Aquí estoy, cantándole a la fortuna, soñando con tu cintura...con lo que nunca será. Aquí estoy, enredado con la duda, durmiendome con la luna, despertando con el sol 🎶
👆 otra de mis favoritas ❤
* * *
A la mañana siguiente, sábado, Alec despertó solo.
Pero inmensamente tranquilo y feliz. Una sonrisa enorme iluminando su rostro, un suave cosquilleo en su piel le recordaba que Él había estado ahí.
No había sido un sueño. Había estado ahí de verdad. Todavía tenía en la piel la sensación del cuerpo de Él contra el suyo. Sus caricias en su mejilla y en su vientre. Recordaba aquel movimiento dentro de él, la clara manifestación de su hijo. Y el beso, se habían besado. Uno de sus dedos recorrió sus labios...
Todavía sonriendo fue a bañarse. Se miró en el espejo. Su vientre ligeramente abultado, su hijo creciendo poco a poco. Apenas había pasado una Luna llena y ya notaba la inflamación en su cuerpo.
Estaba creciendo tan rápido.
Miró su rostro. Sus ojos brillantes, azules con un ligero toque de plata. Sus mejillas sonrosadas de felicidad. Y la sonrisa... ¡No podía dejar de sonreír!
Era extraño como en una sola noche había cambiado todo su mundo. No habían sido más que caricias inocentes, de reconocimiento, de cariño. Un par de besos dulces y lentos. Pero tenerlo a su lado, su calor contagiándolo, el exquisito olor de Él, dormir sabiendo que alguien los cuidaba... Sólo había una palabra para describirlo:
Perfección.
Eso era lo que todos buscaban en la vida. Él lo era.
Y si no recordaba mal, habían hablado de buscar una forma de estar juntos.
Todavía sonriendo, salió de la ducha. Se vistió y desayunó con calma hasta que Esperanza llegó.
-¿Por qué tan feliz? ¿No estás nervioso? Hoy vamos a conocer al bebé...o la bebé -sus ojos se entrecerraron hacia su vientre-. No se puede estar seguro aún, ¿verdad?
-Es un niño -dijo Alec muy seguro, recordando las palabras de Magnus:
<<Él será un semidiós. Con la piel pálida, más pálida que la tuya, suave y cálida, con una mirada llena de luz y poder. Sus ojos serán una mezcla de plata y celeste, algo tuyo y algo mío. Con el cabello oscuro como su padre mortal, contrastando con su piel blanca. Tendrá tus labios, tus sentimientos... Será único y será hermoso...>>
Y el nombre. El nombre que el había elegido era de niño, ¿verdad?
Esperanza no dijo nada más. Se dirigieron en silencio hasta el lugar de Tessa. Olía como antes a sándalo. Alec seguía admirando las imágenes de la Luna que tapizaban en lugar.
Pero en esta ocasión, Tessa los hizo pasar a otra habitación. Parecía un consultorio médico. Indicó a Alec que se recostara, subiera su suéter y bajara un poco sus jeans.
Miró con el ceño fruncido su vientre.
Alec se preocupó, cubriéndolo con una mano, preguntó: -¿Pasa algo malo?
Tessa se colocó guantes y trajo un gel especial que esparció después de quitar su mano. -Nada. ¿Te has sentido bien? -Alec asintió-. ¿Los síntomas de siempre? Es sólo que aunque es sólo un poco, muy ligeramente, ya se nota. ¿Lo ves?
Con un aparato terminó de esparcir el gel y una pantalla se iluminó frente a ellos. Alec miró con atención, aunque sólo veía manchas sin forma, pequeños puntos blancos. -¿Y eso es malo?
-No -Tessa tardó en contestar-. Supongo que será un bebé grande... O... O... -ejerció un poco de presión en su vientre y se acercó a presionar un botón en la pantalla.
Al instante un sonido suave, pero fuerte y claro inundó el lugar. Los ojos de Alec se llenaron de lágrimas. -¿Eso es...?
Tessa hizo una mueca extraña que terminó en una sonrisa. -Sus latidos.
Alec sentía su sonrisa enorme y lágrimas fluir libremente. Entonces Esperanza se acercó: -Espera, yo escucho... ¿Por qué hay dos ritmos distintos? ¿Eso es normal? ¿Es porque es hijo de un Dios y un mortal?
Tessa señaló la pantalla. -No. No es normal y no es por eso.
Alec quiso sentarse al instante. -¿No es normal? ¿Mi hijo está mal? Pero yo me he cuidado, me he sentido bien... Yo...
-Espera -su amiga lo detuvo y miró a Tessa-. ¿Esos de ahí son...? Oh dios, Alec...
Tessa asintió, Alec miraba de ambas hacia la pantalla sin entender nada. Hasta que Tessa habló, sólo dos palabras que cambiaron su mundo por completo, su imagen del futuro transformada en un segundo:
-Son dos.
Esperanza chilló emocionada. -¡Son dos Alec! Dos latidos diferentes. Esos dos puntos ahí. ¡Son dos bebés, Alec! ¡Di algo!
CONTINUARÁ...
tenían razón! son dos! 👶👶🙌❤
gemelos? gemelas? niño y niña?
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Hijo de la luna (Malec Mpreg)
FanficTERMINADA» Alexander Lightwood no quería casarse, sus preferencias siempre fueron evidentes, pero él tenía un deseo demasiado grande: quería un hijo. Entonces se le ocurrió, ¿por qué no? Pedir un deseo...a la luna. La luna era una divinidad y, como...