–Hija– dijo mi padre volviendo a abrazarme, pero yo no podía despegar mis ojos del General.
–Kurok no lo lleves tú, eres más alto que los demás.
–Pero me lo puedo.
–No, caerán al agua al pasar al otro barco– decía Cathal.
La expresión en su rostro, se veía tan asustado, un niño pequeño preocupado por su hombre.
Leo había perdido la conciencia y se veía tan tranquilo. Estaba cubierto en sangre, sangre que no sabía si era de él, bueno gran parte debería ser, pero deseaba pensar que no.
–Vamos hija, debes curar tu herida.
–Si Padre.
–Tengo que ver donde dejar a este hombre– dijo mientras meditaba.
–¿Piensas dejarlo en el barco de nosotros?
–Claro que si Helina, no sé qué paso, pero debo escucharle cuando despierte.
–Padre, detrás de mis aposentos hay habitaciones.
–Si Helina, estaba pensando en esas, pero el problema es que, unas son de tus doncellas...
–Ellas no les importara.
–Si bueno y dos, la única entrada a esas habitaciones es por tus aposentos, no me parece que tengas hombres dentro.
–Oh padre, entiendo perfectamente a que te refieres, pero si no tienes a donde más ponerlo confía en mí, pediré que mis doncellas se queden conmigo todo el tiempo para que estés tranquilo.
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–Leo– intenté despertarlo, pero no había indicios que lo haría.
Al final lo llevamos a los aposentos de la princesa, el Rey ordeno a Lands y Marcus cuidar desde adentro y estar en constante vigilancia a los otros soldados.
–Despacio, despacio– dijo Thiao mientas lo iban poniendo en una cama.
–Eiric, amor ve a curar esa mano también, no puede infectarse.
–Estoy agotado– dijo sentándose en una se las sillas que estaba a la entrada.
–Espera un poco, te traeré leche de amapola.
–No– dijo tomando mi brazo– ve a verlo, yo también estoy preocupado– ambos miramos a un lado y pudimos ver como los hombres comenzaban a rasgar la vestimenta de nuestro General.
–¿Dónde está el agua?– preguntó Kurok.
–Ten, aquí esta– dije al ver un barril.
–Gracias– tomo del barril y mojando unos trapos comenzó a limpiar el cuerpo de Leo– Ve y háblale– me ordenó.
–Espera– dijo Thiao– vendamos su mano mientras este inconsciente.
–No, necesitamos arreglar sus dedos, no podremos si esta inconsciente.
–¿Cómo sabes eso?
–Eiric lo dijo– contesto Thiao.
–Oye idiota– dijo Kurok acercándose a él, pero Eiric no estaba muy bien y a los pocos minutos tomo el barril ya vacío y devolvió todo lo poco que tenía en su estómago.
–¡Eiric!
–Oh, grandísimo idiota– dijo Kurok tomándolo de la muñeca y subió su brazo a sus hombros– vamos, te llevare a descansar, no eres tan fuerte como piensas ¿Lo sabes no?– dijo saliendo.
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El Halcón de la Cima del Mundo
Любовные романыLa historia se centra en dos personajes principales, una Princesa y un hombre que denegó sus títulos de Príncipe para unirse a un ejercito. A medida que estos dos se irán conociendo, la atracción que ambos sienten por el otro los llevaran a pregunta...