–No sale para quien va dirigida.
–Ten– dijo lanzándome un objeto en el aire.
–La insignia de mi padre– dicha insignia era bastante reconocida para mi tierra, era un gran círculo dorado con un águila posada en el- Laurel, ve al grano– me puse de pie y mire por la ventana.
–Sucede que he sobornado a un cartero, después de unas largas charlas y buenos regalos, pude enterarme que tiene algunas cartas guardadas que debían ser quemadas pero que la misma Reina ordeno no hacerlo. Entre ellas esta esa. Si te das una vuelta a los subterráneos del castillo puedes ver estatuas de todo tipo, y además retratos, y gracias a algunas cosillas tengo unas sospechosas.
–Fadila– dije riéndome.
–No había llegado al punto, pero puede que estés o estemos en lo correcto.
–¿Ella, con mi padre? ¿Y las pruebas?
–Allá voy, hay tres retratos, uno de ellos solo sale tu padre, otro esta junto a Fadila y otro sale la alianza con Liastian, ¿Por qué tendrían más retratos del? Tu padre cargó su sello como anillo al dedo siempre.
-Supongo que Liastian y Cretos alguna vez fueron amigos.
-Tonterías Leo, aquí no hay solo amistad. El sello de tu padre era muy hermoso e inusual. Espera– dijo mirándome con gran atención– ¿Te han dado una cachetada? Tienes la mejilla un poco roja
–Laurel olvida mi cara, solo habla.
–Bien continuaré, pero pon algo allí más tarde ¿Recuerdas como era el sello de tu padre?
–El halcón tallado en piedra Jade, mi madre lo lanzo al mar.
–¿Y cómo estas tan seguro?– dijo acercándose a mí con una sonrisa.
–¿A qué te refieres?
–Ten– dijo sacando algo de su bolsillo.
–El Gran Halcón– dije sorprendido.
Había caído a mis manos exactamente el sello de mi padre, era un gran anillo de oro con una piedra de color verde que tenía la forma de un halcón.
–No es posible.
–Tu madre te mintió o habían dos sellos idénticos.
–¿Dónde lo obtuviste?
–Fadila, en los aposentos de ella estaba el sello y la insignia.
–Imposible, jamás había visto el sello de mi padre. A pesar que siempre lo llevaba jamás dejaba que lo mirara, solo lo conocía por sus pinturas ya que siempre estaba en su dedo.
–Es un enorme tesoro.
–Lo es, devuélvelo Laurel, no podemos dejar sospechas. Desearía atesorar aquella reliquia, pero ella puede enterarse o cuidará más sus espaldas.
–Lo haré esta noche, quería que lo vieras.
–Entonces, ¿Mi padre tuvo una relación con Fadila? dudo mucho que mi madre me mandara a vigilarla solo por un despecho que ya ha pasado muchos años, yo...
–No saques tan rápido tus conclusiones– dijo interrumpiéndome y acercándose a mí– sabes que tu madre siempre tiene un porque. Es una mujer muy sabia, tengo mis sospechas.
–¿Más?
–Tu madre me mandó a investigar la muerte de tu padre, debe creer que realmente no fue una muerte por enfermedad– dijo un poco nervioso acariciando su rostro.
–No me ha dado esas instrucciones.
–Llegarán, te mandaré tu sello para que mandes algunas cartas, sin duda necesitaras pluma y papel.
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El Halcón de la Cima del Mundo
RomanceLa historia se centra en dos personajes principales, una Princesa y un hombre que denegó sus títulos de Príncipe para unirse a un ejercito. A medida que estos dos se irán conociendo, la atracción que ambos sienten por el otro los llevaran a pregunta...