140. Pucheros

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Eran hermosos. Max y Elara eran hermosos. Y Alec volvió a llorar.

Magnus congeló la imagen de sus dos hijos en la pantalla y volvió hacia Alec. -Cálmate, Alexander. ¿Qué pasa ahora?

-Es que es hermoso. Son hermosos. T-tú...tú eres hermoso. Y eres tan bueno, y...y yo...

-Tú eres todavía más hermoso, Alexander. No lo pienses demasiado. Te mereces haber cumplido tu sueño, que tu deseo se hiciera realidad. Mereces ser el hermoso padre que sé que serás. Mereces el apoyo y cariño que todos te damos. Y, sobre todo, mereces ser feliz. Así que no te sientas mal por nada.

Los ojos de Alec se volvieron azules un momento, una mirada cristalizada mientras veía a Magnus, y extendía sus manos casi como solía hacer Rafa. Magnus torció sus labios en una sonrisa y Alec hizo un puchero, sin cambiar de posición.

-¿Abrazo? -preguntó Magnus, acercándose a Alec, dando un abrazo que lo abarcaba a él y a sus hijos.

Alec hizo un sonido feliz y luego dijo: -Max y Elara querían un abrazo.

Magnus se rió, feliz. Él quería esto toda su vida. Lo que le arrebataron antes. -¿Quién podría negarles algo? Aunque a ti tampoco lo haría. Si tú quieres, todos mis abrazos son tuyos.

Tal vez no era la posición más cómoda, pero ellos no se quejaron, permanecieron abrazados, con Max y Elara moviéndose, hasta que Esperanza se asomó por la puerta.

-¿Cariño? Tessa está esperando... -se interrumpió cuando los vio abrazados.

-Ya lo hice yo -explicó Magnus-, pero estaría bien si ella ve las imágenes. Voy por ella...

-¡No! -Alec se aferró a él-. No vayas tú.

-No tienes que estar celoso de ella, Alexander.

Alec siguió haciendo pucheros, después preguntó: -¿Dónde está Rafa?

-Con Tessa.

-Trae a Rafa conmigo -otro puchero.

Esperanza y Magnus se miraron. -¿Por qué no vamos a tu habitación? -preguntó Magnus-. Con Rafa. Mientras Tessa y Esperanza ven que todo esté bien, y que sepa que la esperamos para el mes siguiente.

Alec seguía sin quererla cerca de Magnus, pero era por el bien de sus bebés, así que asintió. Bajó con ayuda de Magnus y llegó hasta su habitación. Magnus lo dejó mientras iba por Rafa.

Mientras Tessa le daba al bebé, le sonrió y susurró: -¿Te das cuenta que él te quiere, a ti, a Magnus? ¡Esto es bueno, Mags! Ahora ve antes que quiera asesinarme.

Magnus sonrió, con Rafa en sus brazos. -¿Regresas el siguiente mes?

-Por supuesto, yo prometí ayudar para que tu historia y la de Alec no sea la de mi madre. Y lo voy a cumplir. No importa lo que tenga que hacer.

Cuando Magnus volvió con Alec, éste extendió sus brazos al mismo tiempo que Rafa. Y eso también era hermoso.

-¿No te abrazó? -preguntó Alec en un susurro.

Magnus rió. -No. Nadie volverá a abrazarme. ¿Quieres que te cuente un recuerdo feliz de los amantes?



CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora