4: Celos
Te juro que no podría amarte más de lo que te amo ahora mismo, pero sé que lo haré mañana.
(Leo Christopher)* * *
Alec estaba sentado a horcajadas sobre Magnus. Su cabeza echada para atrás mientras Magnus besaba su cuello, dejando de vez en cuando suaves mordidas.
Las manos de Alec estaban en las caderas de Magnus para apoyarse, mientras se movía empujando sus caderas contra las de su esposo.
Alec gimió, un gemido que los llevó al borde a ambos, cuando Magnus mordió más fuerte, esta vez en una de sus clavículas.
Alec se dejó caer contra Magnus, sin importarle el lío húmedo entre los dos, sintiendo el corazón acelerado de ambos calmarse a la par.
-Te amo -susurró un rato después Magnus, besando la frente de Alec.
Alec hizo algún sonido que no fue exactamente una palabra, Magnus se rió y Alec sonrió.
Todo era perfecto.
Después de unos minutos, Alec por fin pudo hablar: -Han pasado diez años desde que volviste, ¿me amas todavía?
-Te amé a pesar de que pasaron dos mil años y borraron nuestros recuerdos, te amo ahora mucho más que ayer, y te amaré así pasaran otros miles más.
Después de eso, habían bajado a preparar la cena, para esperar a sus hijos y a Tessa que habían ido a la feria.
Pasó menos de una hora antes de que la puerta se abriera de golpe y Elara subiera corriendo las escaleras sin siquiera saludar a sus padres.
Los dos se miraron antes de ver a Rafa, su rostro era una mezcla entre molestia y tristeza. Sonrió, o lo intentó, cuando se encontró con la mirada de sus padres. -Estoy cansado, no tengo hambre, voy a mi habitación.
Alec suspiró y susurró "Yo con él" antes de besar la mejilla de Magnus.
Así que Magnus fue con Elara.
Ambos estaban mal por la misma razón: un niño había regalado una flor a Elara.
-Yo le dije gracias porque es lo más educado -la pequeña semidiosa sollozó en el hombro de su padre-, ¿por qué Rafa se molestó, papi?
Magnus no creyó que ella entendiera las razones, así que sólo la abrazó y la dejó llorar y le dijo que ella no había hecho nada malo y seguramente le darían muchas más flores a lo largo de su vida porque era hermosa...
-Pero no es justo -estaba diciendo Rafa-, ella le sonrió, papá Alec. ¡Debiste verla! Ella no debería sonreír a otros niños así, ¿y si son peligrosos?
Alec había intentado no sonreír.
Entonces Rafa había hecho un puchero que enterró en la almohada, desde la que preguntó: -¿Podemos comprarle una flor más grande mañana?
Alec masajeo su espalda. -Sí, podemos.
Ser padre era tan difícil a veces. Y más de dos Semidioses y un Nefilim.
-Tía Tessa -estaba diciendo Max, mirando por una ventana-, tú eres hija de la Luna, igual que Elara y yo, ¿ella te llama a veces?
Tessa no entendió muy bien la pregunta. -¿Mi papá? Sabes que él ya lo es la Luna, dejó de serlo así como Magnus...
Pero Max negó efusivamente. -No, no tu papá. La Luna. Sé que papá Magnus ya no es la Luna, pero a veces siento como si me llamara, como si cantara para mí, como si algo me obligara a mirarla y esperar, ¿tiene sentido o estoy loco?
Tessa pensó en Esperanza y sonrió. Ella seguramente quería mucho a los hijos de Alec. -Creo que tiene sentido, Max. Tal vez la Luna quiere ser tu amiga.
Tal vez es tu destino.* * *
El siguiente extra ya será el día que Esperanza vuelve 🙊
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Hijo de la luna (Malec Mpreg)
FanfictionTERMINADA» Alexander Lightwood no quería casarse, sus preferencias siempre fueron evidentes, pero él tenía un deseo demasiado grande: quería un hijo. Entonces se le ocurrió, ¿por qué no? Pedir un deseo...a la luna. La luna era una divinidad y, como...