"Banshee"

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Llegamos todos a la veterinaria de Deaton, donde Lydia estaba esperando, con los ojos llorosos y su cara arañada.
Vino rapido a mi lado y me abrazó.

-Lydia, ¿qué te pasó?- pregunté, separandola de mi para verle la cara.
Pasó sus dedos, recorriendo las cicatrices...
Al parecer, había gritado, y sus manos bajaron por todas su mejillas, arañandosé involuntariamente.

-¿Que le pasó a Peter?- escuché que preguntó Deaton.

Dejé a Lydia y fui con el.

-La Loba clavó sus garras en su estomago- dije, y le levanté la remera a Peter, aunque este se veía mas palido. Lo dije.

-Deaton, Peter esta muy palido- hablé, pero me ignoró.
Tomó su pulso, se fijo que este estable, vió si estaba sanando y si había perdido mucha sangre.

Y si, todo estaba mal.

Su pulso era lento, no estaba estable, no estaba sanando y había perdido mucha sangre.

-Voy a tener que hacerlo sufrir un poco, para que tenga color- me susurró, como si yo fuese quien debía tener control sobre Peter.
Miré a Derek, pero estaba con esa misma mirada que en el lugar abandonado, solo que esta vez pude verlo con una chaqueta de cuero y los brazos cruzados.

-Yo no tengo poder sobre su cuerpo- dije.
Derek sonrió y se movió en el lugar.

-Hazlo- le dijo a Alan, y este le inyectó algo en el brazo.

Esperamos un pequeño rato, parecía que Peter empezaba a tener color otra vez, pero mientras acariciaba sus dedos, empezó a convulsionar.
Deaton intentando buscar todo lo necesario para pararlo, mientras Derek me gritaba.

-¡¿Le quitaste el dolor?!- exclamó.
-¡No, solo estaba acariciando su mano!- exclamé en el mismo tono.
Miré a Deaton con todas las cosas necesarias y esperé ordenes.

Pusimos a Peter de costado, corrimos la camilla y abrimos una ventana.
Apagamos las luces, el veterinario le inyectó algo y Peter se calmó.

Era noche de luna llena, y por la ventana entraba un reflejo de ella, dandole directo al estomago de Peter.

Acariciaba su cabello.

Mientras pensaba que había quedado mas que claro lo que Isaac me había dicho.

"Ya no puedes hacer nada, excepto salvar otra vida"

Miré a Peter y tenía sus ojos abiertos.

Sonreí.

Pero al instante se pusieron azules, y empezó a salir pelo de su cara.
-Se esta transformando- dije, un poco asustada. No por Peter, sino por el lobo que estaba dentro suyo.
-Hay que calmarlo a tiempo- dijo Deaton, pero se quedó quieto.
-No hay material necesario para eso, Dominique- habló, y miré a Derek.

-Besalo- dijo, sin tartamudear.
Lo miré, como si se estuviera burlando de mi.

-¡Besalo, Dominique!- exclamó, elevando la voz.
Y pude sentir la mirada de todos a mi costado.
-¡Vamos, Dominique! ¿Te importa lo que ellos piensen o te importa su vida?- gritó, y tenía razón.

Me importaba mas su vida.

Peter ya se había transformado pero no reaccionaba mucho.
Mostró sus dientes, pero lo besé.
Como habia dicho Derek que haga.

Lo besé.

Dejé mis labios sobre los suyos, mientras mi mano izquierda estaba en su pecho y la derecha en su mejilla.
Movió su labio, algo asi como un reflejo.
Me despegué de el al instante y lo miré.
Había cerrado sus ojos mientras lo besaba. Mientras volvía a ser Peter.

Había reprimido a su lobo, y en cuanto abrió sus ojos, vi que todo estaba bajo control.

Miré a Derek, con la boca abierta y una sonrisa de lo sorprendida que estaba.
Reí un poco y me tapé la boca.
Lo había calmado.

Había calmado a Peter solo con un beso.

-¿Qué pasa, Dominique?- murmuró Peter, y en cuanto lo vi con una sonrisa de costado, lo volví a besar.
Me separé de él y le acaricié el cabello.

-Buen trabajo, Dominique. Ahora solo falta tiempo.- dijo Deaton, mientras palmeaba mi espalda con una sonrisa.
-Tendras que pasar la noche aqui, la luz de la luna te ayudará- le dijo a Peter, y volvió a recepción.
Suspiré y me giré.

Todos nos estaban mirando.
Stiles tenía una expresión de confusión, y podía oler cuán traicionado se sentía.
Lydia no podía entenderlo.
Isaac solo me miraba.
Y Scott... No podía saber nada de el, no olía nada, ni podía oír su corazón.

Stiles revoleó la cabeza y salió de la habitación, siendo seguido por todos.

OMEGA  • Peter Hale •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora