Cuatro horas duró la cirugía, salieron con noticias alentadoras que calmaron mi mente pesimista. Gustavo se había ido y estaba agradecida por ello, mi cabeza no estaba para lidiar con más de un problema por vez y lo de Julián ocupaba todo.
-María, ¿Quiere ir a descansar? Mañana tengo franco así que me puedo quedar esta noche-me ofrecí y aunque al principio se negó su cuerpo estaba pasándole factura por las noches de sueño cambiado sumando los nervios por la situación, para las diez de la noche ya habían pasado casi otras cuatro horas desde la operación pero Juli seguía sin reaccionar, nos habían avisado que aún podía tomarle veinticuatro horas salir del coma.
Tomé su mano, entrelace nuestros dedos y apoye mi cabeza a un lado, debo haberme quedado dormida porque me tomó por sorpresa oír su voz
-Siempre supe que me amabas secretamente-bromeo, me incorporé de golpe y comencé a llorar
-¡Casi me matas!-le dije abrazandolo
-Que curioso, por mi capacidad de deducción el que estuvo complicado fui yo, no vos-dijo tocándose el vendaje, le pegue en la mano como a un nene pequeño
-No toques, tengo que avisar que te despertaste-dije corriendo hacia la puerta
-Espera, ¿Y Gina?-pregunto preocupado
-Sana y salva, contándole a todo aquel que se cruce que su mejor amigo le salvó la vida-respondí cerrando la puerta.
Corrí hasta la enfermería, cuando les dije lo que había ocurrido, inmediatamente tres enfermeras y dos médicos se hicieron presentes en la habitación de Julián, me pidieron que esperara fuera y mientras aproveché para llamar a la madre de mi amigo, así como a Gina para que vinieran al hospital.
En menos de quince minutos ambas estaban ahí, el médico de Julián salió maravillado, no podía creer la pronta recuperación y aunque aún pasaría varios días en el hospital, estaba fuera de todo riesgo. Sólo restaba evaluar las consecuencias del accidente.
-Ya ven, ni un auto las librará de mí-dijo Julián al público de mujeres que lo observaba, María estaba sonriendo mientras sostenía una de sus manos, Gina y yo estábamos sentadas en un sillón pequeño de la habitación.
-Igualmente vaya susto, días sin poder dormir por tu culpa-dijo Gina
-No podía ni comer-acote yo
-Vos seguro que no comías porque no estaba yo para cocinar-espetó mi amigo. Le alce mi dedo del medio y él me lanzó un beso.
-Creo que deberías descansar, ¿No creen chicas?-preguntó María mirándonos, con Gina asentimos con la cabeza
-Sí, por supuesto-afirmó mi amiga
-Nosotras nos retiramos-añadí buscando mi bolso, me acerque a la cama de mi amigo y besé su frente, aún cubierta parcialmente por vendajes.
-Nos vemos, señoritas-dijo él sonriendo
-Un placer volver a oírte-comentó Gina desde la puerta
-Veremos si dices eso en dos meses, eh-amenazó mi amigo mientras nosotras salíamos de la habitación.
Llegué a mi casa agotada tanto mental como físicamente, un baño reparador y unas cuantas horas de sueño era lo planeado, pero primero le mande mensajes a Pamela para que se quedará tranquila por Julián, luego me quedé mirando la pantalla por un momento.
Pensé en escribirle a Mariano pero lo mejor parecía encarar el problema de frente y ser sincera, aunque nunca hablamos de exclusividad, él sabía lo que Gustavo provocaba en mí pero aún así necesitaba hablarlo para despejar cualquier tipo de duda.
Era obvio que tenía que aclararselo a él y a mí, sentada en la bañera caliente era plenamente capaz de entender que no sabía que quería, ni a quién quería. Un día pensaba que el amor estaba en un lado y al otro creía que se corrió de casilla.
No quería jugar con ninguno, ahora que el tema de Julián estaba semi resuelto, podría enfocarme en solucionar el problema de mi vida amorosa, porque había pasado de tenerla perfectamente clara a no entender mis reacciones con Gustavo ni mis sentimientos por Mariano.
×××××
-Estas loca-dijo Gina mientras tomaba un café esa mañana
-Pero ¿No te parece lo más sensato?-pregunté sin alzar la vista
-Hacer una lista de "lo bueno versus lo malo" de cada uno no creo que sea la salida más inteligente y sensata
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Traición a la mexicana [COMPLETA]
ChickLit-EN EDICIÓN- A Rebecca el amor, no le importaba, una vez creyó amar y se burlaron de ella. Por eso, ella juega y satisface sus necesidades igual que un hombre, beber y salir de fiesta es ley de los fin de semana. Lo último que imagino era que al de...