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Llevábamos tomando la quinta ronda de tragos, estaba bailando con Gustavo quien ya estaba casi o más ebrio que yo, cuando Julián en un paso de baile me tomó de la mano arrastrándome al medio de la pista lejos de Gustavo.

-¿Entonces está es tu decisión?-preguntó.

Como él no tomaba estaba mucho más consciente de lo que cualquiera pudiera estar a estas horas. Agité mi cabeza negando.

-No tomé ninguna decisión, sólo ron y vodka-respondí bromeando puse mis manos en su cuello y apoye mi frente sobre la de él.

-Entonces... ¿Qué diablos está pasando con Gustavo?-preguntó, cerré los ojos fastidiosa.

-No lo sé, no quiero pensar y con el alcohol suficiente es fácil no hacerlo-me defendí

-Yo no bebí y debes saber que no puedes jugar con esos hombres. Envía a Gustavo a su casa o andate vos, pero termina esta payasada adolescente ya-dijo mi amigo quitando mis manos de su cuello, dejándome sola en el medio de la pista, sonó otro éxito pero mi mente racional se estaba abriendo paso entre las nubes de alcoholismo para regresarme de una patada a mi realidad.

Sin querer cruzarme con nadie más corrí al baño más cercano, sentí mi estómago resolverse, sin hacer nada por evitarlo devolví todo en el inodoro, había cruzado mis propios límites hacía como dos horas así que no me sorprendí.

-Soy una idiota-dije enjuagando mi boca con agua fresca, luego me refresque las mejillas, tomé mi teléfono para enviar un mensaje a Julián, vi que tenía varios chats sin abrir pero sólo pude ver que Lorenzo no me había escrito desde las dos de la tarde lo cual era extraño. Pulse su contacto dispuesta a escribirle pero no podía hacerlo con mucha coherencia, me enfade y pulse para una llamada.

Desgraciadamente fue una videollamada lo que hice sin querer, él contestó inmediatamente con el ceño fruncido.

Estaba en su casa mientras yo en un baño de un boliche, mi cara demasiado pálida con el maquillaje corrido hizo que se incorporará para mirar con más atención la pantalla.

-¿Qué pasó? ¿Estas bien?-preguntó

-Sí, no... Bueno no sé-concluí haciendo que Lorenzo sonriera de lado

-Explícame, nena-me animo, pase mi mano por el rostro claramente frustrada

-Estoy ebria, en un bar, vino Gustavo, nos... Bueno... Nos besamos, pero luego Julián me dijo que tome una decisión, vomite todo lo que me tome y te llamé, no sé Lorenzo que me pasa pero sé lo que quiero-hice una pausa para mirar sus ojos, sus facciones, imaginándome no volver a verlas-A vos.-dije finalmente como quien tiene una revelación

-¿Qué dijiste?-susurró él

-A vos, te quiero a vos Lorenzo, claro si es que no te canse con tantas vueltas-añadí rodando mis ojos.

-Nena tú sólo me cansas cuando son más de tres seguidos-dijo haciendo que mis mejillas se sonrojaran.

-¡Bobo!-le dije-¿Será mucho pedirte que me vengas a buscar?-añadí sin cortar la comunicación, sentí mi estómago volver a subir por mi garganta.

-Envíame la ubicación, me cambio y voy-me dijo poniéndose de pie pude ver que estaba únicamente en bóxer, abrí la boca para decir un piropo pero justo en ese momento mi siguiente vómito se hizo presente.

Corté la llamada, cuando me recuperé le envíe la ubicación a él además de un mensaje a Julián diciendo que me iba con Lorenzo. Mi amigo iba a pensar que me volví loca, hacía no menos de veinte minutos me estaba besando con Gustavo y... ¿Ahora me iba con el otro? Confiaba en mañana explicarle todo.

Me olvide del pequeño detalle que Gustavo iba a estar fuera del baño esperándome, apoyado en la pared alzó la mano en cuanto me vio. Un par de mujeres que estaban rondando, al verme se hicieron humo.

-¿Dónde estabas?-preguntó tomándome por la cintura, le quite las manos y él alzó una ceja claramente confundido.

Tomé su rostro entre mis manos y lo obligue a mirarme directo a los ojos.

-Te quise tanto que en más de cinco años nadie pudo siquiera moverte de mi corazón, pero no quiero sufrir y es lo único que veo en mi futuro cuando me miro en tus ojos. Ni vos te mereces esto ni yo necesito pasar de nuevo por lo mismo. ¿Cambiaste? Bien por la mujer que logre ocupar tu corazón, yo renuncio-dije calmadamente, sus ojos se tiñeron de dolor, entendió que había perdido, lo supe porque fue mi mirada luego que él me abandonará en mi baile.

Me tomó de la mano fuerte y yo cerré los ojos, la sostuve un momento para luego soltarla.

-Adiós Gustavo-dije

-Siempre llevarás una parte de mí-me dijo al momento que una lágrima corría por su rostro, volteé y corrí sin mirar atrás a la puerta del lugar donde choque justo con los brazos de Lorenzo, no pude evitar romper en llanto amargo.

-Disculpa-le dije hipando por las lágrimas, él acarició mi cabello y beso mi frente.

-No hay nada que disculpar, era una elección difícil-argumentó abrazándome fuerte, aspire su aroma dejando que me condujera al taxi en el que había venido.

Volví mi vista un momento hacia la puerta del boliche, ahí presenciando mi decisión estaba Gustavo, con su rostro demacrado, negó con la cabeza y volvió dentro.

Sabía que la decisión fue la correcta, pero no imaginé que me iba a doler tanto decirle adiós.

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Traición a la mexicana [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora