El rostro de la vieja toma algo de superioridad al decir eso, como si supiera que las cosas se fueran a poner feas.
—No dudaré en hacerlo.
La vieja, sale por la puerta a la vez que Jacinta va entrando. Jaci se detiene en la sala y nos mira a todos con sospecha.
—¿Qué dijo la vieja? — que bueno que no soy la única que le dice así.
—Nada, solo quiere complicarnos. —el tono de Rhett da miedo, parece que en cualquier momento se convierte en chico bestia.
Vuelve el humor de perros de Rhett, Jaci dejo la cena lista, todos cenaron excepto Rhett y yo.
Intenté que se calmara, por el bien de Scarlett. Y sigue enojado solo que en silencio.
Voy a la cocina, busco en la nevera y comienzo a servirme un poco de espagueti. Por lo menos no hubieron gritos ni algarabía. Suspiro. Se ve tan apetitoso todo que se me hace agua la boca y aun no pruebo nada.
Rhett entra, con su caminar enojado sonante.
Lo miro y sigue con el ceño fruncido. Se sienta en la isla de la cocina, está mirándome como si tuviera algo que quiere.
—Te serviré algo de comida, idiota enojón. —saco otro plato y comienzo a poner partes iguales para ambos.
Coloco ambos platos en la isla, me siento frente a él, ambos comenzamos a comer en silencio. Sigue mirándome de vez en cuando. Variando entre la comida y yo.
Esta controlado, le di un sermón de quince minutos. Hasta que quedo murmurando sin sentido.
Termino de comer de último. El esta frente al lavabo esperando, dejo mi plato y le frunzo el ceño. Esto se esta poniendo raro.
—Te tocan los trastes. —le digo señalando los platos.
Siento como rápidamente unos dedos se pegan a mis mejillas y me halan. Es tan rápido el gesto que no entiendo lo que está pasando.
—Okay. —contesta. Siento mis mejillas encenderse y mis ojos jugar con salirse de sus cuencas. Mi corazón amenaza otra vez con dejar su cavidad. Mis labios arden por la sensación.
Espera, ¿me besó?
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Matrimonios & Conveniencias
ChickLitCamila conoce a Rhett, el ser con el rostro más imperturbable que existe. Rhett, conoce a Camila, una mujer que habla demasiado y no aparece lo suficiente. Son agua y aceite, que por el destino quedan en un matrimonio por conveniencia. Sumale a es...