Resumen: Gukie y Minnie son traviesos para que Yoonie los castigue.
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No sabía el por qué, pero le agradaba tener unas vacaciones junto a sus novios. El solo hecho de estar tranquilos en casa era perfecto, no necesitaban salir, querían estar recostados en la cama todo el día viendo alguna película tonta. O al menos eso pensaba Yoongi.
Cuando Jungkook se levantó con la excusa de ir al baño no le tomó la mínima atención, estaba empezando a dormirse. Luego, cuando Jimin se levantó para tomar agua, tampoco pensó que algo raro estuviese ocurriendo.
Él se quedó solo en la habitación viendo aquella aburrida película.
Pasarían al menos quince minutos cuando escuchó suaves pasos, sonrió. Finalmente sus novios habían regresado.
Miró atentamente la puerta para observar a sus pequeños entrar, se sorprendió un poco al ver que estaban casi desnudos. Solo tenían unas pequeñas bragas, junto con unas tiernas diademas de orejitas y una correa en sus cuellos. Se incorporó de inmediato, quedando sentado en la cama, si sus chicos querían jugar, él también lo haría.— Vengan aquí, mis gatitos.— Señaló a sus costados. Ellos sólo asintieron y se recostaron en el lugar en el que había dicho su mayor, ronroneando de manera adorable.
Yoongi no perdió el tiempo en acariciar sus bellos cuerpos mientras los menores restregaban sus erecciones contra las piernas de el mayor, quien metió sus manos por debajo de aquellas brgas. Descubrió que traían unos vibradores en sus traseros. Jimin al darse cuenta de ello le dio los controles de esos aparatos.
Él solo subió la velocidad al máximo, sacando un par de gritos y maldiciones por parte de sus pequeños. Se levantó de la cama para ir al armario y sacar esa cajita que tanto le gustaba usar, sacó su fusta favorita.— Yo no les di permiso para que jugaran con sus juguetes, bebés.— Una mirada sádica era lo único que se veía en su rostro.
Mientras tanto los menores se retorcían en la cama, gimiendo alto, a ellos no les agradaba cuando aquellas cosas vibraban tan fuerte en su interior.
— P-pero... Sólo que-eríamos... Darle... U-una sorpresa.— Logró decir Jungkook, pequeños sollozos se escucharon. A Yoongi le conmovió pero no le detuvo, estaba dispuesto a castigarles.
— No me interesa, Kook. Les he repetido demasiadas veces que no me gusta que jueguen solos con su trasero sin mi consentimiento.— Se sentó en la cama y tomó a Jimin, quien no había dicho nada hasta el momento para ponerlo sobre su regazo, acomodó a Jungkook para que los observara.— ¿Qué dices tú, Minnie? Creo que al ser mayor deberías entender mejor esas cosas, así que creo que te castigaré primero.— Bajó las bragas, dejando ese deseable culo al aire, donde aún se encontraba metido el vibrador. Alzó la fusta en alto y un azote se escuchó, acompañado de un gritito.
Yoongi los contó, fueron en total veinticinco azotes los que dejó en el trasero de Jimin, pero a este le gustaba y él lo sabía, su pequeño se había corrido en medio del acto. Quitó el vibrador luego de apagarlo dejando a su novio recostado en la cama, para que descansara un poco.
Ahora era el turno de Jungkook, su preciado Kookie. Hizo lo mismo, y cuando terminó, el culo de su novio estaba completamente rojo por los golpes. También se había corrido. Yoongi sabía que a sus novios les gustaba aquello, así que lo hacía. Y aunque le costara admitirlo, se había corrido en sus pantalones.
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Si hay alguien de alguna parte del mundo que necesite apoyo, se los doy. Sé qué hay un montón de personas que lo necesitan, aunque sea una simple palabra de aliento.
