OMEGA • Peter Hale •

"Estresados"

-Dominique, que bueno que estas aqui- dijo Jordan, y me abrazó.
-Gracias a ambos por venir... Necesitamos su ayuda- dijo, y entramos al lugar.

Los policias no podían ni atender los llamados de tantos que le llegaban.

-Comenzaron a llegar cientos de llamados a las 3:33, gente diciendo que alguien habia entrado a su casa, que había roto la puerta o la ventana, y que sabía que había alguien en su casa.- comenzó a explicar, y lo miré a Peter... Mucha coincidencia.
-Mandamos policias a los primeros 17 llamados, pero cuando revisaron las casas de las "victimas", no habia nadie en ella mas que los propietarios regulares- concretó Jordan.
-Acaba de pasarme en mi casa. Oí una ventana romperse y cuando fuimos... Cuando fuí a investigar, no había nadie, ni había una ventana rota- expliqué, apoyandome en el escritorio del Sheriff.
-¿Algo mas que debamos saber antes de que nos obliguen a olfatear como perros en las casas de las "victimas"?- dijo Peter. Rodeé los ojos y me crucé de brazos.
-Si, 2 de los cientos de llamados que llegaron, dijeron que vieron una silueta enorme, pero que parecía mas una sombra- dijo el Sheriff.
-Los acompaño- se ofreció Jordan, pero Stilinski negó.
-No, Parrish. Te necesito aqui. Sé que estarán bien- dijo, y salió de la sala.
Jordan se puso en frente de Peter y lo miró a los ojos.

-Sale herida por tu culpa, y te quemo vivo- amenazó, mientras sus ojos cambiaban de color.
Peter rodó los ojos y salió de la sala.

-No dejaré que me haga daño, te quiero hermano- dije, mientras salía yo tambien.
Y a pesar de todo, salí con una sonrisa, porque oí como su corazón dió un salto cuando lo llame "Hermano".

Me subí al auto de Peter y nos quedamos allí un segundo.
-¿Qué carajo estamos buscando?- pregunté, mientras Peter bajaba la ventanilla y recibía unos papeles que le daba el Sheriff.

-Dictame las direcciones- dijo, entregandome los papeles.
-Ya puedes dejar de actuar, estamos solos- dije, un poquititito enfadada.
-Estoy estresado, Dominique, y odio que me amenacen- elevó un poco la voz. Y me habló como nunca me había hablado.

Como si fuera una niña.

Miré el papel y recordé las direcciones.

-Frena- dije, me miró extrañado y preguntó
-¿Es aqui?- no, no era en esta calle.
-No. Me quiero bajar. Frena.- dije, mirando la calle.
-Lo siento, Dominique, no quise... Yo...- habló, y frenó de a poco.
-Te amo, pero claramente necesitas un tiempo para relajarte- hablé, y me bajé del auto, dejandole el papel en mi asiento.
Cerré la puerta y me dirigí en dirección contraria, hacia la segunda dirección que decía en el papel.

Caminé hasta la esquina agudizando mi oido.
Peter no arrancaba el motor, se había quedado allí.

-Mierda- oí que dijo, pero de todas formas, volvió a prender el auto y aceleró.