Resumen: Minnie y Gukie consiguieron ser tocados, pero no como querían.
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En todo este tiempo Yoongi no les había dirigido la palabra a sus menores, en realidad sólo había pasado un día. Pero los pequeños ya sentían la faltan, al menos dormían en la misma cama.
Era una mañana muy linda, Jungkook y Jimin se preparaban para ir a la Universidad, Yoongi ya estaba listo y sentado en la cama. Esperando el momento indicado para cumplir su castigo.
Encontró el momento perfecto cuando sus pequeños se sacaron la ropa interior.— Vengan aquí.— Habló el mayor con un tono lo suficientemente alto.
Ellos, por supuesto, accedieron. Estaban esperando a que su novio les hablara, se sentaron a cada lado de su mayor esperando a que hablara nuevamente.
— Los perdonaré.— Dijo sin expresar algún sentimiento a través de su rostro.— Pero antes habrá un castigo.
Ambos chicos asistieron con rapidez, querían que los perdonara.
El mayor se levantó de la cama hasta ir a su armario y sacar dos lindos vibradores, sabía que a ellos les gustaba usarlos, pero quizás esta vez no. Ambos chicos se pusieron en cuatro, pensaban que los haría faltar a clases, pero no era la idea de Yoongi.
El mayor sonrió al verlos tan sumisos, tomó lubricante y untó con ello los juguetes. Sin dilatar a sus novios metió los vibradores en su interior, provocando que los menores soltaran gritos y gemidos lastimeros. Les dolía, demasiado. Pero Yoongi no les tenía compasión, sólo trajo un par de boxers para ellos y se los tiró.— Apúrense, no podemos llegar tarde.— Él no tenía clases hoy, pero los pequeños no sabían eso.
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Los dos chicos menores compartían clases, estaban en historia del arte. Anotaban cosas en sus libretas referentes a la clase cuando ambos sintieron cierta incomodidad en su trasero. Soltaron un ligero jadeo, esperando que nadie más lo notara y se miraron entre ellos, era Yoongi, su novio les estaba haciendo eso.
Al verlos distraídos el profesor preguntó por su estado, ellos dijeron que estaban bien, entonces la velocidad estaba a lo máximo. Seguro y su rostro estaba rojo, pero era lo que menos les interesaba, intentaban ocultar sus gemidos cubriendo sus bocas. Se sentía bien y era morboso el estar en público.
Mientras tanto, Yoongi los observaba desde una ventana sin que sus menores se dieran cuenta.
El timbre sonó en ese instante y suspiraron aliviados, al menos el aula quedaría sola por unos momentos.
Cuando todos salieron del lugar ellos quedaron en sus asientos, sin moverse ni un centímetro para que el vibrador se quedara quieto.
El mayor entró en el aula, con los dos controles en sus manos.— Mírense, se ven tan vulnerables. Intentando ocultar sus gemidos de esa forma, pero de seguro están pensando en lo bien que se siente su culo.— Comentaba hasta quedar al frente de sus pequeños.
A ellos no les gustaba, cuando ese juguete estaba demasiado tiempo en su interior llegaba a doler. Jungkook dejaba escapar ciertas lágrimas.
— Por favor, papi. No lo volveremos a hacer.— Soltaba gemidos entre la oración, tartamudeando de vez en cuando.
— ¿Debería? — Yoongi era un sádico, pero al ver a Jimin llorar también apagó los objetos.— Supongo que aprendieron su lección.— Pero al llegar a casa de aseguraría de azotarlos con la fusta, le gustaba ver esos lindos traseros rojos.
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