Quédate

99 8 17
                                    

Bosque encantado.

—Regina, Regina hija despierta, Regina.—
—¿Qué? ¿qué ha pasado? ¿qué hora es?.—
—Hora de que te levantes a comer algo, has dormido demasiado.—
—Lo sé pero este bebé me tumba en la cama y no me deja levantarme.—
—No te preocupes, lo entiendo, así mismo fue con tu madre.—
—¿Dónde está? ¿dónde está él?.—
—¿Él? ¿quién es él?.—
—¿Dónde está?.—
—Aquí estoy, ¿creiste que me había ido y te había dejado?.—
—Que dices, no, claro que no.—
—Admitelo, te asustaste al no verme.—
—Por su puesto que no.—
—Disculpen, ¿quién es usted?.—
—Mucho gusto, soy....—
—¿Qué hace aquí?.—
—Soy el padre del bebé que espera Regina.— La cara de sorpresa que tenia Henry era de esperarse pues no se imagino que conocería al padre de su niet@ puesto que Cora le había dicho que Regina lo había echado de su vida para siempre.

—Así que, usted es el hombre, vaya, pues.— Que incomodo todo y más para Regina. Sus mejillas le ardían de lo roja que se habían puesto, sentía vergüenza ante aquella posición, ver a su padre charlar con el hombre que la dejo embarazada no era nada agradable ya que su padre le había dicho que quien era que se había atrevido hacer tal cosa sin darle la cara primero a él.
—Si, yo soy el hombre, perdón, ¿el hombre de qué?.—
—El que se atrevió a estar con mi hija sin antes yo conocerlo.—
—Papá por favor, no empieces si.—
—Solo quiero charlar con el hombre.—
—No charlaras nada, no ahora y no se llama el hombre, su nombre es Facilier.—
—Ah, así que el hombre se llama Facilier, que nombre más extraño para ser un hombre de verdad.—
—Papá por favor, en serio, no hagas eso.—
—¿Pero qué estoy haciendo? Solo quiero charlar un poco.—
—Me estás avergonzando.—
—¿Avergonzandote?  Solo busco explicaciones.—
—No soy una niña, creo que eso lo sabemos.—
—Ella tiene razón, Regina ya no es una niña.—
Henry movió su cabeza varias veces negando aquello y llevándose un dedo a sus labios haciendo callar a Facilier.

—No, no, no, la charla no es contigo.—
—Papá, déjame sola.—
—Dejarte sola, ¿con el hombre? No, eso si que no.—
En esos momento un humo de color rojo se hizo presente en la habitación era Cora quien por lo visto no dejaba de espiar a su hija.
—No te vuelvas fastidioso, Henry. Deja que nuestra hija se quede a solas con el padre de su bebé.—
—Y la madre prodiga, volvió.— Dijo Regina con un gesto un poco de desagrado en su cara.
—Si, volví, ¿creiste que me perdería tu embarazo?.—
—Espero que hayas venido por algo bueno, Cora.—
—Shhhhh, Henry querido. La conversación es con mi hija.—
Ahora a quien callaban era a otro pero no es nada nuevo en Cora a ella siempre le fastidiaba hablar con Henry o al menos eso era lo que demostraba.
—No, se callan los dos y me dejan sola, por favor.— Nadie titubeo o balbuceo solo se limitaron a bajar la mirada y a salir del lugar al igual que Facilier.

—Tú, no.— Exclamo Regina mientras tomaba el brazo de Facilier.
—Tú quedate, después de todo eres el padre de mi bebé.— Cora y Henry se sintieron ofendidos al escuchar a Regina hablar pero no dieron vuelta atrás y salieron de la habitación.
—Pensé que habías dicho que te dejáramos sola.—
—Si pero hablaba de mis padres, se vuelven tan repugnante aveces y más con este tema del embarazo.—
—Tu padre se ve que te cuida mucho ya que quería de verdad charlar con el hombre.—
—Jajajaja, no sea tonto, lo que pasa es que está un poco celoso si se podría decir.—
—Ya, ¿y celoso por qué?.—
—Por que estoy acá en mi habitación a solas con un hombre.—
—No, un hombre no, con el hombre jajaja.—
—Jajaja, eres idiota, ¿lo sabias?.—
—Si, me lo has dicho muchas veces y aún así creo que soy el idiota más afortunado.—
—¿Lo dices por....?.—
—Por tener a la mujer más hermosa de todos los reinos frente a mí.—
—Faci...—
—Ya lo sé, no quieres ya nada conmigo. Creó que debes arreglarte, esperare afuera.—
—No, espera, no es que no quiera, es solo que no se si vaya hacer las cosas bien y más después de como te trate.—
¿Sera qué la reina malvada se daría una segunda oportunidad? Facilier no le reprochaba lo que ella dijo o hizo antes, a él solo le importaba el ahora y el presente, pero Regina vivía con temor de que tal vez las cosas no las hiciese bien, que tal vez volviera a tratarlo mal y a echarlo de su vida.

—Ya te he dicho que eso es pasado, deja de pensar en lo que paso, es en lo que está pasando ahora en que debes concentrarte.—
—No te he pedido perdón por como me comporte esa vez.—
—No tienes que hacerlo, sé que estás arrepentida y eso es lo que vale. Ven aquí.— Facilier arropo con sus brazos el cuerpo de Regina dándole a entender que entre sus brazos estaría protegida, que entre sus brazos podía encontrar un futuro, un futuro en el que estaria el bebé, Regina y él.

Regina se separo lentamente de él y tomando su rostro entre sus manos beso sus labios lentamente como si no quisiera separarse jamás. Facilier correspondió a ese beso mientras acariciaba su espalda.
—Te amo, Regina. Lo supe desde el primer momento en que te vi, ya que mi corazón palpitaba a un ritmo diferente al acostumbrado.—
—No quiero hacerte sufrir, no por la forma en que soy ahora, tú te mereces a alguien mejor que yo.—
—No, jamás digas eso, no hay nadie mejor que tú y jamás lo habrá.—
Regina sonrió dulcemente y le volvió a besa.
—¿Quieres bañarte conmigo? Descubrí que el agua le gusta al bebé y tal vez así puedas sentir como se mueve.—
—Si voy contigo y descubro sus movimientos significa que ya debo irme de tu lado y aún no quiera correr ese riesgo.—
—No, no iras a ningún lado por que yo no quiero que te vayas, quiero que te quedes y que te quedes para siempre.—
—¿Hablas en serio?.—
—Si, te quiero aquí cerca de mí.—
—Pues siendo así, ¿qué esperamos para ir a esa bañera?.—

Comentarios.
A petición del publico traigo una vez más un flashback, ustedes pidan que yo les doy, bueno, si se puede.
Disfruten babys. 💋

VodooQueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora