Otra oportunidad

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El juego ya llegaba a su final cosa que a los presentes no les agrado mucho pues no querían que la noche acabara.
Rachel que quería reunir de nuevo a sus padres decidió ingeniar un plan a ultima hora para que así ellos pudieran quedarse solos y dialogar un poco para llegar a un acuerdo.
—Eh, papá, ¿puedo ir por un helado con Henry?.—
—¿A esta hora? No crees que es muy tarde ya.—
—Nunca es tarde para estar con mi hermano. Te prometo que compramos los helados y volvemos.—
—Está bien, pero vayan con cuidado y no se demoren.—
—Pero Rachel, yo no tengo ganas de helado.—
—Pero si me dijiste que querías.—
—Yo no dije eso.—
—Claro que si, camina.— Lo saco del apartamento a rrastras pues Henry no comprendía la trampa que quería montar Rachel.
Una vez que lo llevo fuera le contó de su plan.
—Ahhhh, así que quieres que mamá y Facilier se queden a sola.—
—Si, y casi me cogen la mentira por que tú no colaboras.—
—Me lo hubieras dicho y hace rato habíamos salido de aquí.—
—Ya que, vamos, debemos dejarlos solos un buen rato.—
—Eres una pequeña demonio. Hey, así te llamare de ahora en adelante.—
—Llamame como quieras pero vamos.—
—Bien, pero no me Hale la chaqueta que es de tela fina.—

Los amantes una vez más solos en casa tratando de recoger un poco el desorden que habían fomentado durante las actividades.
—Deja eso allí, yo los recojo.—
—No, déjame yo te ayudo a lavar los platos.—
—No, en serio puedo hacerlo yo, tú deberías irte a casa ¿o prefieres que te lleve?.—
—No iré a casa hasta no ayudarte con esto.—
—Que terca eres, está bien.—
Regina lavaba los platos mientras Facilier los secaba y los acomodaba en la estantería.
—No me has contado como te fue con Rachel la vez que fueron a patinar.—
—Nos fue bien, Rachel quedo encantada.—
—Me alegro que se hayan divertido.—
—Si y gracias a tí, gracias por aconsejarme.—
—Siempre es un placer.—
Regina por estar concentrada viendo la cara de Facilier no percato que había puesto el plato en el borde del mesón y este callo al suelo volviéndose añicos.
—Lo siento, de verdad que pena.—
Se agacho a recoger los pedazos al igual que Facilier pero ella había tomado un pedazo que había quedado con punta y se corto uno de sus dedos.
—¡Demonios!.—
—¿Estás bien? Déjame ver.—
—Estoy bien, no te preocupes es solo una leve cortada.—
—Déjame ver.— Regina extendió su mano dejando ver la cortada en el dedo el cual no dejaba de sangrar.
—Ven, te hare una curación.—
—De verdad, estoy bien.—
—No lo estás, no seas terca.—
Regina se rindió y dejo que Facilier le hiciera una rápida curación en el dedo cubriéndolo con gasas y cellandolo con micropore dejando al final un beso en su dedo.

—Ya está, creo que ya mañana amanecerá mejor.—
—Gracias.— Respondió la morena con una sonrisa algo tímida, la mirada de Facilier era tan penetrante que la sentía en su alma y en sus huesos.
Las miradas se cruzaron y sus corazones comenzaron a palpitar más rápido de lo normal, Facilier quien era el que siempre tomaba la iniciativa se acerco a Regina y tomando su mano beso la palma de esta mientras que con su mano libre acaricio su rostro.
—No sabes el mal que me haces al estar lejos de mí.—
—Faci...—
—Shhhh, no quiero que digas nada, solo siente mi corazón.— Llevo la mano de la morena a su pecho y ella pudo sentir como su corazón palpitaba desesperadamente como si estuviese en busca de algo.
—Lo sientes, está así por que te tengo cerca y esto pasa siempre. Es como si tu corazón fuera quien calmara el mío.—
Apego su cuerpo contra el de ella sin dejar nada de centímetro entre ellos.
—Facilier, no creo que debamos...—
—Por que siempre le pones el no a todo, olvidaré de esa palabra por un momento.—
—Es que no creo que esto sea lo correcto, Henry y Rachel no tardan en llegar.—
—Pues mientras no llegan, vivamos el momento.—
Facilier se apodero de los labios de la morena ahogando su deseo de querer besarla desde hace mucho rato pero Regina se separo rápidamente de el empujandolo bruscamente.
—¡Dije que no! Mejor me voy.—
Tomo sus tacones al igual que su cartera y tomo la manija de la puerta dispuesta para salir pero oh no, no, no esta vez Facilier no la dejaría que se le escapara.

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