Hoy mi padre cumplía años, no muchos calculaban tal cosa, generalmente los de la realeza guardaban su nacimiento y los pueblerinos hacían una fiesta masiva para celebrar todos los años de cada persona, una fiesta para todos. Hoy le tocaba a papá y vendrían algunas personas importantes.
–Accedí a lo que querías ¿Por qué aún no he recibido ninguna carta?
–Thion no seas impaciente, sabes que Sean es orgulloso tardara en buscar la forma de arreglar esto.
–¿Arreglar esto? ¿Cómo arreglas la vida de todas las personas que hoy le falta un integrante?
–No seas tan extremo, Zocim remplazara a esa gente.
–Tan fría y poca empática como siempre. Fadila si no cambias me buscare a otra Reina.
–Sabes que no hay nadie como yo.
–¿Esa no es la idea?
–Estás celoso, porque yo tengo una relación con mi familia en cambio tú no tienes a nadie.
–Cállate mujer, mi reglado de ti hoy será que ni te aparezcas.
–Vete a beber Thion, es lo mejor que puedes hacer.
Mi padre y Fadila comenzaron el día así, los pisos superiores eran los que más estaban enterados de sus discusiones y más si lo hacían con las ventanas entre abiertas. El invierno se había comenzado a marchar y en el día comenzaba a hacer más calor.
–¿Hoy no ira a entrenar?
–No, hoy Leo tenía que hacer unos informes, entrenaría con Kurok pero no me gusta estar sola con alguien que no conozco mucho.
–¿El aun no la busca?
–No pero está haciendo exactamente lo que le pedí– dije sentándome en la orilla de mi cama.
–¿Esa es su justificación?
–Creo– dije con seriedad– ...que lo perdí.
–Princesa Helina.
Habían pasado casi 9 semanas desde lo de Harag y también desde que le pedí espacio, él no volvió a insistir y guardo distancia. Una distancia que hasta el día de hoy era muy inquietante y me desanimaba con pensarlo. Solo atiné a observarlo, nunca me había arrepentido tanto de mis decisiones y no tenía el coraje de decirle "me equivoque quiero estar a tu lado"
En los entrenamientos el evitaba mirarme a los ojos y aunque su actitud no cambio, si note su poco interés en mí. No había roses, ni palabras con otra intención simplemente era la persona que me enseñaba el vals de la espada.
Cuando habíamos ido a repartir provisiones, dos o tres veces lo vi conversar con la mujer pelirroja que conoció en el día de Zocim, cada vez que él hacía eso, no podía evitar apretar los dientes y en mi garganta se formaba un nudo que me hacía difícil tragar. Quedaba pensativa y dolida, me sentía enojada y quería explicaciones, pero ya no éramos los mismos.
–Debe hablar con él, antes no lo dudaba ni por un segundo y lo confrontaba ¿Por qué ahora no va y le dice "hablemos"?
–Me da miedo.
–¿Miedo a que? Leo es incapaz de hacerle algo.
–No a lo que haga Clara, sino a sus palabras. Si me dice que ya no está interesado en mí y si le agrada otra persona yo... no sé cómo reaccionaré. A pesar que ahora es poco el tiempo que tengo con él, es suficiente. Si hablo con él y me rechaza quizás no volverá a enseñarme con el afán de no incomodarme.
–Princesa Helina– dijo Bony que arreglaba mi ropa para la noche– déjese de decir estupideces. Ha pasado bastante tiempo y sigue en lo mismo, vaya y hable con él.
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El Halcón de la Cima del Mundo
RomantizmLa historia se centra en dos personajes principales, una Princesa y un hombre que denegó sus títulos de Príncipe para unirse a un ejercito. A medida que estos dos se irán conociendo, la atracción que ambos sienten por el otro los llevaran a pregunta...