99. Confío en ti

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vean qué belleza 😍

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* * *

Una mano de Magnus detuvo la de Alec que intentaba cubrir su vientre. Mientras con la otra acariciaba su rostro, como hizo desde la primera vez.

-Te amamos -insistió Alec.

-Yo también los amo, Alexander. No tienes una idea cuánto. Hago todo lo que puedo para estar con ustedes, pero me asusta el precio que tengo que pagar, que tu me odies...

-Yo nunca te odiaría por intentar cumplir mi sueño. Ya has cumplido una parte y por ello te agradeceré hasta el último día de mi vida.

Sin decir más, se miraron. Sus miradas, la azul en Magnus, y la de oro y plata en Alec, se cruzaron, mientras las manos de ambos iban a su vientre. Sus hijos se movieron, reconociendo a ambos padres.

-Por ellos ha valido la pena, ¿cierto? -preguntó Alec-. No puedo esperar el momento en que los tengamos a ambos en nuestros brazos. Nuestros bebés, Magnus.

La mirada de Magnus pareció brillar un poco más ante sus palabras. Él también ansiaba ese momento en que los tuvieran junto a ellos, que pudieran verlos, y tocarlos, escucharlos.

-Ha valido la pena cada año, cada siglo...sólo por llegar a este momento.

Alec sonrió aunque no entendía el verdadero significado de esas palabras.

-Te amo, Alexander. Dime que vas a perdonarme cualquier cosa que en su momento no entiendas -Magnus se abrazo a él, sus hijos moviéndose entre ambos.

-No tengo nada que perdonarte -Alec acarició la espalda de Magnus, se sentía tan bien tenerlo ahí, entre sus brazos, en estos momentos el mundo dejaba de existir, sólo quería quedarse así para siempre.

Magnus no dijo nada más. No podía confesarlo todo ahora. A pesar de las trampas de Camille, era un trato que no podía romper y lo necesitaba para tener una oportunidad juntos. Hasta ahora era su única oportunidad... A menos que el ángel pudiera ayudarlos.

Se quedaron largo rato abrazados, juntos, acariciándose casi inconscientemente, dejando a sus cuerpos y almas sentirse completos de nuevos.

Alec casi había olvidado lo que quería hablar con Magnus, olvidaba al mundo cuando estaba con él. Pero fue él, su Luna, quien lo dijo: -Si tú estás seguro de confesarle esto a alguien, confío en tu criterio, puedes hacerlo.

La urgencia de confesarlo no la sentía Alec en este momento, pero aun así preguntó: -¿De verdad?

Magnus besó su frente. -De verdad. Yo confío en ti. Esperanza ha sido un gran apoyo para ti. Si confías en alguien más como para contarle de nuestros hijos, sé que tienes buenas razones.

-Gracias.

Magnus se acomodó hasta descansar suavemente sobre el vientre de Alec, escuchando los latidos de Elara y Max, sintiendo cómo se movían. Mientras Alec lo veía feliz y acariciaba sus cabellos.

-La siguiente Luna ya no estarás aquí, ¿verdad? Te irás antes de eso.

Alec asintió. -Sí, la universidad ya me dio el permiso. Me iré antes de fin de mes. Esperanza tiene una casa de campo, está alejada de cualquier persona, no habrá vecinos curiosos. Me quedaré con ella la segunda mitad del embarazo.

El ceño de Magnus se frunció, acarició el vientre. -¿Y van a estar bien aislados de todo?

-Tessa prometió ir cada mes a verme y la última Luna se quedará con nosotros en caso de que se adelante el parto o haya cualquier complicación.

-No habrá complicaciones.

-No podemos estar seguros. Es mejor prevenir. estaremos bien... Tengo sueño. ¿Podrías cantarnos para dormir?



CONTINUARÁ...

el siguiente es el capítulo 100!!! 😱
no sé como hemos llegado hasta aquí, pero muchas gracias por seguir ❤❤

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora