Una vida, por otra

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Era la hora de que las puertas del Roni's se abrieran para dar comienzo a una nueva noche. A pesar de que Facilier le había dicho a Regina que dejara el trabajo del bar por que no lo necesitaba y que además ya no la quería ver que se hiciera cargo de un lugar que al final de la noche solo dejara hombres morbosos y borrachos, Regina hizo caso omiso y decidió seguir con la rutina de su vida, ella no sabia que más hacer o era ser reina, alcaldesa o barwoman.

Ese día Zelena le dejo un mensaje a Regina diciéndole que llegaria un poco tarde ya que estaría un rato con Robyn y Alice.
Regina que estaba acostumbrada a abrir el bar sola, no le dio mucha importancia a eso y le dejo a Zelena que no se preocupara, que si no podía llegar a tiempo ella sola se haría cargo del bar.

Algo llamo la atención de Regina cuando en la parte trasera del bar escucho ruidos, cosa que le pareció muy extraña ya que estaba sola en el lugar.
Se agacho y tomo de la barra su bate de béisbol alzándolo y caminado lentamente a la parte de atrás. Cuando llego no encontró más que a un gato melpdiando por allí cosa que hizo que ella se sobre saltara y el gato saliera corriendo asustado.
Suspiro ya tranquila, bajo el bate y lo coloco en una de las mesas que había allí para agacharse a recoger un matera que el gato había roto pero cuando recogió los pedazos y quiso levantarse para tirarlos, algo la golpeo muy fuerte dejándola inconsciente.

¿Quién pudo haber sido? Y ¿por qué lo hizo? No se sabia, lo único que se veía eran unas manos con guates negros arrastrando el cuerpo de Regina hasta la entrada del bar.
Mientras Regina estaba siendo atacada, Rachel esperaba anciosa en casa a su padre pues le había prometido que esa noche verían películas.

El señor Samdi como así lo conocieron todos durante la maldición, se estaba preparando para salir de su oficina y así tener ese momento padre e hija que le había prometido a la menor.
Apago el procesador, metió unas carpetas en uno de los cajones de su escritorio, metió su celura en su bolsillo derecho, agarro su abrigo al igual que las llaves y apagando las luces salio del lugar.

Todo marchaba bien para Facilier pero algo lo hizo cambiar de planes cuando al salir de su oficina se encontró en el parabrisas de su auto una nota que decía lo siguiente.
Facilier o Samdi como te llaman, si quieres volver a ver a tu querida Regina debes ir a este lugar y no quiero sorpresas, te quiero solo, si no haces lo que te pido tu querida novia morirá.
Esa nota fue como si a Facilier le hubiesen dicho estan regalando pizza gratis. Ni si quiera se subió a su auto, tomo la nota y salio corriendo de allí como alma que lleva el diablo.

Pero no solo Facilier había sido citado esa noche, una nota igual le llego a Robín diciéndole casi las misma palabras.
Robín, si quieres ver a Regina de nuevo debes ir a este lugar y no quiero sorpresas, te quiero solo, si no haces lo que te pido Regina morirá y créeme que sé que no la dejaras morir.
Robín palideció ante aquellas palabras pero no sabia que escusa sacarle a Queen para salir de casa he ir al lugar donde lo habían citado pero como todo buen ladrón sabia muy bien como salir de un ligar sin ser descubierto.
—¿Facilier?.—
—¿Robín? ¿tú qué haces acá?.—
—Lo mismo te pregunto.—
—No, yo pregunte primero.—
—A mi casa llego una nota diciendo que debía venir, que Regina estaba en peligro.—
—¿También te llego esa nota?.—
—¿A ti igual? Pensé que era el único. ¿Sabes contra quién nos enfrentamos?.—
—No tengo idea, pero quien quiera que sea no tiene idea con quien se ha metido.—

Una vez que el anónimo tuvo a los dos hombres en el lugar una voz algo gruesa y espeluznante se empezó a oír.
—Bienvenidos, déjenme decirles que fueron muy inteligentes al acudir a mi llamado.—
—¿Quién eres tú?.— Pregunto Robín intentando ver de donde provenía la voz.
—¿Dónde está Regina?.— Pregunto Facilier.—
—Eso es algo que sabrán muy pronto, ahora les diré que hacen aquí.—
—Más te vale que no le hayas hecho daño.—
—Que patético eres, Facilier. Que no te das cuenta, estás en mi territorio ahora ¿y aún así te atreves a amenazarme?.—
—Devuelveme a Regina.—
—Claro, la tendrás si es que sales vivo de aquí. Verán, por mucho llevo planeando esto y creo que llego el momento correcto de hacerlo.—
Unas luces en el suele comenzaron a encenderse hasta llegar al final del corredor mostrando a Regina sentada en una silla, amarrada y media inconsciente por el golpe que había recibido.
Facilier al verla corrió hacia ella pero algo hizo que se detuviera, eran rayos x los cuales separaban a los hombres de Regina.
—No tan rápido querido, si quieres llegar hasta ella debes ganarte ese derecho. Verán, cada uno tiene a su lado un arma con la que podrán luchar, se enfrentaran y el ganador podrá salvarla e irse vivo con ella, pero el perdedor, bueno quedara muerto.—
—Yo no luchare contra Robín.—
—Y yo tampoco.—
—Ahora resulta que ambos salieron cobardes. No entienden la gravedad del asunto, ¿verdad? Si pelean uno de ustedes saldrá vivo con Regina, si no pelean, morirán los tres pero antes la verán morir a ella. A ustedes no solo los separa esos rayos x de Regina, también los separa una caja de cristal, la misma caja que ira llenándose de agua hasta ahogarla, claro, si no la salvan a tiempo. Pero ya que ustedes no decidieron pelear pues bien, verán como ella se ahoga.—
—No, espera.— Dijo Facilier.
—Si peleo, ¿Regina se salvara?.—
—Si y si tú ganas podrás salir de aquí con ella, pero si deciden no pelear Regina muere y luego a ustedes finalmente esos rayos x los volverán picadillo.—

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