OMEGA • Peter Hale •

"Animal rabioso"

-Secuestramos tus cosas, linda... Me gustan tus fotos- dijo, pasando las fotos de mi celular como si fuera suyo.
-Sobre todo, estas fotos... Esto es ilegal, Peter- burló a Hale, mientras nos mostraba a los 3 una foto que tenía besandonos.
-No lo es- dije con una sonrisa, y la miré sobrandola.
-¿Cuantos años tienes?- preguntó, aún con una sonrisa.
-17 años. Puedo manejar, votar y follarme a quien quiera- dije, pero me pegó una cachetada.

-¡Hey!- exclamó Peter, pero se escuchó una picana.
Lo amenazaron, y se calló.

-¿Le molesta, señora?- si, yo seguía sonriendo. No me iba a ganar.
Ella rió y volvió a hablar.

-¡Severo!- dijo, y el hombre con la picana se acercó.
-¿Si, señora Araya?- Severo habló, tomando cierta distancia.
-Donde le duela, pero que no la deje inconciente- Diablos.
Severo se acercó y rió.

Y si me dolió, pero no por mi.
Su picana estaba debajo de mi ombligo, en mis ovarios, en donde latía otro corazón.
Grité de dolor, Peter y Derek tambien gritaron algo, pero no los escuché bien.
Me dolía, me quemaba y me retorcía del dolor.
Me estaba convirtiendo, y Severo paró.

Araya aplaudió y volvió a aparecer de la oscuridad.

-Sabía que eras un animal rabioso, lo he visto en tus fotos... Pero no eres una loba- dijo, aunque adoptó una mirada de misterio.
-¿Qué eres?- preguntó.
Pero, para su desgracia, me había calmado, y volví a ser humana.

Miré a mis costados, Derek y Peter estaban con su cabeza agachada. No estoy segura de si estaban inconcientes o les habían pegado.

-Soy un coyote. Sorprendente, ¿no?- le susurré, algo agitada por el dolor... Pero de todas formas sonreí.

Derek había empezado a mover su cabeza, al igual que Peter, solo que Peter parecía mas exhausto.
Araya me agarró del cuello y pegó mi cabeza contra la reja.

-Yo que tu, cambiaria mi actitud- habló bajo y bien cerca de mi, pero volví a sonreír.
-Ya basta, Dominique- habló Peter, algo exhausto, y lo miré.
Araya me soltó.

-Muy bien, Peter. Por fin le pones limites a la que podría ser tu hija- dijo, y volvió a la oscuridad.
Le susurró algo a Severo, este sonrió y ambos se fueron.

Escuché la puerta cerrarse y vomité.
Tiré mi cabeza hacia atras, mientras mis lagrimas caían a causa del vomito.

Derek y Peter se miraron. Intentaron tocarme, y cuando lo lograron, comenzaron a quitarme dolor.

Ambos abrian su boca en un grito ahogado, y yo dejaba de sufrir poco a poco.

-Gracias chicos- dije mirandolos.
-¿Por qué actuas asi? No dudarían en matarte- habló Derek algo enfadado.

-Porque tengo un plan-