VodooQueen

Una confesión

Ella con sus cabellos mojados y su cuerpo lleno de gotas de agua era la razón por la que había cambiado, la razón por la que decidí buscar una nueva vida y desviarme del mal camino por el que andaba, solo por ella dejaría todo incluso hasta mi propia vida si fuese necesario.
Esto esta lo que pensaba Facilier al ver a Regina metida en aquella bañera. Las gotas de agua mojaban sus largas y abundantes pestañas y sus ojos brillaban cual estrellas vistas desde el espacio, dios era perfecta, era agradable quedarse todo el día a verla.

—Estoy gorda, ¿verdad?.—
—Eh, ¿qué?.— Respondió Facilier mientras salia de sus pensamientos.
—Que estoy gorda.—
—¿Gorda? Que dices, claro que no, estás perfecta.—
—Entonces, ¿por qué me miras de esa forma? ¿me veo fea? Es eso, ¿verdad?.—No, no estás gorda o fea. Te veo así por que te vez más hermosa en esta faceta.—
—No me mientas o te juro que te mandare a buscar frutas silvestres para calmar los antojos.—
—No te miento y por tí iría al mismísimo inframundo si es posible, así que si piensas que eso va hacer un castigo estás muy equivocada.—
—Pero he engordado, hasta mi cara se ve ancha.—
—Entonces voy a desinflartela a besos.—
—No, no que me hace cosquillas.—
Facilier no paraba de llenarle la cara de besos aún escuchando la voz de Regina que le decía que parase.
Y por primera vez Facilier esperimentaria el sentir las patadutas del bebé.

—No, en serio para.—
—¿Pasa algo? ¿no te gusta que te de besos?.—
—No es eso, se ha movido.— Regina tomo la mano de Facilier y la poso en la parte más baja de su vientre esperando que el bebé volviera a patear.
—Espera, ten paciencia, te juro que se movió.—
—Yo no siento nada.—
—Shhhh, deja que se concentre.—
—Concent....—
—Shhhhh, dije.—
Y los segundos corrían a toda velocidad y el bebé nada quedaba señales de moverse.
—Me saldrán raíces espe...—
—¡Calla! Tal vez le gusta el silencio.—
—O tal vez el ruido.—
Al parecer el bebé no quería moverse para su padre o tal vez quería que sus padres siguieran jugando para el jugar con ellos.
—No se mueve, mejor te sigo dando besos.— Facilier continuo con los besos y Regina comenzó a reír a carcajadas pues su piel era tan sensible que cualquier cosa le provocaba cosquillas o dolor.

Cuando Facilier comenzó a llenar el rostro de Regina de besos, el bebé comenzó a moverse otra vez a lo que Regina se dio cuenta de que el bebé actuaba de manera en como actuara ella.
—Sigue besándome pero pon tu mano aquí de nuevo.— Facilier asintió y de repente sintió en sus manos aquella patadita, la alegría y sorpresa de Facilier era grande, no podía describir lo que sentía en esos momentos, lo único que sabia era que quería estar así siempre.
—Se está moviendo.—
—Te lo dije, le gusta más el ruido que la calma.—
—Tienes razón. Se volvió a mover.— Dijo Regina mientras de los ojos de Facilier caían lágrimas y no de tristeza pero si de alegría. Sentía que su corazón se llenaba más de amor, más del que ya tenia.
Regina al verlo de esa forma limpio sus lágrimas, rodeo su cuello con sus manos y le beso.
—Está feliz. Feliz de que estés aquí.—
—Corrijo, está vez de que estemos aquí con él cuidándolo.—
—Esto no te lo he dicho nunca pero, siento que es momento de decírtelo. Facilier, yo...  Yo te amo, te amo desde aquella vez en el lago pero tenia temor de decírtelo, no sabia que sintieras lo mismo por mí.—
Facilier salio de la bañera y extendió su mano para que ella saliera también.
Su piel comenzó a erizarse del frío que sentía puesto que había cambiado de temperatura, las gotas de agua escurrían por todo su cuerpo y caían en el suelo bailando al ritmo de sus corazones. Facilier al verla de esa manera no podía aguantar las ganas de tomarla y hacerle el amor pero sabia que no podía, no en el estado en que estaba Regina. Bueno, de poder, podía pero no quería lastimar al bebé eso era lo que el pensaba cuando en  realidad nada le pasaría al bebé

Una vez que Regina estuvo fuera de la bañera, Facilier se arrodillo quedando frente a su vientre y poso sus manos en él.
—Te prometo que a este bebé no le faltara nada y menos amor. Lo amare para siempre al igual que a tí. Prometo cuidar de ambos, proteger a ambos, no dejarte jamás.— Dicho esto, dejo un beso en su vientre sintiendo de nuevo otra patadita.
Al parecer el bebé estaba feliz de tener a sus padres juntos, estaba feliz de oír lo mucho que se amaban y no veía la hora de salir de allí para ver las caras de las personas que lo han amado desde un principio.

Al termino de declarar sus palabras, Facilier tomo una toalla, cubrió el cuerpo de Regina y tomándola entre sus brazos la llevo a su habitación para luego proseguir a vestirla.
La amaba tanto, la protegía tanto, la cuidaba tanto que no la dejaría ni un segundo sola.
—Yo puedo vestirme sola, Facilier.—
—Sé que puedes pero yo quiero hacerlo esta vez.— Tomo una toalla de baño y seco sus cabellos luego desprendió su toalla del cuerpo de la morena y la dejo caer en el suelo para luego vestirla con un vestido blanco hecho en seda y con bordados en hilo de oro. Tomo el cepillo de cabellos y comenzó a peinarlos con suavidad.
—¿También vas a maquillarme?.—
—Aunque no lo creas soy un despertó con el maquillaje jajaja.—
—Eso lo dudo, quiero dar un paseo.—
—¿Un paseo? ¿a dónde?.—
—Quiero ir al lago, quiero ir al lugar donde me enamore de tí.—
—Pues lo que usted diga, su majestad.—
—Deja de llamarme así, puedes decirme Regina o amor, como quieras menos majestad.—
—¿Por qué? Eres la reina.—
—Si pero lo soy para los demás.—
—Para mí también, eres la reina de este idiota y loco corazón.—
Quien estuviera allí en ese momento estaría derretido de amor por esas palabras tan bellas que le decía Facilier a Regina.

—Iremos al lago después de que comas algo.—
—No tengo hambre.—
—Debes comer algo, así no tengas hambre.— El hombre termino de cepillar los cabellos de Regina y le pidio que se sentara para proseguir a ponerle unas sandalias doradas que él mismo hizo aparecer en sus manos con magia y ahora si, ya la reina estaba lista para su día de paseo.

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Siguen los Fashback. La verdad es que a mí también me gusta escribir sobre el pasado de mi VQ. 💋