138. Extra: San Valentín

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Era Luna llena. Esas grandes Lunas que están presentes desde temprano.

Alec estaba tan agotado que se había quedado dormido con sus hijos y ni el balbuceo de los tres lograron despertaron.

Max, con aquellos ojitos de plata azulada, veía a Rafa y Elara juguetear con sus manitas. Las de ella demasiado blancas, casi traslúcidas, imposibles en un humano, pero ella era una semidiosa, las de él con esa linda piel morena que había heredado de Ángela, sus deditos chocando con los contrarios. La mirada dorada de ella fija en la marrón de él. Eran diferentes, pero Raziel lo dijo una vez, sus destinos estaban unidos. El pequeño Max rodó para estar cerca de ellos, pero no intervino para separarlos. Esa energía de Ángel y de Luna era dulce y fuerte, y él la disfrutaba también.

Alec, con su mano sobre su vientre, incluso cuando hacía ya meses había dejado de estar abultado y ocupado, giró para quedar de frente a sus hijos. Su corazón atrayéndolo a ellos incluso dormido.

Algo suave y frío rozó su mejilla. Su nariz se sacudió ante el contacto, y el movimiento facilitó el paso del aroma. Sus labios se curvaron en una sonrisa adormilada.

Su mano fue en busca de aquello de lo acariciaba y hacía cosquillas. Sus dedos encontrando aquella rosa.

Se congeló un momento. Era Luna llena. Antes de abrir los ojos y perder el sueño, dejó sus dedos ir más allá, más allá de los pétalos, del tallo libre de espinas, hasta encontrarse, piel con piel, con aquella mano que él tan bien conocía.

Su corazón se aceleró y sus ojos azules se abrieron.

Ya eran azules y los de él verde dorado.

-Magnus -suspiró la palabra, sus labios besando la flor cuando se dio la vuelta y se encontró al amor de sus vidas, a su hombre.

Aquí era incluso más fuerte la sensación del Ángel y la Luna. Lo que alguna vez fueron.

La rosa se aplastó entre sus cuerpos cuando Alec se lanzó a abrazarlo, a buscar sus brazos, su refugio entre ellos, su cabeza cerca de su pecho para sentir su corazón.

"A veces todavía no puedo creer que estás aquí" dijo Alec, justo cuando Magnus lo envolvía entre sus brazos y dejaba un beso sobre su cabeza, "Feliz día, Alexander".

-¿Día? -el ceño de Alec se frunció mientras buscaba a aquellos ojos verde dorado, ya no de oro y plata, ya no con lentes de contacto. Esa era la mirada real de su Magnus. Suyo, siempre.

Aquellos labios se curvaron y luego besaron los suyos. -Es 14 de febrero, Alexander. Día del amor y la amistad.

Alec sonrió también, apenado. -Lo siento, soy el peor esposo. Lo olvidé. Tres hijos es demasiado agotador.

Magnus lo abrazó más fuerte, para nada enojado. -Lo sé, mi amor. Un nefilim y dos semidioses son nuestro premio -después sonrió- y justo por eso hoy nuestros pequeños monstruos se van con sus tías.

Los tres niños miraron a Magnus como si entendieran. Tal vez lo hacían. Miraron atentamente cuando Alec preguntó: -¿Qué? ¿Por qué?

Alec se estremeció cuando Magnus susurró a su oído: -Porque es el día del amor, porque te amo, y tengo una fantasía sólo para ti y para mí.

Alec gimió cuando lo imaginó. Sonaba bien.

Él y Magnus, solos, envueltos sólo entre sus brazos, perteneciéndose, siendo uno a la luz de la Luna llena. Sin restricciones, sin límites de tiempo, sin tratos con nadie. Sólo entre sus cuerpos, almas, y corazones.

Alec lo abrazó fuerte. -Te amo tanto. Valió la pena esperarte dos mil años. Volvería a esperar lo que fuera para volverte a tener así, aquí, donde perteneces.

Magnus susurró las tres palabras que él ya conocía perfectamente: -Aku cinta kamu.

En cualquier idioma, cualquier era, cualquier vida, te amo.

* * *

Decidí hacer extra feliz aquí también 🙊 tomenlo como Alternativo, ya les dije, creo que los extras serán alternativos. Las historias que más pidieron fueron Papi y el profesor, Mi único, Mi princesa, Malec o shumdario, Inocente seductor ❤ ¡Y feliz día de San Valentín a ustedes! 🙌

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora