"Estoy seguro que los verás pronto" le había dicho Magnus a Alec, pensando en que pronto ya no tendría que mentir, él bajaría a la Tierra definitivamente para compartir su vida con sus hijos, con Rafa, y con su ángel. La vida que debieron tener hace dos mil años y que se pospuso hasta este momento.
Pero valió la pena la milenaria espera, ahora tendrían una familia con tres hijos.
Todo tenía que salir bien. Magnus no dejaba de repetirse eso. Iba a salir bien, Alec sobreviviría al parto y él podría dejar el cielo, dejaría de ser la Luna porque cumplió con ambos, con Raziel y con Camille. No le contó a Alec, pero él estaba recordando poco a poco, y no lo quería sólo por ser la Luna, se estaba enamorando de él.
La última noche antes de la Luna llena, Magnus y Alec durmieron juntos. Esperanza había insistido casi llorando para que le dejaran a Rafa, era una urgencia y necesidad sincera, no la fingía, ambos lo notaron.
Así que mientras Esperanza cuidaba a Rafa antes de tener que cubrir a Magnus, y después dejarlo a cargo de Ángela, Magnus y Alec yacían juntos.
Abrazados como dos amantes, como aquello que sus cuerpos y corazones sabían que eran.
-¿Ese fue el final de la historia entonces? -preguntó Alec de repente, ya adormilado-. ¿Los separaron, pero algún día van a encontrarse?
-Tal vez ya se reencontraron -se atrevió a decir Magnus, ya que Alec estaba casi dormido y seguro ni recordaría esta conversación-. Tal vez la reencarnación existe, Alexander, una vida tras otra, y no recordamos las anteriores, no con la memoria, pero sí con el corazón. Tal vez cada pareja de amantes separados se reencuentra y se reconoce casi sin darse cuenta. Tal vez ellos están juntos ahora, luchando contra todos para cumplir su destino, para amarse de nuevo.
-Uumm -Alec se acurrucó más contra Magnus-. Entonces... ¿no era una historia real? Yo creí que era la historia de unos amantes específicos, no de los amores en general...
Magnus besó su frente, Alec suspiró. -Es una historia real y son unos amantes especiales, Alexander. ¿De qué otro modo podrían haberse reencontrado tanto tiempo después?
-¿Entonces si se reencontraron? -Alec medio murmuró la pregunta, arrastrando las palabras, estirándose como buscando más de Magnus.
Magnus rozó sus labios con los de Alec. -Sí, te encontré.
No supo si Alec escuchó lo último o ya no. Sólo supo que durmieron tan abrazados como hubiera querido hacerlo hace dos mil años y como espera poder hacerlo el resto de su vida.
Y mientras Magnus aferraba el cuerpo de su antiguo amante, Alec soñó con una tragedia, soñó que arrebatan a Magnus de su lado, con violencia y saña, maldiciendo su amor y condenándolos a una vida separada tanto como la tierra del cielo. No entendió gran parte del sueño, pero despertó sintiendo el dolor que desgarró el pecho del Alec de sus sueños. Despertó con ganas de aferrarse a Magnus cada segundo, sólo para asegurarse de que fue sólo un sueño, que Magnus no iba a irse a ningún lado, que nadie podría alejarlos, que le pertenecía.
Y eso lo asustó tanto porque lo hizo darse cuenta de algo: se había enamorado de Magnus.
Esos meses hablan servido para amar al hombre que cuidó de él, de su embarazo, y amó a sus hijos nonatos y a Rafa. Esos meses lo hicieron darse cuenta que podía encontrar amor sin desearlo.
Y tan hermoso como era el amor, también tuvo miedo...porque esa noche era Luna llena, la Luna venía a él hoy... ¿Y cómo decirle que amaba a alguien más?
CONTINUARÁ...
La novena luna por fin 🙊
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Hijo de la luna (Malec Mpreg)
FanfictionTERMINADA» Alexander Lightwood no quería casarse, sus preferencias siempre fueron evidentes, pero él tenía un deseo demasiado grande: quería un hijo. Entonces se le ocurrió, ¿por qué no? Pedir un deseo...a la luna. La luna era una divinidad y, como...