La voz de la sabiduría

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—¿Segura que estarás bien con la tía Zelena?.—
—Si, tranquilo, tú ve con el abuelo.—
—Estaré aquí en una hora.—
—De acuerdo, adiós.—
Después de haber dejado a Lucy con Zelena, Henry y Facilier se dirigieron a un café donde tendrían aquella charla que a Henry le parecía incómoda e innecesaria pero algo lo hizo cambiar se parecer al oír todo lo que Facilier le contó en aquel café.

Café de Hyperion.

—Henry, sé que esto de que tu madre y yo salgamos no te hace mucha gracia.—
—¿Qué dices? ¿de dónde sacas eso?.—
—Vamos, Henry, no me lo debes negar.—
—Está bien, no te niego que si me sorprende un poco pero sé que debo apoyar a mamá si ella está contigo.—
—Pues creo que te voy a evitar el malestar de que nos tengas que apoyar.—
—¿De qué hablas?.—
—Regina y yo terminamos, ella ya no quiere saber nada de mí.—
—¿Cómo? Pensé que...—
—Si, eso mismo piensa Rachel pero no, tu madre y yo ya no somos nada.—
—¿Paso algo?.—
—Solo debes saber que el pasado siempre vuelve para atormentar a las personas y lo más difícil es que debemos vivir con eso toda nuestra vida.—
—Mira Facilier, yo te voy hacer sincero. No me agrado nada saber que mi madre y tú salían pues pensé que aún albergabas la oscuridad pero me doy cuenta que eres como lo fue un día mamá. Solo buscaba una oportunidad de que alguien le ayudara a salir de ella y creo que tú lo haz hecho y mereces esa oportunidad. Ahora, ¿por qué no vas y hablas con mamá y arreglas las cosas?.—
—Henry, esto no se trata de una pelea como las que suelen tener las parejas, este asunto va más allá de eso.—
—¿Qué es lo que impide que vuelvan?.— Pregunta mientras toma gustoso un sorbo del café cuyo vaso estaba entre sus manos.

—Cosas que es mejor no saber o bueno al menos no de mi parte.—
—¿Tan grave es?.—
—Son cosas que para mí ya es pasado pero para Regina no, ya que la atormenta.—
—Tendré que hablar con mamá.—
—No, no hay necesidad de hacer eso. Seguro luego dirá que yo te envíe, y créeme otra pelea es lo que menos quiero.—
—Es una lastima que estén así, me hubiese agradado que al menos Rachel tuviera a sus padres juntos.—
—Si bueno, creo que eras el único que quería eso.—
—¿Tú no lo deseabas?.—
—Claro que si. Amo a tu madre demasiado y por ella estaría dispuesto a todo incluso renunciar a mi poder si es necesario.—
—Vaya, eres diferente a lo que me imagine o a lo que he escrito y leído de tí.—
—Si ya sé, en tu libro soy un maldito brujo despiadado que lo único que le importa es optener más poder.—
—Lo siento, debía escribir algo.—
—Descuida, este es el verdadero yo, es así como debo ser ahora. Regina fue la primera mujer de la que me enamore, la primera mujer que me hizo sentirme vivo, la que hizo que mi corazón creyera de nuevo en el amor y en las oportunidades, fue por ella por quien llegue a Seattle.—
—Créeme que si yo fuera mujer y me hablaran así como tú lo haces, de seguro ya mismo me habría arrojado a tus brazos jajajaja.—
—Jajajaja. Lastima que no seas rubia jajaja.—
—Jajajaja. Oye, tal vez esto es solo una confusión, tal vez mamá necesite tiempo para pensar las cosas.—
—Ojala todo fuera tan fácil como lo dices.—
—Conozco a mamá y sé cuando está enamorada y te aseguro que esta vez lo está.—
Platica va, platica viene, café va, café viene, la gente camina, corre, se aguita y las manecillas del reloj no se detienen.
Después de que Henry estaba pensando si salir o no con Facilier, ahora disfrutaba la charla, al parecer le hacia falta conversar con alguien que estuviera a su nivel.

Bosque de Hyperion

—Y bien, cuéntanos, ¿qué te gusta hacer o si tienes algún hobbie? Quiero saber todo de tí.—
—Creo que Regina ya sabe un poco a lo que me dedico. Solo me dedico a estudiar y estar con mi padre no hago nada más.—
—¿Nada más? En eso si te pareces a Regina.—
—¿Eh?.—
—Si, adimitelo, te la pasabas encerrada en Storybrooke y acá te la pasas metida en el bar.—
—Por que debo trabajar.—
—Si, si, si no me tuvieras a mí no había tenido jamás aventuras. ¿Y cómo te va en la escuela?.—
—Bien, la escuela es estupenda.—
—¿Por qué sera que eso de estupendo no me convence? ¿qué ocultas?.—
—Queen, deja de presionarla.—
—No la presiono solo quiero saber todo sobre ella.—
—Le estás haciendo demasiadas preguntas dale un respiro.—
—No, ella tiene razón. No sé mentir y siempre me descubren. En la escuela no me va muy bien ya que todo allí me odian excepto, claro, mis amigas Hanna y Karla.—
—Te odian, ¿por qué dices eso?.—
—Por que es cierto, todos me llaman fenómeno.—
—Eso me consta a mí ya que Rachel misma me lo contó.—
—¿Y tú no hiciste nada para parar a esos malcriados? ¿todo debo hacerlo yo?.—
Esto se empezaba a complicar al parecer a la reina malvada no le gusto nada saber esta parte de la vida de Rachel, ¿sera qué sacaría su lado más malvado para poner en cintura a esos chicos?
Pero eso no era lo más complicado de la conversación, lo más complicado se vendría después.

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