JK

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Resumen: Minnie y Yoonie recogen a Gukie de la calle para que los complazca.

La infancia de Jeon Jungkook podría definirse como perfecta, unos padres amorosos, quienes, si bien, no le daban grandes regalos siempre estaban ahí cuando él los necesitaba

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La infancia de Jeon Jungkook podría definirse como perfecta, unos padres amorosos, quienes, si bien, no le daban grandes regalos siempre estaban ahí cuando él los necesitaba. Todo le mal en su vida empezó cuando cumplió dieciséis años, justo en el día de su cumpleaños sus padres fallecieron, gracias a que un conductor borracho chocó contra ellos. El destino de Jungkook hubiera sido diferente, mas no mejor, si él los hubiese acompañado ese día.

Luego de ello fue echado a la calle, ya que él no tenía dinero para pagar la renta del apartamento en el que vivía. Sólo pudo llevar consigo un pequeño bolso con la ropa necesaria. Ninguna foto, ni dinero, nada más. Él sólo caminó sin ningún rumbo, durmiendo en las aceras y comiendo sólo cuando encontraba sobras en alguna parte.

Él no supo cuantos días pasaron hasta que encontró a un lindo chico, no muy alto, pero precioso sin duda, que le ofreció un lugar donde vivir. Claro, en ese momento no creía que existieran otro tipo de razones para llevarle a su casa, inocente. Parecía que a Jimin, el nombre de aquella persona, le sobraba el dinero al ver la casa en la que este vivía, era inmensa.

Le dio ropa, comida y una cama. También le presentó a su hermano, Yoongi. No se parecían mucho, a excepción de su altura. Pero él no dijo nada al respecto, sólo se dedicó a recibir las cosas que le daban. Pasó una semana hasta que los dos hombres le dijeron que Jungkook debía pagar, ese día ellos tomaron cada pulgada de inocencia que había en su cuerpo.

Desde aquél día Jimin y Yoongi lo tomaban cuando deseaban, era obligado a usar ropas femeninas, a complacerlos. Y él no podía hacer nada al respecto, sólo luchó los primeros días. Quizás seguirles el juego a esos hombres no era tan malo, recibía todo lo que necesitaba y se sentía amado de alguna forma.

— Daddy~.— Susurró Jungkook entrando a la oficina que tenía Yoongi en su casa, la mayoría del tiempo estaba Jimin con él, justo como ahora.

Las dos personas sonrieron al verlo entrar, sólo llevaba una pequeña falda y un sweater algo grande para su talla.— ¿Qué sucede, pequeño? — Le dijo Jimin, quien estaba sentado en un pequeño sillón que había en el lugar.

— A Kookie le duele, daddy. He sido bueno, por favor. ¿Puede quitarlo? — Hizo un pucherito. En la mañana Jimin se había enojado con él por no querer comer su desayuno y había colocado un vibrador en su trasero, el cual encendía cuando le daba la gana, haciéndole caer al suelo en varias ocasiones.

Vio a Jimin tomar el pequeño control y encender el vibrador, soltó algunos sollozos por lo sensible que estaba, había ensuciado dos veces su ropa interior al correrse y ya no podía. Se dejó caer sobre sus rodillas, formando sus manos en puños, esperando a que su mayor parara.— Ven a aquí, pequeño.— Escuchó decir al mayor de la habitación, sentado en la silla detrás de su escritorio. Obedeció de inmediato, caminando lentamente, intentando mover aquel objeto en su interior, pero era imposible.

Recibió la orden de arrodillarse y sabía lo que sucedería, así que obedeció viendo en pocos minutos el miembro duro de Yoongi frente a su rostro.— Chúpalo, bebé.— Siendo bueno llevó sus labios para tomar el glande en sus labios, lamiendo y luego tomando más del miembro en su boca, masturbando lo que no alcanzaba, también acariciando los testículos del menor. Soltaba ligeros gemidos ya que Jimin aún no apagaba aquel objeto en su trasero.

Estuvo un buen rato haciendo eso, viendo el serio rostro de Yoongi, aunque no lo aparentara sabía que realmente le gustaba cuando hacía este tipo de cosas por él. Siempre se corría en unos pocos minutos, llenando su boca de semen, a veces manchando su rostro. Al parecer en esta ocasión quería verlo tragar ese líquido viscoso, porque ni siquiera le avisó cuando se corría, sólo llenó su boca, tomando sus cabellos para que no se pudiera separar. Y él hizo lo que le era pedido, regando un poco por la comisura de sus labios.

— Ven a aquí, bebé. Papi te dejará libre del juguete.— Se giró feliz pero al ver esa sonrisa en sus labios sabia que no haría lo que le dijo.

Les quiere,TheOneWhoHunts

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Les quiere,
TheOneWhoHunts.

Mon AngelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora