125. Noches difíciles

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Esperanza pasó esa noche fuera, arreglando los últimos documentos para el sepelio y lo relacionado al pequeño Rafa.

Ella nunca había estado tan cercana a la muerte, no creía cuando Ángela enfermó hace unos días que fuera tan grave, ¡ella acababa de dar a luz! No era justo que muriera.

¿Y qué iba a hacer ella con un bebé?

-¿Ella va a resistir? Se ve muy mal, ¿podría yo explicarle todo al menos? -preguntó Ángela.

¿De qué servía ser un ángel si no podía ayudar a aquella que fue como su hermana?

Raziel hizo una mueca. -Rafa estará bien, eso es lo importante.

-No es lo que pregunté.

El Ángel le dio una mirada extraña. -El destino de ella ya está escrito -fue todo lo que dijo.

* * *

Alec no había querido soltar al bebé en ningún momento, acomodado sobre su vientre, jugueteó con ellos -Alec y Magnus- hasta que se quedó dormido, ambos lo vieron dormir.

-Es tan pequeñito, ¿qué vamos a hacer? Esperanza no se veía bien, ha perdido a su mejor amiga, y no tiene experiencia con los niños -el oro y plata de los ojos de Alec llenos de preocupación.

-Lo vamos a cuidar -Magnus no dudó en su respuesta ni en usar el plural, Alec se sintió un poco aliviado-. Y estaremos para Esperanza también.

-Pero nosotros tampoco tenemos experiencia... -empezó Alec nervioso, uno de sus brazos rodeaba al pequeño Rafa acostado sobre él, su otra mano acariciaban sus mechones marrones.

Magnus, sentado en el minúsculo espacio que Alec dejaba, acarició su vientre y se inclinó sobre ellos -ahora cuatro-.

-Tienes todo lo necesario para ser un gran padre, incluso de este bebé.

* * *

La noche fue un problema.

Alec no podía desvelarse cuidando al bebé y Magnus no podía bajar porque no era Luna llena.

-Puede quedarse conmigo -ofreció Alec.

-Pero tú también debes dormir.

-Sólo despierta cuando tiene hambre. Casi no llora, ya viste, es un niño muy tranquilo.

-Vamos -Magnus los dejó a ambos sobre la cama, acurrucados juntos, dejó un beso en la frente de Rafa, uno en la de Alec, y dos en su vientre.

-Voy a dejar los biberones aquí, ya preparados, sólo debes dárselos cuando despierte. Si necesitas algo...

El "llámame" murió cuando se dio cuenta que no podía hacer nada, él en realidad ni siquiera iba a estar en la habitación de al lado.

Alec sólo asintió, ya adormilado. -Vamos a estar bien.

-Vendré a primera hora -prometió Magnus, pensando que necesitaba hablar con Camille o con Raziel, necesitaba más noches ahora que estaba Rafa.

Alec estaba muy cansado, aunque sabía que no podría dormir completamente, no sabiendo que debía cuidar al bebé.

Lo último que recordó fue a la Luna susurrarle "Ya estoy aquí", sabía que se refería al cielo, a la noche, no estaba ahí realmente, y ni siquiera podía verlo al ser Luna nueva, pero sólo escucharlo lo hacía sentir mejor.

La Luna, su Luna, los cuidaba a todos. También al pequeño Rafa.

Alec tarareó la canción mientras caía dormido: Y si el niño llora, menguara la Luna para hacerle una cuna...


CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora