"Sincronizados"

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Me desperté, atada de manos, abiertas como aquel hombre que la gente normal llamaba "Jesús".

Tenía frio y mi cabeza aún me dolía.
-Dominique, despierta despacio- dijo una voz.
Estaba mareada, y veía el piso. Levanté un poco la cabeza y ví el lugar donde estaba.

-Eso es, tranquila- volvió a hablar la voz.
Giré mi cabeza hacia donde creía que venía, y lo ví a Derek.

-Hey, ¿Cómo te sientes?- me preguntó.
Estaba algo golpeado y con grandes ojeras.
Me giré otra vez, buscando a Peter. Si yo estaba al lado de Derek, entonces él estaba a mi lado.
Y si, asi era.

Aunque era distinto a como lo había visto cuando lo encontré. Ahora tenia la cara llena de sangre seca y un ojo moretoneado.

-Le pegaron por defenderte, Dominique- dijo, y Peter empezó a toser...
-Oh, Peter- hablé, y empecé a llorar, apoyando mi cabeza contra la suya.
Y ahí pude ver que estaba en ropa interior. Solo me habían dejado mi sosten y mi tanga. Esa era la razón por la que tenía frio.
Peter suspiró y me calló despacio.
-No llores, ya vamos a salir. Tus amigos no se van a rendir- me dijo, y pude sentir su mirada.
Su corazón se había acelerado en cuanto me vio.

-No es eso- murmuré entre llanto, no podía parar de llorar.
-Estas embarazada. Oigo dos latidos sincronizados en ti- dijo Derek, bastante serio, y el corazón de Peter dió un salto.
-¿Qué?- soltó. No podía creerlo.
-Yo... No... No lo entiendo- Peter estaba en ¿shock?

No lo se, estaba pensando en calmarme y no llorar, pero no podía, estaba agobiada.

-Dominique, ¿Estas embarazada?- me preguntó, pero lloré mas y mas.
-Dom, calmate y mirame...- dijo con calma, y chistó despacio, haciendome que me relajara de a poco.
-Mirame- repitió, y obedecí.

Sus ojos estaban buscando una respuesta que tenía miedo de dar. Y lo peor (y lo mejor) de Peter, es que no sabes que quiere decir con sus miradas. No sabía si estaba asustado, decepcionado, triste, feliz o intrigado. Nisiquiera podía olerlo.

-Dominique, estuviste ocultando el latido de tu corazón todo este tiempo, pero ya se oye el de tu hijo- dijo Derek, y se me arrugó la cara, quería volver a llorar.
-Anoche no oí su corazón- dije, algo asustada. Y mas lagrimas descendieron por mis mejillas.
Oí una risa y levanté la cabeza.
Peter estaba sonriendo.

-¿Por qué lloras?- me preguntó, mientras sus ojos se llenaron de lagrimas por la emoción.
-No me duele que tengamos un hijo. Pero soy una niña, y se suponía que era un cambio en mi organismo, no sabía que ya late su corazón- hablé, y volví a llorar.

Pero alguien entró, y me tuve que calmar.

-Aaw, miren a la muchachita, no soporta estar aqui- una mujer entró a la habitación, sonriendo.

OMEGA  • Peter Hale •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora