Resumen: Minnie entra en celo y sus alfas quieren preñarlo.
Jimin siempre recordaba aquellos días donde él siempre estaba solo en su casa, nada a su alrededor, pensaba que eso era muy tranquilo y quizás lo mejor que podía existir en el mundo. Ahora él ya no creía lo mismo, tenía tres pequeños niños corriendo siempre por toda la casa junto a sus alfas.
Primero nació Ren, que ahora tenía 5 años, luego Remi, de 3 años y el más pequeño, Seung, que apenas cumpliría cinco meses de nacido. Los dos mayores siempre hacían travesuras por todas partes y Seung siempre era la razón de sus malas noches. Aún cuando sus alfas y él se turnaban para el cuidado de su pequeño cachorro y de sus dos niños, ellos seguían terminando cansados al final del día.
Era difícil, así es como Jimin decidió que sus mayores nunca volverían a hacerle el amor durante su celo sin antes usar el condón.
Muchas veces ha tenido que golpear a sus novios entre toda su excitación porque ellos quieren follarlo sin usar preservativos, eran unos idiotas calientes. Pero son sus idiotas calientes.
Ellos sabían que el celo del omega estaba muy cerca, así que esa mañana dejaron a los niños con su abuela de parte de Yoongi, eran sus pequeños adorados y no tenían objeción alguna con que los cuidara.
Y en ese mismo instante tenían a Jimin sollozando de placer en medio de la cama, el menor se había corrido al menos tres veces ese día, se había tocado sin resultado alguno, hasta que sus alfas llegaron, dispuestos a satisfacerlo como el lindo omega deseaba.
− Vamos, cariño. Déjanos llenarte, formar más cachorros en ti.− Infiernos, casi lo estaban convenciendo. Ambos alfas eran malditamente orgullosos y adoraban ver al omega en espera.
Jimin chilló cuando Yoongi tomó su erección en su boca y Jungkook mordió sus pezones. No podía, pero en el fondo él también deseaba verse preñado nuevamente.− Pueden...− Susurró con una voz algo ronca de excitación.
Ambos alfas sonrieron, su omega eran bastante fácil de convencer. Ni siquiera esperaron unos minutos más, Jimin estaba sobre estimulado y lubricado así que en poco lo tenían saltando sobre sus regazo, ambas pollas apretadas dentro de él. Era casi imposible sentirse así de bien, él estaba desfalleciendo de placer.− Más, por favor.− Gritó cuando sintió su punto especial ser abusado una y otra vez. Aquello era tan bueno.
Los alfas eran buenos con él, así que consiguió lo deseado de inmediato, las manos apretaban su cintura y lo obligaban a seguir moviéndose. Sus gritos se hicieron más fuertes conforme ambos nudos se desarrollaban, dolía pero a la vez le otorgaban un placer inexplicable.
− Por favor, los necesito más.− Susurró con lágrimas empapando su rostro.
Les quiere,
TheOneWhoHunts.