"5 garras"

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-¿Y ahora a quien llamaras? ¿A Stiles? ¿A tu estupida hermanita del alma?- habló la Loba del Desierto.
-Dos idiotas que creyeron una historia de fantasmas- se oía el ruido de un arma al agitarla.
-¡Dejala en paz!- se escuchó a Isaac gritar desesperadamente, pero no se oyó una pelea o una discusión mas.

Solo una risa.
La risa de La Loba del Desierto, que resonaba en todo el galpón.
Dejaba de sentir el aroma de Malia, y podía olfatear la impotencia de Isaac a kilometros de distancia.

-Te lo dije, Malia... Nadie vendrá a buscarte. Y como tu tampoco eres nadie, voy a tener que pedirte que me devuelvas lo mio.- dijo, quien según Peter, era la madre de Malia.
¿Qué clase de madre le dice eso a su hija?

-Mierda- susurró Peter, y salió de nuestro escondite. No lo pensé dos veces y lo seguí.

-No se te ocurra tocarle un pelo a mi hija- exclamó el señor Hale, mientras dejaba que el lobo que llevaba dentro volviera a florecer.
-¿Qué?- murmuró Malia, con la poca voz que le quedaba.
Estaba atada, parecía haber sido torturada y escupía sangre.

-No fuí el mejor padre. Mejor dicho, no fuí un padre. Pero no dejaré que te asesinen.- hablaba, pero no miraba a Malia. Miraba a la mujer que alguna vez habia dejado embarazada.

-¿Ves, Malia? El sabe lo que quiero.- dijo, mientras se burlaba de ella.
-¿Y QUÉ ES LO QUE QUIERES?- grité.

Demasiado tiempo callada, observando la situación, y no sabía si volver a gritar, asesinar a su madre o empezar a los tiros.

Pero me faltaba voz, no era tan fuerte como su madre (que, claramente, era una loba), y tampoco tenía un arma; asi que me limité a gritarle, y dejar que el coyote que vivía dentro de mi... Fluyera de una vez por todas.

-¡MI PODER, MI PODER DE VUELTA!- me gritó, mirandome a los ojos con cierta crueldad.
-No te metas con las personas que amo, Corinne- habló tranquilo, como si supiera que podía controlar a esa psicotica.
-Tu estupida hermana me obligó a tenerla...- habló enojada, y se dirigió a Malia.
-¡Yo no quería tenerte! Eras, literalmente, un parasito que solo se alimentaba de mi poder y mis nutrientes- le gritó, tirandole del pelo.

-No la vuelvas a tocar. Sabes que te mataría.- gruñó Peter.

Pero La Loba rió.

-No lo intentes, Isaac- dijo, y en cuanto se giró a verlo, Peter la atacó por la espalda.

Enpezarón a pelear, ambos convertidos en lobos.
Isaac y yo nos miramos y actuamos al instante.

Corrimos hasta Malia, pero se resignaba a ser ayudada.

-Debería haberme curado, estan gastando el tiempo- hablaba.

Se oyó el aullido de dolor de Peter, había clavado sus garras en su estomago y venía a toda maquina por Malia.

Quise pelear, quise pelear contra ella.

Pero simplemente nos apartó del camino y le arrancó un pedazo de cuello a Malia.
Me levante del suelo, aún mareada y la vi.

A mi hermana.

A mi mejor amiga.

Muerta.

Su cuerpo yacía con su mano derecha estirada hacia mi cara, y sus ojos muertos aún clavados en los mios.

Isaac me ayudó a ponerme de pie.

-Dominique, Peter esta herido... Iré tras La Loba, ¿donde fue?- habló.
Pero no quería moverme de al lado de Malia.

-Dominique... Lo siento, pero ya no puedes hacer nada, excepto salvar otra vida- me convenció como pudo, y me arrastró a donde estaba Peter.

-¿Sabes que podemos hacer?- me preguntó, pero no lo oí muy bien.

Estaba arrodillada al lado de Peter, mirando las cinco garras clavadas en su estomago, pero mi cabeza solo pensaba en Malia.

Isaac tomó mi mano y la dejó en el brazo de Peter, e igual lo hizo con la suya.

-Debes tomar su dolor, antes de que sea mas fuerte y no pueda reaccionar y muera, Dominique.- me dijo, pero a pesar de que estaba ayudando a Peter, aún no salía de ese shock.

-¡DOMINIQUE!- gritó y aulló en mi oido.
En cuanto me gire a verlo, estaba convertido en un hombre lobo, y su rostro comenzo a ser uno triste.

Lo miré a Peter, y una lagrima caía de su ojo.
Besé sus labios y, con ayuda de Isaac, extraí todo el dolor que pude.

Empezó a toser levemente.
Lo miré y tome su cara en mis manos.
Sonrió triste.

-No me mataran unas 5 garras. Ni el fuego pudo conmigo.- habló como pudo.

Sonreí, sonreí feliz de que estaba vivo.

OMEGA  • Peter Hale •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora