Juntos

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Hospital de Hyperion 3:30am

—Señor, señor, por favor tranquilizese.—
—¡Suelteme! No me pida que me tranquilice cuando mi hija esta allá muriendo.— Señaló el lugar hacia donde se habían llevado a su hija aún con su llanto ahogado. La enfermera que trabaja de tranquilizarlo vio como el contrario se había maltratado las manos y ahora sangraban.
—Señor, debe tranquilizarse, su hija lo necesita bien.—
—No, suelteme.—
—Señor por favor, déjeme ayudarle, debo curarle las heridas que se ha hecho.—
Facilier estaba tan fuera de control que tuvo que llegar un doctor el cual se le acercó por la espalda clavándole una inyección la cual contenía un tranquilizante.
El hombre mayor sintió el pinchazo y intento forsejear con el doctor.
—¿Qué? ¿qué me puso?.—
—Un tranquilizante.—
—¿Un qué?.— Poco a poco su visión se hacia borrosa y perdía el equilibrio.
—No me to... No me t... No me....— Hasta que al fin cayo al suelo como bulto de papa. Al instante los doctires que estaban cerca lo auxiliaron y lo llevaron a una habitación donde le vendaron las heridas propisionadas por los golpes de la pared.

—¡Familiares de Rachel¡, ¡familiares de Rachel¡.— Decía el doctor pero la única respuesta que obtuvo fue de la recepcionista, la cual le dijo lo que había pasado un par de horas atrás y que ahora el padre de la menos se encontraba en una sala descansando.
—Bien, cuando despierte por favor aviseme tengo una mala noticia que darle.—

Roni's 8:00am

Mientras que Rachel agonizaba y Facilier estaba con calmantes, las hermanas mills se preparaban para otro día de rutina. Ese día Henry había ido a visitar a Roni y a ofrecer su ayuda puesto que había llegado nuevo pedido de alcohol al establecimiento.
—Buenos días.—
—¡Henry! ¿qué haces en mi bar?.—
—Creí que era un lugar publico.—
—Bueno tal vez no me supe expresar. Quiero decir ¿por qué no estás trabajando?.—
—Ahm... No, hoy no trabajare, hoy me tomare el día libre.—
—¿Ah si? Supongo que eso debe ser por Jacinta.—
—No.—
—A quien quieres engañar ¿a mi?.—
—No, hablo en serio, no es por ella. Me entere que te llegaron pedidos y quise venir ayudar.—
—¿Tu día libre te la pasaras conmigo y todo este alcohol?.— Ambos rieron al unisono.

—Si, así es.—
—No tienes que hacerlo para eso tengo a Kelly. Tú ve y descansa, no necesitamos más ayuda.—
Al momento en que Roni termino de hablar, por la puerta del establecimiento se abrió paso Kelly con un enorme barril lleno de cerveza.
—Ayuda.— exclamo la pelirroja.
Henry arqueo una ceja y se giro a mirar a Roni expresándole las siguientes palabras.
—Y no necesitaban ayuda, ¿eh?.—
—Está bien, tal vez si necesitemos un poco.—
—¡Bien!.—
Al instante Henry corrió a auxiliar a la mujer tomando el las riendas de ese pesado y enorme barril.

Las dos hermanas se quedaron solas en la barra mientras Henry ayudaba a los que llevaban el pedido a entrar cajas.
—Y bien, hermana.—
—Bien... ¿qué?.—
—Ahora si me diras todo ¿lo que haces con Faclier?.—
—¿De qué estás hablando, Kelly?.—
—Y ahora te haces la turista, bien, hagamos esto rápido. ¿Hace cuanto sales con Facilier?.—
—¿Salir? ¿con Facilier? A caso mi hermana se volvió loca y no me he dado cuenta.—
—Ya no tienes que fingir, escuche toda tu conversación con él la otra vez que vino a visitarte.—
—Qué tú hiciste ¿qué?.—
—Lo siento, pero no me pude contener.—
—Eres increíble, Zelena.—
—Shhh, no lo digas tan alto podrían escucharte.—

Kelly sonreía triunfante pues ya tenia acorralada a su hermana y sabia que terminaria contándole todo.
—No puedo creer que me hayas espiado.—
—Ay, ya, ni que fuera un pecado. Cuentame todo sobre tu romance.—
—No hay ningún romance.—
—Pero si se acuestan ¿no?.—
—Zelena, dejame en paz.— Abandono la barra dejando a su hermana sola con sus ganas de saber sobre su romance.

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