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Capítulo dedicado a Muyuya mil gracias por todos tus comentarios 😍

-Estas muy callada-comentó Gustavo cuando al hacer unas tres cuadras, no dije nada.

Alce los hombros, la sangre aún ardía en mi interior, teníamos tanta piel sinceramente, que me daba terror todo lo que siento cuando él me mira simplemente.

-Debo estar cansada-musité.

-Creo que hay algo que no querés decirme-dijo él muy seguro desviando hacia mí la mirada un momento, rodé los ojos.

-Detesto ser tan transparente -dije resoplando.
-No lo eres, pero te conozco. Juro que cuando te vi en ese bar, estaba tan loco por encontrarte que todas se parecían a vos y no creí que lo fueras -comentó volviendo la vista al camino.

-Yo pensé que tenías un increíble parecido pero que no podías ser, que el alcohol me jugaba en contra esa noche-admití.

-Lo cierto es que nos volvimos a elegir aún sin que supiéramos quiénes éramos-dedujo él.

-Acá, lo único cierto, es que vos si sabías quién era cuando te fuiste de mi departamento-lo acusé.

-Es verdad, pero también entendí que vos no sabías quien era, que quizás no era buena idea decir quién era realmente,al menos no en ese momento.-dijo y yo asentí con la cabeza.

-Lo menos que me esperaba era verte en mi trabajo-lo miré evaluando su reacción.

-Créeme se notó, ese bueno para babear por lo ajeno, no sabía de qué disfrazarse por tu súbita desaparición-fruncí el ceño ante sus palabras porque eran un poco fuerte para Mariano, que no hacía más que cumplir con su trabajo.

-Dejá en paz a Marian, es un buen amigo y compañero-lo defendí.

-Es un baboso-lo acusó él con desdén.

-¿Cariño me viste? Es lógica su reacción, soy un delicioso postre con un cartel que dice “sin compromiso” en la frente-expliqué.

-Eres todo un bombón, tienes razón, pero sos mía, nena-respondió él como si dijera algo obvio.

Abrí la boca para responder cuando vi que estábamos doblando en mi cuadra.

-Muchas gracias Gustavo-dije dándole un rápido beso en su mejilla. Pensé que había actuado rápido, pero antes que tocara el timbre o encontrará mis llaves, me alcanzó y me tomó por la cintura.

-No seas escurridiza-susurró antes de besarme, tomé su nuca profundizando el beso.

En eso se oyó un carraspeo, me separé de él como si quemara.

-Buenas noches-dijo Julián con una sonrisa cargada de ironía, lo fulminé con la mirada.

-Hola Julián-dijo Gustavo extendiendo su mano, mi mejor amigo la miró con una ceja alzada.

-Hola cretino-respondió con una media sonrisa. Me acerqué y le di un codazo.

-Compórtate o te mando adentro-le dije aunque una sonrisa se coló en mi rostro.

-Bien, salí porque escuche el auto y como pensé que volvías en taxi...-alzó los hombros mientras explicaba.

-Eres único-dije abrazándolo. Gustavo que se había quedado sin comentarios después del trato de Julián se aproximó.

-Bien, creo que va a ser mejor que me vaya-murmuro.

Asentí con la cabeza y lo salude con un beso rápido, mientras escuchaba bufar a mi amigo.

Cuando su auto se perdió por el camino, me di vuelta para enfrentar a Juli que me miraba con una ceja alzada y sus brazos cruzados.

-Así que, ¿Otra vez?-comentó, solté un bufido y tomándolo por un brazo lo entre a casa, pasé directo a la ducha, antes de poder contar o siquiera tratar de explicar algo necesitaba entenderlo yo.

Estaba secándome cuando al pasar por mi tatuaje volví a pasar mi dedo por su superficie, Love will tear us apart, “El amor nos desgarrará”. No fue una frase elegida al azar, encerraba todo eso que Gustavo rompió esa noche, significaba que no podía confiar en lo que sentía, porque ya no era una nena tonta que no dudaba de la palabra de él.

El rompió no sólo mi corazón, sino que también toda ilusión respecto al amor, me miré en el espejo, noté como me había marcado con sus dientes cerca de mi pecho, negué con la cabeza y terminé de vestirme.

-Este café ya está intomable-dijo Julián cuando aparecí mientras descargaba la cafetera en la pileta.

-Perdón, pero sé que ibas a querer una explicación y no la tengo. Julián no sé porque no lo puedo arrancar de mi piel-dije y de mis ojos brotaron lágrimas, una vez que cayeron las primeras fue imposible parar.

Entonces lloré todo lo que no me había permitido llorar en los últimos cinco años, mi amigo se acercó al sillón donde estaba y poniendo mi cabeza en sus piernas me consoló.

-Sé que no es fácil, pero no te mientas. Si quieres intentarlo otra vez, te apoyaré. Si quieres mandarlo a freír maíz al campo también te apoyaré, siempre, incondicional-afirmó.

-Gracias-respondí-Pero aún no sé qué hacer, prefiero vivir sin ataduras, sin compromiso, pero con él todo se pone en duda Juli, a su lado vuelvo a tener diecisiete, es tan raro todo-expliqué frustrada.

-¿Cuál es el principal problema?-preguntó mi amigo

-No le creo, por más que lo intento, cada maldita palabra suena a que solo quiere demostrar su ascendente en mi-dije levantándome, fui hasta mi bolso, saqué un cigarrillo, me senté en el alféizar de la ventana, le di una pitada sintiendo el humo calmar mis nervios.

-Fumar no te va a dar la solución-dijo Julián desde el sillón, él no estaba de acuerdo con mi vicio.

-De ninguna manera, pero probablemente me ayude a pensar-admití.

-Sigue justificando-murmuró saliendo hacia la cocina, supongo en busca del café.

Sonó mi celular, resignada y negada porque pensé que era Gustavo, me acerque a buscarlo.

-¿Hola?-pregunté .

-¿Podés salir hoy?-preguntó Mariano del otro lado de la línea, pensé en negarme, pero después recordé que sólo lo hacía porque sentía que le pertenecía a Gustavo, y eso estaba por desaparecer. Sólo tenía que animarme a dar el primer paso, el resto viene sólo.

-¿Dónde y a qué hora?-pregunté accediendo, dijo que me enviaba los detalles por mensaje antes de colgar.

Traición a la mexicana [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora