Capitulo 9

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― ¡Cami falta la mayonesa y dos vasos! ―gritó la madre de Camila, esta ya se encontraba sentada en la mesa, sirviendo en los platos la cena.

― ¡Ya llevo!

Camila estaba en la cocina terminada de preparar una limonada, hoy su madre había llegado tarde de trabajar, por lo que juntas prepararon la cena. Amaba pasar tiempo con su madre, la pobre trabajaba muchísimo, hacia turnos dobles u horas extras.

Por este motivo era que Camila quería conseguir un trabajo, para que así su madre no se tuviera que preocupar por sus gastos y ahorrar dinero, o trabajar menos.

Camila entró al comedor con la jarra de limonada en una mano, los vasos en otra y la mayonesa entre sus dientes.

― ¡Camila! ―Reprendió su madre al verla con la mayonesa colgando de la boca.

―Así ya no volvía a la cocina, además está sellada aún

Su madre puso los ojos en blanco y apretó su labio inferior con sus dientes, Camila sonrió y se sentó en la pequeña mesa. Su madre ya le había servido la comida, milanesas con arroz y ensalada.

Antes de iniciar alguna conversación ambas comieron casi la mitad de lo que había en sus platos, estaban muertas de hambre, más la madre de Camila, quien había tenido un turno muy extenso.

― ¿Qué tal la escuela? ―Preguntó su madre, Mariela, mientras se servía limonada.

―Bien, es la escuela ―respondió encogiéndose de hombros la pelirroja.

― ¿No tienes nada nuevo que contarme?

― ¿No...?

― ¿Segura?

― ¿Crees saber algo que yo no sé? ―Preguntó Camila al notar la actitud de su madre

―Bueno, tal vez me enteré de algunas cosas, después de todo es una ciudad pequeña. Y en la farmacia entra mucha gente...

Camila, la miró con el ceño fruncido mientras masticaba un bocado de comida. Cuando su madre se hacía la interesante a Camila le fastidiaba, bueno cuando alguien se hacia el interesante le fastidiaba. Si había algo que odiaba la pelirroja es que la gente diera vueltas para decir las cosas, o que se anduviesen con misterios.

Ella era muy directa, o lo intentaba ser, ya que odiaba estar en el otro extremo receptor. Camila seguía el dicho de, no hagas lo que no te gusta que te hagan.

― ¿No planeabas decirme que el chico Miller había vuelto?

Camila agradeció no tener nada en la boca cuando su madre dijo aquello, de ser así, hubiera escupido todo como se mostraba en las películas.

― ¿Cómo sabes eso?

―Ya te dije, mucha gente va a la farmacia― respondió llevándose un bocado de en salda, mientras sonreía con superioridad. Camila negó con su cabeza, su madre era tan maldita a veces.

― ¡Déjate de misterios mamá!

― ¿Qué misterios?

Camila miró a su madre, como diciendo, no te hagas la boba y siguió hablando.

― ¿Cómo sabes que Will volvió? ¿Acaso fue a la farmacia? ¿Es eso? ¿Fue a comprar y lo reconociste?

―No

― ¿Entonces? ¡Mama! Sabes que no me gusta que me tengan así―Se quejó la pelirroja al ver que su madre no aflojaba

― ¿Así como?

― ¡Así! Me estás dando vueltas, deja de vacilarme y dime. Sabes que tengo poca paciencia, si no estuviéramos cenando ya estaría comiéndome las uñas.

Eres Mia [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora