"La boca del lobo"

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Miré triste, pero de todas formas me giré a ver a Peter otra vez.

-Hiciste lo correcto, Dominique- dijo Derek, rodeó la camilla y se acercó a mi.

Besó mi frente y se fue.
Pasé toda la noche en la veterinaria, sentada en una silla de plastico al lado de Peter.
Pero todo cambió a la mañana siguiente.

Nos habíamos quedado en la veterinaria solos, aunque me había despertado sin él en la camilla.
Miré por todos lados, el local no era muy grande.
Grité su nombre, pero de todas formas no me escuchó.

Fuí a la puerta, y en el cartel que indicaba si estaba abierto o cerrado, había una nota.
Decía mi nombre, con una letra hermosa pero algo destartalada.

La tomé y me senté en la sala de espera.

"Dominique:
No existen las palabras en el mundo para agradecerte todo lo que has hecho por mi, desde que nos conocimos hasta que tuve que irme.

Te amo, Dominique, y estoy seguro de que ya lo sabes. Pero me tengo que ir.
Tus amigos, Dom, a tus amigos no les gusto. Esta bien que sea su compañero de lucha, pero no soy parte de su manada.
Tu sí.

Y no voy a permitir que estar en tu vida conlleve una molestia todo el tiempo, que te duela, o que no seas completamente feliz.

Y como te amo y quiero que así seas... Me voy.

Debería haberme ido hace tiempo, Dominique, cuando estabamos saliendo. Cuando los unico que se sentía entre nosotros era atracción.
Pero ya era tarde, porque estaba tan enamorado de ti como tu de mi...

Y me quedé, pero ahora me doy cuenta que a pesar de que te amo, te hago daño. Te hago daño al tener que elegir entre tus amigos o yo, asi que prefiero ahorrarte un problema.

Te amo, Dominique, y voy a buscar a Corinne, te lo prometo.

Te dí un beso en la frente, ojala lo hayas sentido.

Te extrañaré.
Peter."

Con lagrimas en los ojos, dejé la carta en el piso y corrí a ver las camaras de Deaton.

Peter había empezado a toser en la madrugada, lo asistí y se calmó.
Otra vez tosió, pero no hice nada. Me había quedado completamente dormida en la silla.
Él se levantó, se sentó en la camilla y me miró.
Acarició mi cara y cerró sus ojos.

Su pecho subio y bajo derrepente, un gran suspiro fue exhalado de su cuerpo y fue a la sala de espera, donde buscó papel y lapicera.
Escribió, escribió y escribió.
Dejó la lapicera y suspiró una vez mas.

Devolvió esta a su lugar y regresó a donde estaba sentada.
Puso sus manos en su cara y se refregó, no quería irse.
Se acercó despacio, me susurró algo y me dió un beso en la frente.

Se limpió sus lagrimas una vez mas y se levantó.
Me miró, mientras sus lagrimas caían, aunque no le importó tardar.
Dió un giro brusco y salió por la puerta de la sala. Pegó la carta en la puerta de entrada y se fue.

La filmación siguió hasta ese mismo momento que yo estaba mirandola.

La puerta realmente se abrió y apareció Deaton.
Salí corriendo a su lado hacia la casa de Peter.
No tenía transporte, ni nadie que me lleve. Pero tenía una ayuda.

El bosque.

Me desnudé y esperé a que pase, solo eso.
Corrí, corrí por todo el bosque hasta llegar a la casa.
Toqué la puerta y Derek me abrió, pero Derek era enorme, hasta que me percaté que lo había logrado.
Me había convertido en un coyote.
-¿Rascaste la puerta?- preguntó, agachandose.
Me olfateó, hasta que llegó a mi cuello.
-¿Dominique?- dijo.

Pasé y cerró la puerta detras nuestro, mientras iba a buscar algo para cubrirme.
Trajo una sabana y me senté en el sillón, donde alguna vez Peter y yo nos habíamos besado.
-¿Qué ocurre?- preguntó.

Le explique como pude, temblando y al borde del llanto. Seré un coyote, seré valiente. Pero sigo siendo una niña.
Derek me escuchó y, cuando finalicé, me miró con la misma expresión con la que me había mirado aquella noche.

-Mierda- susurró y se levantó a buscar su chaqueta.

-¿Qué ocurre?- pregunté.

-¿Qué no ves? Fue a buscar a Corinne. Fue a buscar a La Loba del Desierto... Fue directo a la boca del lobo-

OMEGA  • Peter Hale •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora