130. Esperanza

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Alec se había ido quedando dormido mientras Magnus le contaba de aquella vez en que le había preguntado por qué no se fijaba en las chicas como hacían todos. Ahora que sabía que Alec y él tenían una vieja historia, en el momento en que Raziel le confesó todo, los recuerdos simplemente se liberaron.

Todos y cada uno de ellos llegaron en torrente. Fluyeron libres y fáciles, provocando en Magnus sonrisas y lágrimas. De ambas. Entendía por qué no podía contarle su historia a Alec, y decirle que eran ellos, sin romper su corazón y manchar su alma. Él mismo, como la Luna, había padecido el insoportable dolor.

Cuando Alec se durmió, lo miró un rato, tan pacífico, tan feliz. -Te amo tanto, Alexander. Mucho más que hace dos mil años -sonrió mirando su vientre, Alec se giró un poco hacia él, con cuidado, incluso dormido parecía saber que el pequeño Rafa estaba entre ellos.

Miró la Luna, sólo él podía ver las diferencias entre esta Luna y él. Brillaba menos y diferente. No por eso agradecía menos a Esperanza. Ella había sido tan buena al aceptar...

Iba a retomar su lugar cuando Rafa comenzó a llorar. Se apresuró a volver a su lado, tomándolo en brazos como veía a Alec hacer, arrullandolo y cantando suavemente para calmarlo mientras alcanzaba su biberón. Rafa parecía tranquilo, mirando finamente a Magnus. Magnus se sentó en un sofá para no despertar a Alec, él tenía que descansar para Max y Elara.

Meció al pequeño Nefilim en sus brazos, cantando en voz baja para él, mirándolo volver a dormirse. Fue esa imagen la que vio un Alec adormilado cuando despertó. Y era simplemente perfección pura. Magnus con un bebé en brazos. La loca y fugaz idea de él con Max y Elara le llegó de repente y, era extraño, parecía correcta.

Después de unos minutos Magnus sintió su mirada. Volteó a él con una sonrisa y llevó a Rafa de vuelta a la cama.

-Voy a dormir un rato, ¿está bien? -aunque en realidad tenía que volver a su lugar. El trato era claro. Esperanza sólo podía estar ahí un par de horas, de otro modo robaría toda su energía.

Alec rozó su mano cuando acomodó mejor a Rafa. -Gracias. Por todo, Magnus.

* * *

Ángela todavía acariciaba el rostro y peinaba los cabellos de Esperanza cuando Magnus entró a la habitación.

Se detuvo y recordó cómo se sintió la opresión en su pecho, ante la posibilidad de que Esperanza no le creyera o intentara alejarlo de Alec. Entonces una mano ligera en su hombro lo hizo voltear.

Otro Ángel. Una, de hecho. La reconoció por los ojos, eran del mismo marrón que los de Rafa..

Cuando Esperanza recuperó la conciencia, Ángela ya le había explicado su historia a Magnus. -Tienes que estar tranquila y escuchar hasta el final -le había dicho y pareció funcionar, su sola voz y presencia la calmó lo suficiente para dejar hablar a Magnus.

-...sé que suena a locura -había terminado él-, pero es la verdad.

Esperanza se había sentado, con ayuda de Ángela. -¿Y Alec no sabe?

-Nuestro pasado no. No sabe que yo soy la Luna también, aunque sí le conté que iba a bajar a conquistarlo, es complicado.

-Suena a que el Sol es una tramposa -incluso ella lo había notado.

Magnus rió. Sólo él no supo verlo.

-¿Y qué harás? Creo que Rafa te necesita más a ti, a ustedes, que a mí. No es que no quiera cuidar a tu hijo -le explicó a Ángela.

Ella había acariciado su rostro, como hacía ahora. -Entiendo y tienes razón. Rafa pertenece a ellos, los necesita. Pero Magnus no puede abandonar su lugar.

-Hay una posibilidad... -Magnus había empezado.

Ángela dudó, temió por Esperanza, pero ella aceptó, se ofreció. -Si no hay peligro y eso los ayuda, puedo hacerlo, será como sólo dormir, ¿cierto? ¿Voy a recordarlo?

-¿Quieres recordar?

-Preferiría que no, debe ser abrumador. Es abrumador todo esto. Pero estoy dispuesta a ayudar.

-Yo vendré cada noche, estaré aquí para ti -había prometido Ángela. Y estaba cumpliendo.

-Estoy listo -fue lo único que Magnus dijo antes de irse. Esperanza exhaló, pareció despertar, pero sus ojos no veían cuando se abrieron, Ángela los cerró de nuevo y se fue cuando la vio dormir nuevamente.

CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora