VodooQueen

Llévame a casa

Inframundo.

—Henry quiero darte algo.—
—¿Qué sera abuela?.—
—Esto es un libro o una especie de diario, en este he escrito todo lo que he vivido desde el primer día que llegue aquí. Quiero que esto llegue a las manos de Rumple.—
—Pero...—
—Si, sé que estás muerto y el vivo pero también sé que cuando encuentres cual es tu asunto pendiente seguirás adelante y pensé que una vez que estés allá le podrías pedir este favor a Zeus.—
—¿Por qué crees que él me hará ese favor?.—
—Haz sido un buen muchacho, además eres el escritor con eso basta para que él quiera hacerte un favor.—
—Está bien, haré hasta lo imposible por que esto llegue a manos del abuelo.—
—Gracias.—
—No tienes que agradecer. Lo pondré aquí donde tengo el atrapasueños.—
—¿No haz logrado saber que oculta?.—
—No, creo que debo usar magia o algo así.—
En esos momento Rachel se hizo notar en la tienda de Gold la cual ya parecía ser el hogar de los tres.

—Rachel. ¿Dónde andabas? Nos tenias preocupados.—
—No deberían preocuparse por mí, tú mismo lo dijiste Henry, puedo cuidarme sola.—
—Si pero saliste llorando de la biblioteca y te estuve buscando pero no te encontré.—
—Necesitaba estar sola y pensar.—
—¿Pensar en qué?.—
—No pensé que las cosas de una niña te interesaran.—
—Oh vamos Rachel, eso ya es pasado.—
—Tienes razón y no quiero discutir contigo. ¿Qué estaban haciendo antes de que todo llegara?.—
—Estabamos hablando del atrapasueños que Henry encontró en el libro.—
—Ah si, eso. ¿Ya saben que contiene?.—
—No pero estuve leyendo un poco y dice que los atrapasueños sirven para que los malos sueños se vayan y sola hayan buenos.—
—Pero si fuera un simple atrapasueños no lo hubiese encontrado ¿no?.—
—Tal vez en el haya alguna verdad que debas saber Henry.—
—¿De qué hablas?.—
—No me hagas caso, yo mejor me voy.—
—No espera, quiero que me digas lo que sabes, además acabas de llegar.—
La curiosidad de Henry pudo más que cualquier cosa y no dejaría que Rachel se fuera hasta que no le dijera lo que ella sabia.

—Henry, tal vez no deba ser yo quien te lo diga. Además creo que es muy obvio todo.—
—N... No te entiendo.—
—Sabes que, dejemos las cosas así y tú sigue en lo que estabas con Bella.—
—Oye Rachel, sé que no te trate muy bien cuando nos conocimos pero quiero que hagamos borrón y cuenta nueva.—
—¿Estás arrepentido o es solo para que yo te cuente?.—
—Ambas cosas. Vamos, sé que puedes perdonarme.—
Rachel a pesar de venir de dos padres malvados los cuales no perdonaban a nadie, sabia que Henry estaba arrepentido y que además no podía estar así con él sabiendo que eran hermanos.
—Está bien, te haré participe de lo que me entere y del por que salí corriendo de la biblioteca.—
—Te escucho.—
Bella que no quería interrumpir en aquella charla decidió dejarlos hablar tranquilos mientras ella seguía leyendo un poco más sobre el atrapasueños.
—¿Sabes por qué te hice todas esas preguntas sobre el colgante?.—
—No.—
—¿Recuerdas que te dije que antes de morir le había dado algo a Roni y que al parecer ella no lo había tomado con mucho agrado?.—
—Eso lo recuerdo perfectamente.—
—Bueno, lo que le regale fue...—
Quiso seguir hablando pero alguien interrumpió aquella charla.
—Hola bebés.—
Cruella. Responde Bella desde la estantería donde se encontraba.

—¿Qué haces aquí?.—
—Vine a visitar a mis inquilinos para ver si se les ofrecía algo.—
—No gracias pero no se nos ofrece nada.—
Cruella puso los ojos en blancos al escuchar la respuesta de la castaña pues pensaba que era demasiado ingenua como para no darse cuenta que hablaba sarcásticamente.
—Por dios, ¿crees que vendría a ofrecer mi ayuda a personas como ustedes? Que no se te olvide que la mamá de este joven aquí presente fue quien me condeno a este lugar y en cuanto a tu esposo bueno, él nos traicionó y se fue con el bando de los héroes. Así que no, claro que no vengo de buscar na manera.—
Saco un arma que llevaba debajo de su abrigo y tomo a Rachel de rehén apuntándole a la cabeza con su arma.
—¿Qué haces?.— Otra vez pone los ojos en blancos y frunce el labio superior.
—Me la voy a llevar para que juguemos a las muñecas. Ash, ¿qué no es obvio?. No te acerques muchacho, esta arma puede ser tan peligrosa como mami.—
—Suelta a Rachel, ella no tiene nada que ver con el pasado.—
—Te equivocas, no dejare que abandones este lugar y sé que te haz encariñado con la muchacha y que jamás te irías de aquí sin ella.—
—Me puedes tener a mi, al fin y al cabo soy el hijo de la mujer que te mando aquí.—
—Tienes razón pero está vez haré una excepción, siento que esta chiquilla me puede ofrecer mucho. QUE NO TE MUEVAS. Ahora me la llevare y ojo con seguirme por que no vas a querer que tu amiga caiga en el río de las almas perdidas ¿verdad?.—
—Cruella por favor, piensa muy bien lo que vas hacer.—
—Tú te callas ratón de biblioteca. A caso creen que no sé quien es ella, sé muy bien quien es y creo que no me vendría nada mal su ayuda.—
Con Rachel de rehén y apuntándole en la cabeza con su arma, Cruella salio de la tienda y se la llevó a un lugar donde nadie supiera de ella pero lo que Cruella no sabia era que Henry ya se conocía aquel lugar cono la palma de su mano, sabia los escondites más profundos del lugar y iría a cada uno hasta encontrar a Rachel.