"Romeo y Julieta"

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El fin de semana terminó.

Habíamos enterrado a Malia, todos los que estuvieron alli (incluido Derek, aunque no me dejó hablarle ya que se fue muy rapido) le dejaron una margarita...

No había rastros de Peter, nuevamente el aroma de Derek estaba para todos lados y ya estabamos en finales, asi que el lunes tuve que volver a la escuela.

Apenas llegué a la esquina, podía oír el ruido.
Mucho ruido.
Quizas haya sido por mi fin de semana horroroso, pero mis sentidos estaban a flor de piel.

Escuchaba a todo el mundo, mi olfato estaba confundido, aveces me salían garras sin razón y mis ojos cambiaban a azul de vez en cuando.

Entré al colegio en horario y fui directamente a la clase de literatura.
Tuvimos que hacer un resumen de Romeo y Julieta. Bueno, mis compañeros, porque yo no dejaba de pensar en Peter. Cómo las historias eran parecidas, cómo por amor dejaban todo, hasta su vida...

-¿Señorita Dominique?- levanté la cabeza y el profesor me estaba mirando, acompañado de toda la clase.
-¿Quiere retirarse de la clase?- preguntó.
-No, ¿Por qué?- ¿Acaso me estaba llamando la atención?

Se acercó a mí despacio.

-Estas llorando, Dominique. Puedes tomarte el día si asi lo deseas...- susurró.
Puse una mueca de confusión y toque mis mejillas. Estaban empapadas en lagrimas.
Asentí y me puse mi mochila, tomé mi libro y mi cuaderno y salí de la clase.

No podía mas.

Revoleé la mochila al costado y me apoyé en los casilleros, me deslicé por ellos hasta el piso y fui conciente de que empecé a llorar.
Lloraba en silencio, y el dolor me estaba oprimiendo el pecho.
Tocó la campana unos minutos despues y me levanté al instante.
El primero en salir de la clase fue Isaac, que al segundo que me vió, me abrazó de costado y me ayudó a caminar hasta mi casa, sin siquiera decir una palabra.

Entramos a casa, me ayudó a sacarme la mochila y me llevó a mi habitación.
No hizo falta que le diga, porque se quedó acostado conmigo mientras me acariciaba el cabello...

Me calmaba, me relajaba y me decía cosas buenas.

-La vida es una montaña rusa, Dominique, solo que esta vez te pusieron de cabeza y te quitaron algunas cosas...- susurraba, mientras oía su respiración tranquila.

Estuve, literalmente, casi toda la mañana llorando...

E Isaac se quedó allí todo el tiempo, a mi lado, sin preguntarme nada ni presionandome... Simplemente, ayudandome.

OMEGA  • Peter Hale •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora