Resumen: Yoonie se va de viaje y deja a su Gukie a cargo de Minnie.
Jungkook era el pequeño bebé de Yoongi, siempre estaba pegado a él, porque se comportaba como un niño, a veces algo pervertido, pero necesitaba cuidados todo el tiempo. Es por esto que cuando el de piel pálida tuvo que hacer un viaje de trabajo decidió dejarlo a cargo de su secretario, Jimin.
Dejó que el pelinaranja se quedara en su casa con su tierno bebé, le dio órdenes estrictas acerca de todos los cuidados que necesitaba. Sus comidas, sus cambios, sus baños, todo. Estuvo tranquilo de que su tesoro quedaría a salvo.
— Jiminnie~.— Pidió Jungkook alzando sus bracitos desde la cuna, quería de su biberón.
El mayor llegó al instante, alzando el pequeño cuerpo entre sus brazos.− ¿Qué sucede, pequeñito? − Preguntó enternecido por las actitudes que tomaba Jungkookie, solo habían pasado un par de días juntos, pero era suficiente para él.
— B-biberón.— Pidió el menor soltando ligeros lloriqueos, dando a entender que realmente lo necesitaba.— Kookie quiere el biberón de su papi.— Terminó por patalear un poco al ver que se dirigían a la cocina donde seguro Jimin le daría un biberón común.
— ¿Biberón de papi, bebé? ¿Qué es eso? — En definitiva eso no había sido nombrado por Yoongi. Al ver la negativa del pequeño y que su llanto iba en aumento se encaminó al sillón para buscar su celular y llamar a su jefe, sentando a Jungkook sobre sus piernas.
— Hyung.— Suspiró al ser atendido.
— ¿Qué sucede, Jimin? ¿Por qué mi bebé llora? — Un tono molesto se escuchó del otro lado de la línea.
— No lo sé, hyung. Dice que quiere un biberón, pero intenté darle uno y no quiso.
— Biberón de papi~.— Chilló Jungkook en busca de atención.
— ¿Lo escucha, hyung? No sé a qué se refiere.
Sólo que escuchó una leve tos y luego le pidió que le entregara el celular a su bebé, lo cual cumplió. No sabía qué era lo que hablaban, pero el llanto iba cesando conforme los minutos.
— Más te vale no rechazar a Jungkook o te mataré, Jimin.— Fue lo único que dijo Yoongi antes de colgar.
Y Jimin no entendía nada, menos aún cuando vio a Jungkook arrodillarse frente a él y abrir la cremallera de sus pantalones.— ¿Q-qué haces, Kook? — Gimió bajito, así que esto era a lo que se referían el bebé y Yoongi.
— Tomo mi leche.— Respondió sin más el pequeño, sacando la gran polla de Jimin de su ropa interior, fascinante. Acercó su naricita a esta, inhalando, podía parecer un pervertido, pero realmente lo era, nunca había tocado a nadie más que su papi y ahora tenía el permiso de hacer eso que tanto le gustaba con su tío Jiminnie.— Delicioso~.— La creciente erección del amigo de su papi estaba entre sus manitos y mantenía su carita cerca de esta, olisqueando, le encantaba eso.
Abrió su boquita para tomar el glande entre sus labios, succionando de forma suave como con su biberón, pero esto era infinitamente mejor. Miró hacia arriba, Jimin mordía su labio con fuerza mientras le observaba chuparle, al parecer le gustaba. Tomó más de la erección en su boca, todo lo que podía, era más gruesa que la de su papi, no podía mantenerla toda, así que sus manitos masturbaban lo que no estaba a su alcance. El movimiento de cabeza era alfo lento al principio, provocando que su tío tomara sus cabellos, follando su boca más rápido. De sus ojos empezaron a salir lágrimas, su papi nunca era así, ni siquiera cuando lo castigaba, pero estaba seguro de que ser tratado así no le desagradaba, a pesar de no poder respirar bien no se quejó.
Se atragantaba con el gran pene de Jimin, nunca podría estar mejor. De vez en cuando su tío Minnie le dejaba respirar tranquilo, para luego volver a follar su boquita. Luego de unos minutos empezó a sentir un sabor salado, al fin obtendría su lechita. No podía ver la cara de Jimin por su vista llorosa, pero escuchaba sus gruñidos y jadeos, lo hacía bien. Sintió los movimientos parar cuando un tibio líquido cayó sobre su boca, se quedó con la punta de su polla entre sus labios, para asegurarse de no desperdiciar nada de ello, papi pocas veces le dejaba tomar de ese biberón tan especial, por lo que disfrutaba cada vez que esto sucedía.
Se separó con lentitud luego de tragar todo, aunque de ser por él dormiría con ese miembro en su boca, pero estaba casi seguro de que eso era imposible.- La leche de tío Minnie es perfecta~.- Susurró luego de calmarse viendo a Jimin, quien tenía las mejillas rojas.
— Yo... Creo que es hora del baño, bebé.— Intentó cambiar el tema, quería subir la cremallera de sus pantalones pero la voz del pequeño lo interrumpió.
— Ño, a papi le gusta dejarme lechita en otros lugares, quiero más leche y tío Jiminnie tiene mucha.
Cuidar de un bebé no era fácil.
Les quiere,
TheOneWhoHunts.